La reciente renuncia del embajador de Bolivia en Paraguay, Rosendo Apiri, es la cuarta baja que sufre la diplomacia boliviana. Hace unas semanas también dimitió del cargo el representante en el Vaticano, Armando Loaiza. En Brasil y España están solo los encargados de negocios hace varios meses.La presidenta de la comisión de política internacional en la Cámara de Senadores, Patricia Gómez, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), advirtió que si no se reponen embajadores en estos cuatro países, pueden existir perjuicios.»El trabajo de las embajadas es fortalecer las relaciones bilaterales con estos países, y hay muchos otros objetivos que nuestras embajadas deben cumplir, más que todo ante los organismos internacionales», manifestó Gómez a los medios de comunicación.Puedes leer: Siete despidos marcan 8 meses del tercer mandatoSegún la autoridad, existe el riesgo de que los proyectos impulsados por los financiamientos de entidades de estos países, queden suspendidos o rezagados, por lo cual es importante que el gobierno tome cartas en el asunto.»Hay financiamientos de la comunidad internacional que benefician a ciertos proyectos, entonces como podríamos no tener embajadores en un lugar donde urge que existan.», dijo la legisladora.Conozca más: Loaiza dimite y canciller acepta su renunciaLos cuatro exembajadoresRosendo Alpiri, exembajador en Paraguay, renunció tras haber sido involucrado en los hechos de corrupción al interior del denominado Fondo Indígena. Siguió la renuncia de Armando Loaiza, exembajador ante el Vaticano, quien también presentó su carta de dimisión tras polémicas declaraciones que realizó a un medio chileno.Desde el 30 de abril de este año, el embajador de Bolivia en el Brasil, Jerjes Justiniano, dejo de ejercer su cargo, tras cumplir su período de funciones. En cuanto a la embajadora de Bolivia en España, María del Carmen Almendras, fue cesada de sus funciones por razones desconocidas.