Proceso de Cambio Zombi

MASIFICACIÓNIrumaki Cárdenas*Siempre sueño con un espacio, en algún lugar de Bolivia, para calmadamente jugar con nuestros colores y sonidos. Pero, jugar es más sublime cuando incluye olores, sabores y texturas por la sorpresa y revelación que implican en este mundo mecanizado. Cada día que pasa parece un ritual, que nos obliga a seguirlo sin ganas. Abundan los colores y sonidos en la televisión, radio e internet, nos llegan a través de palabras. Y éstas son tan poderosas que, cuando las oímos anulamos nuestros otros sentidos como las palabras escogidas para el discurso en la última estratagema electoral oficialista, estabilidad y crecimiento.La violencia y repetición habituales el discurso gubernamental tiene la forma más insidiosa de invasión. Intenta reproducir el miedo y desequilibrio emocional que recuerda los primeros meses de vida del recién nacido ante el espanto que le causa el mundo. Busca generar la misma impotencia infantil para que las víctimas queden a su merced, así como los niños están a la merced de sus mayores. Esta infantilización es peligrosa porque graba en los cerebros pasivos un mundo virtual fabricado por los dueños de los medios de comunicación y del poder dominador, con sus valores e intereses. La mediocridad de ese tipo de discursos y de literatura infantil (engarzada de academia) no se debe a la falta de creatividad de sus autores, sino a la nociva intención de impedir, a través de la repetición, el desarrollo intelectual y sensitivo del público. Se trata de un crimen explícito, organizado, voluntario, señorial y colonial. El explicar para que no se entienda y el informar para que no se sepa. Una invasión a los cerebros, el anunciado holocausto zombi.El dogmático proceso de cambio funciona como un placebo en farmacología, al ingerirlo el paciente piensa que es una medicina, y cree en ella. Pero, el gran peligro es la adicción, las personas pueden volverse adictas a un placebo o a un dogma. Que repele a las pruebas, debates y diálogos, y repele el movimiento, renovación de ideas y liderazgos, en un proyecto con estabilidad. El único movimiento permitido es la concentración de más poder en un proyecto colonizador. Entonces, votar SI a la estabilidad, es seguir al pie de la letra y arar un terreno dogmático para la obediencia sin espacio para la crítica o duda. El dogma es un arma de dominación y genocidio, no se discute. Es un arma de opresión y exclusión, oprime, explota y crea castas.Por otro lado, la segunda palabra alude a una concepción del desarrollo como crecimiento económico continuado, mediado en base a exportaciones de materias primas e inversión pública. Entonces, el bienestar humano estaría reducido al consumo material y condicionado a la androcéntrica apropiación de la naturaleza con un uso de energía de 1,5 planetas tierra. Pero, si tenemos solo 1 planeta tierra, nuestros recursos son finitos y 10 años en el poder no parece ser suficiente ¿cuánto es suficiente? Para cumplir los astronómicos pronósticos de inversión del SI, tendríamos que depredar y explotar lo poco que queda de naturaleza desde la instauración del modelo económico colonial, capitalista y globalizador. Ambos suponen un crecimiento económico sostenido. De otra forma, estos procesos pierden sus beneficios económicos y su apoyo político internacional. Ahora, ¿Dónde quedó aquel concepto alternativo al desarrollo discursado como vivir bien? Pues, el aporte de la mirada katarista, indígena y descolonizadora, se extravió en la impostura y folclorización del proceso de cambio para ingresar de forma sumisa y marginal al concierto opresor y explotador mundial.Entonces, si las palabras son poderosas, no anulemos nuestros otros sentidos por un dogma. Durante estos 10 años, con la alta importación de alimentos y con la inclusión de transgénicos hasta en el desayuno escolar ¿cambiaron los sabores de nuestra comida? Con el tipo de cambio perjudicial para la producción nacional y las “buenas” relaciones con China ¿cambiaron las texturas de las telas y los productos que adquirimos? Con la alta inversión pública en infraestructura fomentando la subcontratación y condiciones laborales atroces ¿cambiaron los olores de nuestras calles? Es momento de darse un tiempo para despertar de la invasión de cerebros zombi con todos nuestros sentidos atentos y sensibles. Entendámoslo de una vez por todas, cada día es nuevo día, por lo tanto, estamos condenados a la creatividad. Y, este 21 de febrero no solo será un nuevo día, también será una Nueva Oportunidad para que la fuerza histórica de nuestro país demande y conciba una nueva generación de ideas y liderazgos comprometidos con una Bolivia intercultural.*Director Nacional de la Red Participación Política Juvenil – PPJ