El Gobierno debe ajustar el gasto a corto plazo

La mayor preocupación es que los bajos ingresos reinantes en la región tendrán efecto en Bolivia. Esta situación hará imposible al Ejecutivo cumplir con sus planes.



El resultado del No del  referéndum del pasado domingo, marca también un antes y después en la administración económica de los últimos diez años del gobierno de Evo Morales. Según los expertos en economía, luego de una década de bonanza y un período de incesante gasto público, ahora toca al Gobierno ajustar el gasto público, de manera oportuna y urgente, para atenuar a corto plazo una posible crisis en los siguientes cuatro años.



«Los próximos años serán difíciles para el país y para el Gobierno. La contracción de nuestras exportaciones, y la consiguiente caída en los ingresos fiscales, imponen la necesidad de modificar las políticas públicas», anticipa Roberto Laserna, economista de la Fundación Milenio. 

El argumento de los expertos es básico: hay que evitar gastar más de lo que se genera en ingresos en el país. «Se debe utilizar la regla de oro de las finanzas públicas que consiste en “gasto público financiado con ingresos genuinos” y “gasto público orientado a inversión que luego en la fase de operación genere ingresos”, señala Germán Molina, experto en gestión económica.

Situaciones inherentes. La constante caída del precio del petróleo es una situación nada favorable para el país, advierten los expertos. La semana pasada  la Agencia Internacional de la Energía (AIE) vaticinó que el barril descenderá hasta un $us 20 el barril WTI, aunque expertos prevén un repunte en el segundo semestre del año para cerrar la gestión en unos 50 dólares. Esta situación incidirá en una notable reducción de los ingresos. Este hecho podría hacer insostenible y menos llevadera la gestión de gobierno, en los restantes cuatro años de gestión de Evo Morales, señalan.

En ese ámbito, el economista Carlos Mejía señala que el panorama económico, tanto nacional como global, no es auspicioso ya que son previsibles nuevos déficits gemelos, vale decir, comercial y fiscal, que conspirarán contra las proyecciones de inversión y los niveles de crecimiento económico previstos. «Todo ello exigirá las indispensables correcciones del atraso cambiario tan necesarias para mejorar los niveles de competitividad, favoreciendo las exportaciones y restringiendo las importaciones, y así evitar la destrucción de empleo», puntualiza.

Molina señala que el contexto externo, desde 2013 está en crisis; además la turbulencia económica financiera está acompañada de la caída de los precios internacionales de las materia primas, con un efecto en las exportaciones bolivianas que disminuyeron más de  $us 4.000 millones en comparación al 2014.
«Esa situación afectó directamente las recaudaciones de impuestos, transferencias a gobernaciones departamentales, gobiernos locales, universidades públicas y fondos públicos».  

Acciones urgentes. Henry Oporto, analista económico, señaló que el Gobierno para atenuar una crisis que “se viene severa”, sensatamente debe atender la coyuntura en lugar de hacer planes de largo plazo, como la agenda 2025. «El Gobierno debe dedicarse, luego de estas campañas electorales, a atender la economía; de lo contrario, la crisis nos agarrará desprevenidos», señaló.

Por su parte, Armando Méndez, economista, remarcó que el referéndum no incide cuando la situación económica del país pende de situaciones externas. Además, señaló que el gobierno de Evo Morales, no debe preocuparse tanto de su plan 2025, ya que solo constituyen “generalidades” cargadas de buenas intenciones. «No hay que preocuparse por ello, pero ante esta situación que ya se siente, lo que debe hacer es ajustar ese gasto público que sigue expandiéndose hasta ahora. Hay que pasar a un manejo fiscal más responsable y con una inversión más cuidadosa que permita al sector privado desarrollarse», señaló. 

Definitivamente, dice Mejía, el Gobierno debe replantear su Agenda 2025 porque es consciente que no cuenta con recursos genuinos para financiar una abultada cartera de proyectos mayormente de baja calidad y escasa rentabilidad, ya que las reservas son finitas y han iniciado un claro ritmo descendente. 

Para Oporto, lo preocupante es que el 2015 el país cerró con un déficit fiscal de 6,6%, lo que equivale al doble registrado con relación al 2014. «Eso es una amenaza que siga creciendo ese déficit este 2016. El agravante, es que el Gobierno sigue gastando descontroladamente y creyendo ilusoriamente que el país va a crecer a tasas altas, cuando los ingresos caen», señaló.

Bajo esa realidad, Méndez vaticina que el Gobierno optará por el endeudamiento externo, lo cual es peligroso a largo plazo. Ante esta situación, argumenta Molina, recurriría al uso de las reservas internacionales, bonos soberanos que elevará sustantivamente la deuda pública del país, que tendría rédito político en el corto plazo y enorme costo económico en el mediano y largo plazo.

Barreras
Limitaciones que hacen prever dificultades

Alto: El  Gobierno en su reciente Plan Económico y Social 2016-2020 aprobado en la Asamblea Legislativa, proyecta un crecimiento promedio anual del PIB del 5%, una fuerte inversión pública de 48.574 millones financiada principalmente con recursos del Estado (55%). Según los analistas, esos propósitos desde ya quedarán  frenados, debido a que no se tiene claro la fuente de financiamiento y menos garantizado los ingresos por la caída estrepitosa de los mismos.

