Si en las ciencias políticas han proliferado categorías como las del Estado Fallido o el Estado Forajido, a la luz de la experiencia de los neo-populismos latinoamericanos habría que hablar tal vez del Estado Botín, entendido como el uso y abuso de la cosa pública por parte del círculo gobernante para su exclusivo beneficio.Por supuesto que, según tesis como la “teoría predatoria del Estado” de Murray Rothbard, esta definición sería aplicable a cualquier grupo gubernamental en funciones. Pero convengamos en que existen versiones atenuadas del fenómeno y otras mucho más radicales.En el caso de la Bolivia evista hablamos de una de estas últimas, de un estatismo salvaje donde bienes y servicios públicos son instrumentalizados sin pudor en función de los intereses circunstanciales del partido oficial.Esto es precisamente lo sucedido con la empresa estatal textilera Enatex, en buena medida quebrada por la politización sufrida, que llevó a la compañía a ser puesta a fabricar decenas de miles de poleras para la campaña reeleccionista del presidente Evo Morales, sin que esté claro cómo se financió esa producción…[email protected]