10 años de nacional-consumismo

GCHGonzalo Chávez10  años en el poder. Un discurso corto del Vicepresidente que baja línea ideológica y un informe del Presidente que naufraga en datos.En la arenga, el Vice – en tono y contenido épico- han primado quejas y adjetivos descalificativos a los opositores inspirados en el ámbito lechero (como izquierda deslactosada). Por oposición, supongo que los dueños del poder se consideran la leche (izquierda) entera. No han faltado las menciones al camarada Lenin para justificar la aceptación de la inversión extrajera directa, eso sí descremada de su contenido de dominación económica y política. ¡Hay qué ternura!También el sistema de mercado ha sido reivindicado y ahora ya no sería un invento neoliberal sino un mecanismo milenar, que en manos de los revolucionarios, es un dispositivo de deshojar margaritas de eficiencia y justicia. En los hechos, en el primer caso, fue un pícaro guiño de ojos a las transnacionales petroleras porque se necesita de sus inversiones para subir reservas de gas natural y en el segundo, un flirteo al mercado financiero internacional, porque tendremos que colocar más deuda con los sapos del imperio para pasar el invierno de los precios bajos de la materias primas.Los batracios de Wall Street, en el caso boliviano, deberán despojarse de su insaciable búsqueda de lucro y rendirse ante los apelaciones del socialismo criollo. La pregunta es si los inversionistas internacionales y los mercados creerán en este galanteo o más bien sospecharán que se trata de la antigua táctica leninista: “Un paso adelante, dos pasos atrás”. Solo el tiempo, el implacable, lo dirá. Tal vez lo más sui generis del discurso, fue que se acuñó un desaliñado concepto: extractivismo temporal, siguiendo las metáforas lácteas, una depredación ligth, una violación suave y rápida a la Madre Tierra. Quiere decir que una carretera como el Tipnis extraería temporalmente los árboles y pondría, parcialmente, en jaque los ecosistemas, pero que según la ideología oficial, sería el único camino para sacar a nuestra gente de la pobreza. Desarrollismo o pobreza es un falso dilema. Hay muchas vías de Desarrollo social con sostenibilidad medio ambiental que el gobierno ignora.Finalmente, el discurso del Vice constató, frente al espejo de la historia oficial y la ternura del ombligo del proceso de cambio, que la propuesta oficialista es la única y solo existen dos ciudadanos capaces de implementarla en el universo: El sol Inti y la luna stalinista.El discurso del Presidente fue más modesto desde el punto de vista conceptual pero fue una avalancha de datos. Nuevamente hizo uso de la técnicas de la recetas de las dietas. Antes del glorioso proceso de cambio, un obeso neoliberal chupa sangre. Después, un atlético neorrevolucionario distribucionista. Torturando a las estadísticas, sin medida ni clemencia, se compararon promedios de 20 años con medidas aritméticas de 10 años. Y de acuerdo a la conveniencia política, el neoliberalismo comenzó en algunos casos en 1985, en otros en 1986, a veces en el año 1987  e inclusive en 1994. El único objetivo de la cocina estadística era destacar la superioridad de los resultados del decenio de oro y por supuesto, hundir, en la noche más negra, las mediocres emanaciones del pasado neoliberal. No importaba si se habla del número de motocicletas en Pando o del desempeño PIB.Del informe-dieta se concluye que el único objetivo de la política pública actual es superar los últimos 20 años. Y no así, los temas estructurales como la escasa diversificación productiva, la falta de productividad o la pobreza extrema, así mismo no se busca alcanzar metas futuras más desafiantes, marcar nuevos horizontes, a lo mucho la patria soñada es el exorcismo estadístico de los zombis neoliberales.¿Pero más allá de los indicadores presentados, estamos frente a un modelo que produjo un salto cualitativo en el desarrollo? Creo que no. Mangabeira Unger sostiene que la región latinoamericana, Bolivia a la cabeza, está reeditando el modelo del “Nacional-Consumismo”, donde el patriotismo superlativo se come al espíritu emprendedor; donde bajo el patrocinio de los anabólicos de los precios de materias primas, y políticas distribucionistas se confunde: hinchazón de consumo, hipertrofia del sector informal, espejismo de los servicios con musculatura productiva diversificada.El discurso presidencial mostró mejores datos económicos y sociales pero sobre la vieja estructura de la economía primario exportadora sostenida en un océano de informalidad, hecho que los hace insostenibles.Las rentas coyunturales del gas natural, de los minerales o del comercio han servido para generar una sensación de mayor riqueza vía aumento del consumo, pero también han ayudado cooptar parte de la sociedad y a corporativizarla. Es la gran fiesta del rentismo y del populismo económico.  En efecto, las rentas de gas natural se destinan a los bonos, la creación de empleo estatal y una inversión pública conducida por el capricho político antes que por una visión de largo plazo. Las rentas mineras son distribuidas entre las nuevas élites cooperativistas bajo el patrocinio de una legislación laxa. La apertura comercial – que ha creado una enorme renta de importaciones, mediante un tipo de cambio real apreciado- beneficia especialmente a una nueva burguesía comerciante, el grueso de ella en el sector informal, donde, además, se ubica el nuevo empleo de baja productividad.Tal vez deberíamos aprender del ejemplo más dramático de este modelo: Brasil, que hace menos de tres años caminaba rumbo al primer mundo de la mano de la inversión pública y una gigantesca burbuja de consumo. Allá como aquí, los indicadores económicos y sociales eran fabulosos, orígenes de discursos que decían que el vecino país estaba dando, al mundo, un espectáculo de crecimiento, pero ahora se sabe que eran un espejismo creado por el nacional consumismo.El Día – Santa Cruz