La teocracia de Irán ha enviado a su canciller, Mohammad Javad Zarif, de gira por América Latina, donde estará entre el 21 y el 27 de agosto, visitando sobre todo los países del eje castrochavista.Aunque el viaje de Zarif es presentado como parte de una supuesta “apertura internacional” tras el levantamiento del embargo a Irán, y que ante todo se habla del interés en “estrechar lazos económicos”, lo cierto es que la persistencia en coaligarse con los regímenes neo-autoritarios de la ALBA no muestra giro alguno en la política exterior de la república islámica.De hecho, la realidad del régimen iraní parece ser el gatopardismo: cambios cosméticos para que nada cambie en el fondo. Esto se explica por la duplicidad entre un gobierno de turno que hace las veces de moderado y un supra-poder clerical permanente, encabezado por el ayatola Jamenei, radical que sigue como siempre amenazando con el uso bélico de la emergente capacidad nuclear.Esto último es lo que siempre preocupa en Bolivia, dada la existencia de yacimientos significativos de uranio en el país y a los convenios binacionales suscritos en materia de prospección geológica y minera.Además, claro está, de la infiltración del grupo terrorista Hezbollah en la región, de la mano de la “diplomacia paralela” iraní…[email protected]