El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que Bolivia crecerá en 4,1% en 2015, menos del 5 por ciento previsto por el Gobierno. La CEPAL pronosticó 4,5%.Los TiemposLa presentación del informe anual del FMI, en su sede en La Paz, ayer. – Apg AgenciaEl Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que Bolivia crecerá en 4,1 por ciento en 2015, menos del 5 por ciento previsto por el Gobierno, sin embargo, hizo notar que será el índice más alto de la región.En su evaluación anual, el Fondo prevé que el PIB nacional caerá a 3,5 por ciento a mediano plazo debido al efecto de los bajos precios de las materias primas.El Fondo Monetario Internacional (FMI), con sede en Washington, en un comunicado recordó que debido al auge de las materias primas, Bolivia logró reducir la pobreza y alcanzar un desempeño económico sólido durante la última década. El crecimiento del PIB real fue de aproximadamente 5 por ciento, en promedio, desde 2006 y el coeficiente de pobreza disminuyó 16 puntos porcentuales.“Sin embargo, dada la dependencia de Bolivia respecto de las materias primas, la caída de sus precios plantea significativos retos que van en contra el logro de los objetivos de la Agenda Patriótica 2025, combinado con el deseo de mantener la sostenibilidad de la deuda y la sostenibilidad externa”.Sobre la disminución del crecimiento a mediano plazo, el FMI señala que se concretará “a medida que la reubicación de los precios de las materias primas a niveles normales haga sentir plenamente sus efectos” y debido a los impedimentos a la promoción de la inversión privada”.También proyecta que el déficit fiscal se profundizará y que el saldo en cuenta corriente entrará en déficit en 2015; este doble déficit persistiría a mediano plazo. En el Presupuesto General del Estado (PGE) 2015, el Gobierno calculó un déficit fiscal de 4,1 por ciento. En 2014 hubo déficit después de ocho años.El informe señala que las autoridades nacionales están realizando un Plan Quinquenal, que incluye proyectos de inversión pública en distintos ámbitos y apunta a catalizar el crecimiento.Por otra parte, el FMI afirma que si bien los indicadores financieros globales son sólidos, la Ley de Servicios Financieros de 2013 está afectando a la distribución de los flujos de crédito.Riesgos y recomendacionesEntre los principales riesgos externos, el FMI destaca la desaceleración de las economías de socios comerciales clave, la debilidad adicional de los precios del petróleo y un nuevo fortalecimiento del dólar.“Los riesgos específicos de Bolivia están centrados en la incertidumbre que rodea a las reservas de gas natural y los contratos de exportación a largo plazo, así como los amplios ciclos crediticios de la nueva ley de servicios financieros”, apunta.Bajo esa perspectiva, el FMI alentó a mejorar el saldo fiscal no vinculado a los hidrocarburos a través de una variedad de medidas de recaudación y de gasto.Si bien el FMI aplaude la eficacia con que las autoridades han manejado las expectativas inflacionarias y promovido la desdolarización; señala que el avance en estos ámbitos se vería fortalecido al dar mayor independencia operacional al banco central.“En general, los directores (del FMI) aludieron a las bondades de crear condiciones propicias para una flexibilización del tipo de cambio en un momento oportuno para facilitar el ajuste a fuertes shocks externos y para afianzar la competitividad”, según el informe.Respecto a la banca, apuntaron a los riesgos generados por algunas regulaciones de la Ley de Servicios Financieros y alentaron a las autoridades a hacer seguimiento e incorporar las modificaciones pertinentes a las regulaciones si se producen desequilibrios fiscales.Inversión privadaLos directores del FMI convinieron en que es esencial aumentar la inversión privada para apuntalar el crecimiento a corto y a más largo plazo, señala un comunicado institucional.En ese sentido, celebraron el avance realizado en el fortalecimiento del marco jurídico y recomendaron redoblar los esfuerzos en ese ámbito.Los directores también alentaron a las autoridades a abordar los impedimentos estructurales de larga data a la inversión privada, sobre todo la inflexibilidad de los mercados del trabajo y la generalizada intervención del Estado en los mercados de productos.