¿Realmente busca el actual procesamiento de Gabriela Zapata hacer justicia en el caso de tráfico de influencias de la CAMC?No parece ser así si examinamos el causal de la detención: legitimación de ganancias ilícitas por una cuenta de 10.000 dólares en un banco nacional.Un chiste, teniendo en cuenta que el verdadero asunto se refiere a más de 550 millones de dólares adjudicados por el gobierno de su ex pareja, Evo Morales, a la empresa que ella gerentaba hasta ayer sábado.Muy por el contrario, parecería que el encarcelamiento de la madre del hijo de Evo procura silenciarla, ante la eventualidad de que Zapata decidiera decir toda la verdad, ya fuera en el país o desde el exterior.Esta verdad se refiere tanto a la negociación de contratos directos y sus posibles comisiones como al destino del hijo de Evo y Zapata, pasando por los detalles del inicio del vínculo entre ambos, toda vez que los familiares de la detenida acaban de manifestar que a Gabriela “se la llevaron cuando tenía 17 años”.Así están las cosas en este momento: la disyuntiva estriba entre la difusión liberadora de la verdad o la imposición de candados y blindajes que protejan la mentira de los impunes…[email protected]