Cálculo: Debido a que utilizaron un precio del barril del petróleo de $us 45 como parámetro del PGE 2015, el mismo en el momento está por debajo de $us 30, resulta que  los ingresos públicos están sobrestimados para cumplir con la proyección de los gastos presupuestados este año. 

Inquietud:  El peligro hacia una descontrolada situación económica estriba en que el Gobierno siga priorizando la política, la ideologización y la electoralización de la agenda pública y la gestión económica. 
Un sustantiva elevación de los ingresos de nuestro país, particularmente de los ingresos fiscales, ahora depende solo de la  expansión del gasto público, la liberación de las exportaciones y un incentivo al sector productivo.

Moneda. El gobierno debe ver replantear su política respecto a la situación cambiaria,  dado que está ahogando competitivamente al sector productivo del país.

Tareas
Experto sugiere acciones concretas

Contexto. El Gobierno debe cambiar las actuales políticas públicas de Bolivia que tienen orientación de: control de precios y subsidio de los productos, el subsidio de los combustibles, apreciación cambiaria del boliviano, congelamiento del tipo de cambio nominal desde noviembre 2011.

Apuesta. Una gestión pública eficiente argumenta Molina, debe buscar, no erosionar avances en la parte social. Además, se debe encontrar la forma de incrementar sus ingresos y mejorar la eficiencia del gasto, y a la vez proteger sus logros sociales..

respuesta. No solo pensar en políticas contracíclicas para contrarrestar la desaceleración económica, sino ajustar a nuevo equilibrio de menores precios y cantidades de producción.

Riguroso. Se debe tener un estricto en la administración del déficits fiscal. Las políticas sociales  tendrían que focalizarse solo en las víctimas de la pobreza extrema.

Mesura. Atenuar los altos costes laborales asociados al salario mínimo que  mejoró en los últimos años y lograr acuerdo por 3 a 5 años entre empleados y empresarios basado en mantener los puestos de trabajo y creación de nuevos a cambio de dejar en suspenso los incrementos salariales.

Inversión. La inversión pública debe ser prudente con proyectos concretos y proritarios, dejando de lado a obras faraónicas.

Punto  de Vista

Todo dependerá del contexto externo

José Alberti
Pte. Colegio De Economistas Santa Cruz

“La economía de Bolivia se está deteriorando, en ese sentido es urgente poner el foco en la agenda económica, por ejemplo, materializar rápidamente la agenda productiva desarrollada en el marco de la Cumbre Sembrando Bolivia. La caída en los precios del petróleo disminuye los costos de producción de los alimentos a través de su efecto en los insumos y los costos del transporte. Al mismo tiempo, estos precios más bajos cambian la rentabilidad relativa de otros cultivos y derivados. El resultado son precios de exportación muy bajos de productos como la soya, azúcar, maíz, sorgo, girasol, entre otros. Si a esto le sumamos la relación de cambio desventajosa con respecto a las monedas de nuestros principales socios comerciales, además del lastre del contrabando se convierte en un golpe mortal que puede ser irreparable para la industria manufacturera y las exportaciones no tradicionales si se te toma en serio la agenda productiva.

Las perspectivas económicas dependerán del contexto externo. Mientras los precios internacionales de las materias primas se mantengan deprimidos, el manejo económico sería más complicado.  Con todo, el 2016 será un año difícil con una tasa de crecimiento que oscilaría el 4%. Sin embargo, muchas de las acciones requieren voluntad política tal es el caso de las restricciones tejidas en los últimos periodos como ser restricciones a la producción y los precios, incremento en la carga laboral y tributaria,  burocracia, competencia desleal, contrabando entre otras barreras que desincentivan la actividad productiva y emprendedora.

Habíamos advertido toda esta situación hace años'

Roberto Laserna
Economista de la fundación Milenio

“Al comenzar este periodo, en mi libro 'La trampa del rentismo', advertí riesgos que enfrenta el país. Uno por la abundancia de recursos y dos por las altas expectativas que se había generado en la población. 

Junto a otros colegas, propusimos aplicar una política innovadora de distribución directa de las rentas petroleras. Esto hubiera permitido que la población en su conjunto, fuera beneficiado por la bonanza, y desenvolviera su creatividad para darle el mayor aprovechamiento posible a esos recursos. En ese momento habíamos estimado tasas de crecimiento que fácilmente duplicaban las que en realidad hemos logrado. Y eso debido, al enorme efecto multiplicador que tiene la actividad de los privados, sean estos informales o formales. 

La distribución directa hubiera evitado los enormes problemas de gestión que se han presentado, y hubiera permitido que todos los actores económicos intervengan en las decisiones sobre el destino de esos recursos. 

Por supuesto, esa propuesta necesitaba el acompañamiento de otras políticas que podían haber permitido la expansión de los servicios públicos, de los sistemas de salud y los sistemas de educación en el país. Pero hemos desaprovechado la oportunidad con una confianza excesiva en la burocracia estatal. Porque hay que tener en claro que el Estado, con esa imagen de aparato todopoderoso y millonario, en los hechos se concreta solo en sus funcionarios. En ellos hay que pensar cuando discutimos quién debe decidir sobre la inversión de nuestros recursos o la administración de nuestra salud o educación”.

 

Fuente: eldia.com.bo