Inversión extranjera: una fuente de crecimiento olvidada

Roger Mario López Justiniano*RMARIOLa Inversión Extranjera Directa (IED) representa un vehículo importante para el crecimiento económico de los países esencialmente por su capacidad para generar efectos ‘derrame’, aportando con mayor tecnología, formación de capital humano y un aumento de la competencia en la economía receptora (mayor eficiencia en la utilización de los recursos).Sin embargo la relación entre IED y crecimiento económico es más bien condicional: requiere que la economía que recibe el flujo de inversión posea un mercado financiero desarrollado –que permita movilizar rápidamente el capital- y que exista un stock de capital humano disponible relativamente formado que pueda hacer uso de tecnologías cada vez más sofisticadas y productivas.En Bolivia no hemos sabido aprovechar esta fuente de crecimiento económico. Esto no es un fenómeno actual sino que es un patrón recurrente en la historia del país. Algunos datos pueden ilustrar el problema. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), desde 1970 al 2013,  de toda la IED destinada a Sudamérica, en promedio, solo hemos logrado captar casi el 1%, únicamente por encima de Ecuador y Paraguay. Por otro lado, Brasil ha logrado captar cerca del 47% de la IED total seguido por Chile (15%) y Argentina (13%).Por otro lado, si se revisan las cifras del BCB sobre el destino de la IED en el país y se las agrupa por quinquenios, vemos que, paradójicamente, desde el 2000 a la fecha, el sector extractivo (agricultura, petróleo y minas) ha ido ganando en proporción. (49.8% entre 2000-2004 a 69.7% para el 2010-2014). Esto no tiene por qué ser algo malo, sin embargo se debe recordar que este sector tiene poca capacidad de absorción de mano de obra y se hace difícil aprovechar el desarrollo tecnológico extranjero.  Además, se debe añadir que, para que la IED se dirija a la industria y servicios (donde los proyectos requieren mayor plazo de maduración) se deben priorizar los factores institucionales como ser los derechos de propiedad y la independencia judicial, factores de dudosa credibilidad en el país.Finalmente recordar que los niveles en educación medidos por la tasa bruta de matriculación a la educación secundaria son bajos en relación a nuestros vecinos (Bolivia, 77.3% frente a Perú con 89.8%, Argentina con 92% o Brasil con 99.4% para el 2014) y nuestro mercado financiero parece cada vez estar menos desarrollado (¿Gestora Pública de Seguridad Social?).*Estudiante de Economía