Nació en Santa Cruz y ahora radica en EEUU. Trabaja para el líder espiritual Dalái Lama y está a cargo de Changing Stories, una productora de cine social en Bolivia
A sus 31 años Natalie Conneely es una joven diferente a las demás. De niña jugaba a ser actriz e incluso inventó una manía con sus siete hermanos: pintarse el rostro con los grillos cuando vivía en Minero (norte de Santa Cruz).
Ahora radica en San Francisco, California (EEUU), donde funge como directora de Recursos para el Dalái Lama Fellows, una organización fundada por el Dalái Lama actual, que aglutina jóvenes de todo el mundo para convertirlos en líderes.
Gracias a esta labor, Natalie pudo reunirse con la escritora chilena Isabel Allende, quien estuvo interesada en conocer más sobre Changing Stories, un organismo de la boliviana que apoya la producción de Pillko Punku a cargo de Hormigón Armado, como se hace llamar un grupo de lustrabotas en La Paz.
Changing Stories llegó a su cabeza a los 16 años. “Siempre tuve la idea de lanzar una organización que ayudara a las comunidades para sanar su espíritu y contar sus historias por medio de las artes”, cuenta Natalie.
Se animó a concretar la idea después de una bonita experiencia que tuvo en 2006, en Perú, cuando dirigió la obra El Gran Teatro del Mundo y vio el impacto sobre los actores.
El artista boliviano Reynaldo Pacheco es parte de esta organización, a quien ella conoció en La Paz, cuando ambos eran parte de la Filarmónica.
Su trabajo
Natalie estudió teatro en el American Conservatory Theater (EEUU) y en Old Vic Theater (Inglaterra), la escuela de Kevin Spacey (House of Cards). Participó en el grupo de baile Bolivia Corazón de América, con el que se presentó en China; este año tienen planeado ir a la India.
Intervino en el corto Scratchers de la boliviana María Mealla, que participó en el festival de Portland y el Festival Independiente de Cine de San Francisco, en 2016. Actúa en Cake Walk Series.
Actualmente está adaptando un guion teatral para cine sobre la historia de sus progenitores. Su papá fue un cura que llegó a Bolivia y conoció al amor de su vida, el resto es historia
Fuente: eldeber.com.bo