La Paz, 4 de mayo (ANF).- Al menos 26 muertos y 145 heridos se registraron en los últimos 12 años por el uso de dinamita. Los hechos ocurrieron en protestas sociales y en accidentes por mala manipulación del explosivo, de acuerdo al registro de prensa de esos años. El uso de dinamita en protestas también causó daños al patrimonio del Estado.

La polémica del uso de la dinamita en las protestas sociales surge nuevamente por la reciente abrogación del Decreto Supremo 1359 que prohibía la tenencia y uso de bombas, materias explosivas, inflamables, asfixiantes y tóxicas en manifestaciones y movilizaciones sociales.

El argumento del Gobierno para abrogar el Decreto, mismo que aprobó, y que fue pedido por los trabajadores en particular el sector minero, es devolverle su identidad.

“Con esta norma se le había quitado el brazo del movimiento obrero. Pero con esta decisión nos devolverán nuestra identidad de lucha, de defensa del país con el uso de la dinamita. Aplaudimos la medida”, manifestó el máximo dirigente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), Orlando Gutiérrez.

Sin embargo el uso de la dinamita en manifestaciones sociales registró lamentables resultados. Y uno de los más dramáticos que se recuerden ocurrió el 31 de marzo de 2004 cuando el trabajador minero Eustaquio Picachuri se inmoló en la recepción del edificio anexo del entonces Congreso Nacional, con el trágico saldo de dos muertos y 10 heridos. Picachuri exigía la devolución de 15 años de aportes.

Otro fatídico hecho ocurrió el 6 octubre 2006, cuando mineros sindicalizados y cooperativistas se disputaron a dinamitazos una posesión de trabajo en el cerro Posokoni, en Huanuni. El saldo del sangriento choque fue 12 personas fallecidas y 56 heridas.