Esta es la verdadera gente que nos gobierna

schabibIsmael Schabib Montero*Una vez más insistiré en que el Sr. Evo Morales que conocimos antes que llegue a la presidencia, era un diputado cuyas intervenciones en el parlamento solían causar hilaridad por su falta de conocimientos; fue considerado una de las personas menos apreciadas por la opinión pública nacional por su papel de cocalero bloqueador insensible que causó daños personales y económicos al país; hasta que un día, de la noche a la mañana, irrumpió como un líder nacional. Como consecuencia de lo anterior tenemos en Bolivia un solterón inculto como presidente y estamos asistiendo como observadores a una novela sobre mega corrupción donde él es el actor principal, sobresaliendo su rasgo de inmoral confeso (“le meto nomás y que arreglen…”).En esta novela, la novia de S.E., Gabriela, tiene un papel muy importante; como actores secundarios aparecen el Sr. vicepresidente y algunos ministros de Estado, quienes cada uno a su turno, pareciera, ha visto la oportunidad de hacer “méritos” ante el jefe defendiéndolo de lo indefendible, que según se comenta, es muy sensible al adulo. Estos personajes secundarios a su vez lucen como cómplices y/o encubridores (alcahuetes).Para llegar a un alto grado de dramatismo, la novia ahora está en la cárcel y la quieren hacer aparecer como la mala que engatusó y se aprovechó de la inocencia del novio solterón que es varias décadas mayor que ella. Se sabe que este romance empezó cuando Gabriela era menor de edad; como si esto no fuera suficiente, para enriquecer la trama, también aparecen como actores importantes representantes de un imperio emergente, los chinos, quienes estarían haciendo negocios millonarios con el Estado boliviano a través de la novia, que no es experta en nada y nunca hubiese estado en esa situación de representación sin nexos con S.E.; a esto se le llama tráfico de influencia.En otros capítulos de esta novela, la persona de mayor confianza del presidente, Juan Ramón Quintana, cobra protagonismo como competencia de su jefe en la conquista del corazón de la novia a quien aparentemente, no le era indiferente, aunque ahora es uno de los que insiste en mantenerla entre rejas, según parece, para controlarla y no diga lo que al gobierno no le conviene. También sobresale porque la novia lo acusa de ser el operador del tráfico de influencia, seguramente cumpliendo el deseo de S.E.Lo triste de todo esto es que no es una novela producto de la imaginación de alguien, ocurre en la realidad, hay centenares de millones de dólares en juego en uno de los países más pobres de Sud América. Poder total, corrupción total.Algunos de estos actores, como el Sr. vicepresidente, han trabajado en el pasado en novelas de terrorismo y asalto de remesas a mano armada, (esto es de conocimiento de la opinión pública); su hermano Raúl, es sospechoso de estar implicado en la masacre del “Hotel las Américas” y a través de su hermano, él; Quintana por su parte ha estado (según denuncias), en novelas de crímenes, contrabando y narcotráfico; también ha habido de extorsión donde un judío estuvo secuestrado (en la cárcel), le quitaron varios millones de dólares, sus propiedades y un artista de Hollywood lo rescató. Otra de fiscales, que destruyeron la justicia en Bolivia, lo más preciado que puede tener un país, actuando como elementos de represión que inventan cargos a personas inocentes. También hay novelas de racismo; el Sr. Canciller, no puede disimular que es un recalcitrante (racista), lo reconfirma cuando declara que en un próximo gobierno del MAS se podría aceptar sólo un “cara blanca” en el gabinete.Los aludidos, después de gobernar Bolivia durante diez años, no le encuentran sentido a sus vidas sin el manejo abusivo del poder; sólo imaginar dejarlo en varios años más todavía, les causa pánico; el Sr. vicepresidente, en acto público ha manifestado que los de la oposición (la derecha) los asesinarán, “se los darán a los perros para que se los coman”.A todas luces se percibe que sienten miedo, porque el espectro aterrador de sus conciencias los persigue y saben que una vez dejen el poder no podrán irse en paz a la vida privada, tendrán que rendir cuentas a la justicia por sus actos.Esta es la verdadera gente que nos gobierna, ya ni la propaganda mentirosa de todos los días las puede hacer parecer como personas decentes.*Vicealmirante de la república de Bolivia