Un tropezón del populismo y el ejemplo de Felipe

FELIPEFelipe González es, de lejos, el líder más liberal que ha tenido el socialismo español y su más grande estadista. Su gobierno en los años ochenta priorizó la reforma del Estado, incluyendo la transferencia al sector privado de las empresas públicas deficitarias creadas por el franquismo, así como la integración modernizadora de España en Europa.Ahora, “Felipillo” acaba de saltar nuevamente al ruedo mediático para frenar las ambiciones de poder de la formación populista Podemos, financiada por Caracas y Teherán.González ha afirmado que apuesta por un gobierno de coalición PP-Ciudadanos, con la abstención del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la votación de investidura, anteponiendo el interés nacional (impedir la llegada al poder de una fuerza claramente antidemocrática) al meramente partidario.Por supuesto, la intervención de Felipe ante la parálisis de las negociaciones abre también otras cábalas, como la de un gobierno PSOE-Ciudadanos con la abstención del PP, la “gran coalición” entre los dos partidos sistémicos o el tripartito con la agrupación que lidera el centrista Albert Rivera. Incluso la posibilidad del mismo González como nuevo presidente en un hipotético gobierno de unidad nacional.El ejemplo a seguir, sobre todo para los demócratas latinoamericanos que buscan salir de la pesadilla autoritario-populista, es el desprendimiento y la grandeza de miras, teniendo en cuenta que el faccionalismo opositor es el mejor aliado con el que cuentan los regímenes de la (menguante) ALBA…[email protected]