La inutilidad del ALBA

MANFREDManfredo Kempff SuárezSin necesidad de hacer magia habíamos advertido algunos comentaristas que el ALBA – o la ALBA como algunos prefieren – con su pomposo nombre de “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América”, iba a resultar un fiasco. Estaba a las claras que el ALBA no era otra cosa que un emprendimiento cubano-venezolano, propuesto a las naciones partidarias del Socialismo del Siglo XXI, para hacerle frente al “imperialismo” norteamericano que proponía el “Área de Libre Comercio de las Américas” (ALCA). Lo de EE.UU. era una iniciativa de integración comercial, que sirve hasta hoy, y lo del ALBA no era nada más que un movimiento político de naciones miserables, donde el único mandamás era Chávez, con los petrodólares que, por entonces, estaban para repartirlos.Bolivia cayó en el ALBA como chorlito. No cabía la menor duda de que S.E. abrazaría la causa antiimperialista alentada por Chávez, que ambicionaba liderar una corriente populista que aglomerara muchas naciones. El ALBA era un absurdo en materia de integración porque se trataba de un club de pobretones que no hacían otra cosa que extender la mano para que Chávez les ayudara con los recursos que hoy hacen tanta falta al pueblo venezolano.Para Bolivia, el intercambio comercial con el ALBA fue ridículo al extremo. Cinco mil dólares con Cuba en uno de los años, ventas de manufacturas a Venezuela que no termina de pagar, y luego arengas con Dominica, Antigua y Bermuda, Granada, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, San Cristóbal, Nicaragua y Ecuador. Bolivia, que debió estar preocupada por integrarse a los grandes bloques económicos a los que renunció, quedó prendada del ALBA, de la miseria, donde S.E. surgía como uno de los líderes, a la sombra de Chávez, el caritativo millonario.Todo el mundo sabía que el ALBA duraría lo que viviera Chávez. Y así fue. Murió Chávez y el ALBA es ahora un conglomerado de naciones caribeñas que ya no reciben el petróleo venezolano a precios de caridad y que por tanto, poco a poco, irán tomando menos interés en participar del grupo. Ni Correa, ni Ortega, ni Morales pueden liderar a los islotes asociados del Caribe y todo llegará a su fin.Pena que Bolivia no hubiera sido parte de la Alianza del Pacífico, donde participan Perú y Chile. Es una lástima que no se hubiera asociado a EE.UU. o Europa en tratados de libre comercio. Desconsuela ver cómo nos va dentro de la Comunidad Andina. Y no sabemos qué pasará con el MERCOSUR. Ir del Altiplano al Caribe es una zoncera.