Actos que no tienen nombre

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Aunque suene fuerte, alguien debería ponerle nombre y apellido a lo que hacen dictadores contemporáneos como Nicolás Maduro y tal vez el mote correcto sea el de genocida, como se hizo con individuos que causaron tanto dolor en el pasado. Llamarlos así fue la manera de decirles “nunca más”.



Nunca más un Hitler, un Stalin, un Mao, etc. ¿Por qué tanto? Se acaba de conocer que el inefable presidente venezolano se fue a Cuba con una delegación de 80 personas nada más que para darle serenata al decano de los autócratas del mundo, el veterano Fidel Castro. Tres aviones, un ballet folklórico, regalos, periodistas, gran despliegue y la friolera de 400 mil dólares en un derroche que no tiene nombre, tomando en cuenta las penurias que está atravesando el pueblo venezolano que no tiene lo más indispensable para sobrevivir.

¿Por qué genocida? Para darse una idea, Venezuela vende cada día más de tres millones de barriles de petróleo, lo que es muchísimo con el barril a 50 dólares y fue una barbaridad con el precio superando los 100 dólares. Cómo será de grande esa cantidad, que Bolivia produce apenas 60 mil barriles diarios, lo que tampoco es agua de borrajas, habida cuenta que hay naciones superdesarrolladas que no tienen ni una gota. Sólo así se entiende el calificativo que se propone.

Fuente: eldia.com.bo