Los guaraníes pelean solos su conflicto e irán a la ONU y a la CIDH

violencia policial el ministro no quiere reconocer excesos, pero hubo sangre

El conflicto de Takovo tiende a ser un problema netamente chaqueño. Los chiquitanos y los moxeños tienen sus propios problemas que atender. Además, la estrategia gubernamental es negociar con las comunidades, ya no con las organizaciones indígenas.

Takovo Mora parece un hermano mellizo de Chaparina: el gas lacrimógeno, algún policía herido, rostros de indígenas sangrando y siendo aprehendidos por uniformados, niños llorando separados de sus padres y gente siendo cargada para tratar de matar un conflicto. Sin embargo, esta vez, los guaraníes tendrán que pelear solos contra el Gobierno. La división del movimiento indígena deja sola a la nación más aguerrida de tierras bajas, que llevará su lamento a los foros de Naciones Unidas, en Ginebra, y al tribunal de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Washington. Así lo anunció Celso Padilla, presidente del Consejo Continental de la Nación Guaraní.



“Después de Chaparina no hubo otra represión como esta. Yo no recuerdo a policías entrando a las casas, arrancándole a las madres a sus hijos de las manos -recuerda Leonardo Tamburini, abogado, exdirector del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social-. Como en Chaparina, me parece que el ensañamiento de los policías con los indígenas de tierras bajas es muy particular, que se dan una serie de libertades cuando se trata de ellos y que se cuidan cuando es otro grupo social. No creo que la orden que les dieron sea ir a cazarlos a sus casas”.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, aseguró que la orden que tenían los uniformados era garantizar el libre tránsito y que los efectivos tienen siete heridos por pedradas de los guaraníes. No cree que se hayan cometido excesos, pese a que el fiscal que atiende el caso aseguró que se utilizó media tonelada de gas contra los manifestantes.

Padilla explica que 17 casas tienen las puertas rotas en la comunidad Yatirenda, hasta donde llegaron los policías el lunes para llevarse a los dirigentes indígenas. El dirigente asegura que todo esto será denunciado ante la ONU en septiembre, que Pavel Sulyandziga, experto de Naciones Unidas para la temática indígena, les aseguró un espacio para la reunión de Ginebra de este año. Además, una vez salga el informe del defensor del pueblo sobre la afectación a hombres, mujeres y niños, acudirán a la CIDH para denunciar al Estado boliviano.

Ya hay un precedente de un hecho similar. En 2004, el Gobierno ordenó despejar el bloqueo guaraní en Tatarenda Viejo. En esa oportunidad, Tamburini acompañó a la entonces presidenta de la Asamblea del Pueblo Guaraní, Nelly Romero, a presentar la denuncia en la CIDH, que les dio la razón. En esa movilización, a Padilla le rompieron la pierna y a otro guaraní le destrozaron el rostro.La propiedad

El principal argumento del Gobierno para no sentarse a dialogar antes con los indígenas guaraníes movilizados en Takovo Mora es que los pozos petroleros que se están perforando en la zona, al igual que la planta separadora de líquidos, no son parte del título agrario de la TCO. Es por eso que el jueves por la noche Romero retó a los indígenas a sentarse a dialogar para ver las coordenadas del proyecto y si estaban en su propiedad.Para Tamburini, que fue compañero en el Cejis de Romero, el problema está en el enfoque agrario con el que el Gobierno encara el problema. Tamburini recuerda que el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que regula los derechos indígenas y del cual Bolivia es signatario, concibe hábitat de los pueblos como algo más grande que el título agrario en sí y que en la CIDH hay dos fallos -uno contra Paraguay y otro contra Nicaragua- en los que la Corte les dio la razón a los indígenas pese a que los emprendimientos de los no indígenas no estaban dentro de su territorio, pero las consecuencias de estos podrían afectar a su hábitat.Tamburini añade que, como se resuelva este problema, determinará la forma de negociar del Gobierno con el resto de los conflictos indígenas que se vienen por explotación de recursos naturales en sus territorios. “Es una oportunidad para sentarse a negociar la ley de consulta previa que no se aprobó, para discutir los planes de desarrollo”, aseguró el abogado.Romero lo ve desde otra perspectiva. Cree que este es un conflicto artificial, activado por Padilla y Nelly Romero para engañar a las comunidades guaraníes y que a lo sumo involucra a cuatro dirigentes más.El Estado Plurinacional

En lo político, el conflicto de Takovo Mora también parece hermano mellizo de Chaparina. En esa oportunidad, el Gobierno de los indígenas, el Estado Plurinacional, se decantó más “por el interés nacional”, que por “el derecho a consulta”, de los pueblos indígenas. En ese caso se trató de una carretera, en el de Takovo, se trata de una planta separadora y pozos hidrocarburíferos.El sociólogo Fernando Mayorga explica que el modelo de desarrollo estatal, en los últimos años, trata de incrementar el excedente económico mediante la inversión pública y atrayendo recursos del exterior para enfrentar el descenso de los precios del petróleo y capturar el excedente para redistribuirlo. “Ese es el sostén político de este Gobierno”, añade.

Mayorga explica que la política extractiva del Gobierno colisiona contra la lógica del Estado Plurinacional y añade que, desde la aprobación de la nueva Constitución y la inclusión en el texto de los derechos de los pueblos indígenas, las negociaciones del Gobierno serán con cada pueblo, ya no con todo el movimiento indígena. “Los indígenas desaparecen como sujeto político, porque sus derechos políticos son territoriales -explica Mayorga-, es decir, se ejercen desde la pertenencia a un territorio. Por eso el Gobierno puede negociar caso por caso”.

Y esa es la estrategia. Romero explicó que con la aprobación de los decretos que reglamentan la consulta previa, ya no es necesario consultar a todo el conglomerado, a la organización principal del pueblo indígena afectado, sino basta con ponerse de acuerdo con las comunidades indígenas a las que afectará dicho emprendimiento.

Tal vez por eso los únicos que le han ofrecido ayuda a los guaraníes sean los indígenas del Tipnis, que aseguraron que están dispuestos a unirse a una movilización en rechazo a la represión de Takovo Mora. No hubo, hasta el cierre de esta edición, un pronunciamiento de todo el movimiento indígena de tierras bajas. Ni del cercano al Gobierno, liderado por Melva Hurtado, ni del alejado, encabezado por Adolfo Chávez. Es más, Tamburini cree que el conflicto de Takovo será meramente chaqueño, guaraní, ya que los otros dos grandes pueblos orientales están ocupados en sus propios problemas: los chiquitanos divididos por la representación en la Asamblea Departamental de Santa Cruz, y los moxeños, más pendientes de cuándo comienzan a construir la carretera por el Tipnis a qué pasa con sus hermanos guaraníes.

Fuente: www.eldeber.com.bo