Leonardo Rossi: La producción de soya pone en riesgo la soberanía alimentaria de América Latina

El periodista argentino que ha hecho seguimiento a esta temática de manera profunda participa del III Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural en La Paz.Leonardo Rossi: La producción de soya pone el riesgo la soberanía alimentaria de América LatinaLeonardo Rossi, en entrevista con ANF. FOTO. ANFLa Paz, 22 de septiembre (ANF).- El escenario generado por el agronegocio  en América Latina plantea serios problemas  medioambientales y de salud, además de poner en riesgo la soberanía alimentaria de la región, según el periodista Leonardo Rossi , que participará en el III Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural que se inaugura este 23 septiembre en la ciudad de La Paz.Rossi es un periodista argentino y hace varios años está dedicado a la divulgación del impacto del extractivismo y  del agronegocio.  En base a la realidad que se vive en Argentina, su visión no se muy optimista.“En Argentina, las primeras plantaciones de soya datan de 1996, pero en 20 años se han expandido de forma notable.  Actualmente las plantaciones de soya cubren 20 millones de hectáreas,  sobre un total de 33 millones de hectáreas cultivadas con alimentos, es decir, el 60% de todo el espacio agrícola”.En su criterio, ese dato no es una buena noticia, puesto que “el uso del paquete de semillas transgénicas ha venido de la mano de los agroquímicos. Hace 20 años se fumigaban 30 millones  de litros de glifosato al año, ahora  son más de 300 millones de litros, lo que provoca múltiples problemas  en las zonas agrícolas”.Rossi asegura que existen evidencias sobre el incremento de las tasas de cáncer, malformaciones genéticas, abortos espontáneos y problemas respiratorios en las poblaciones aledañas a las plantaciones de soya.  A pesar  de estas evidencias, “es un asunto difícil de resolver porque sin duda la exportación de soya es uno de los pilares de la economía argentina y ningún gobierno dará marcha atrás o, al menos, iniciará la búsqueda de otros caminos alternativos”.Otra de las consecuencias, es la alta concentración de la tierra. “Un dos por ciento de propietarios concentra el 50% de la tierra, los empresarios siguen desplazando a pueblos enteros para ampliar la frontera agrícola de la soya con destino a la exportación”.Desmontes, desalojos y expropiación serían los métodos comunes para concretar la apropiación de la tierra con el discurso de producir alimentos para alimentar al mundo, pero “el mundo produce cada vez más alimentos y cada vez hay más gente con hambre”, advierte Rossi.Como periodista ha seguido de cerca los desalojos de tierras, los desmontes para la ampliación de la frontera agrícola y, ha conversado con quienes padecen diversas afecciones producto de las agrotóxicos.  “Y las consecuencias son tan devastadoras, que la gente se ha empezado a organizar para detener este modelo”.En medio de este panorama, destaca la lucha que la ciudadanía va desplegando en los territorios.  “El histórico fallo emitido por la justicia argentina en el 2012, sancionando por primera vez a un productor agropecuario por fumigar con glifosato y afectar la salud de una barriada de la provincia de Córdova, es un precedente  importante”.Ese hecho, relata Rossi, ha inspirado también la acción ciudadana directa en un pueblo de no más de 8.000 habitantes que “ha logrado parar el funcionamiento de la planta de semillas transgénicas más grande de América Latina.  La lucha de la gente ha impedido que la fábrica de Monsanto funcione en Malvinas Argentinas”.Estas experiencias serán contadas por Leonardo Rossi en su ponencia sobre “Las voces silenciadas por el agronegocio: la resistencia de los pueblos fumigados de la Argentina”, en el primer día deliberaciones del III Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural.