Transexual enviada a cárcel de varones de Cochabamba ayudó a lograr cambios

  • Una protesta en El Prado del colectivo TLGB después de que una transexual fue agredida por unos taxista. | Daniel James
  • Una muestra del colectivo TLGB en un desfile del Orgullo Gay, en Cochabamba. | Daniel James
  • La cárcel de San Antonio, a donde fue enviada Luisa. | José Rocha
  • Violeta Soria / Los TiemposA Luisa, una joven transexual, la enviaron a una prisión para varones donde fue torturada hasta que, luego de un proceso legal, fue trasladada a una cárcel para mujeres.Su caso ocurrió hace seis años y es considerado un precedente en la administración de justicia  boliviana sobre el tratamiento que tienen los colectivos Trans, Lesbianas, Gay y Bisexuales (TLGB), porque fue la primera vez que se dispuso enviar a un varón a una cárcel de mujeres respetando su identidad sexual.Las personas que la conocieron y ayudaron todavía recuerdan la tortura que sufrió por su condición de transexual dentro de un penal de varones.A Luisa la obligaron a andar y trotar desnuda por “El Prado” del penal de San Antonio, la violaron y reventaron sus implantes en los glúteos, que luego le provocaron tumores por la silicona.Las torturas, además, incluían meterla en un turril con agua fría con los ojos cerrados, dormir en el pasillo porque no tenía recursos para pagar los 1.000 dólares que le exigían por el denominado “derecho de vida”.La activista por los derechos de las personas transexuales, Rayza Torriani, y la Red Nacional de Mujeres Travestis, Transexuales y Transgénero de Bolivia (Red Trebol), indignados por los abusos y vulneración de derechos, se movilizaron y lograron su traslado al penal de San Sebastián mujeres. En ese lugar se convirtió en una líder de las internas e incluso integró la directiva de las delegadas.Un caso emblemáticoLuisa ingresó al penal San Antonio con detención preventiva por su presunta complicidad en el atraco a la joyería Sánchez, en diciembre de 2010. La juez de Ejecución Penal de entonces, Yolanda Ramírez, dispuso su libertad después de tres años.La exjuez comentó que el proceso de Luisa es “emblemático”, porque, a partir de esta experiencia, todos los transexuales en conflictos con la justicia  fueron enviados a la cárcel de San Sebastián mujeres.Luisa está libre pero se desconoce su paradero. Sin embargo, su historia es una especie de leyenda entre la comunidad TLGB de Cochabamba.Los “Trans”, más violentadosSegún Torriani los transexuales son los más ultrajados y violentados a diferencia de un gay o lesbiana en los penales de Cochabamba, debido a que “es el pollo puesto para que todos los lobos hambrientos puedan satisfacer sus sucios deseos; pero con maltrato, violencia y burla”.En cambio, una persona gay asimila ser un varón que vive con las leyes de los reclusos.Ley de IdentidadA pesar de contar con una Ley de Identidad de Género que permite a la población transexual y transgénero el cambio de nombre propio, dato del sexo e imagen en documentos, Torriani  comentó que la norma “no habla” de derechos a la adopción, matrimonio y menos del trato en régimen penitenciario.Sin embargo, la norma garantiza que si una persona del colectivo TLGB es recluida, sea transferida a un centro penitenciario que coincida con su identidad de género.A pesar del avance legal, urge contar con una ley departamental que garantice espacios exclusivos para mujeres y hombres transexuales en recintos penitenciarios con atención médica y psicológica acorde a sus necesidades, porque muchas requieren continuar consumiendo hormonas o recibir medicación para el VIH/Sida.Administración de justiciaEl juez de Ejecución Penal, Santiago Maldonado, informó que las personas con distinta orientación sexual que ingresan a los penales en Cochabamba se “esconden y mimetizan” en la población carcelaria  por varias razones, entre ellas para protegerse. Sin embargo, se conoce sobre su existencia en algunos penales del departamento.Observó que la Ley de Ejecución Penal establece en su artículo 75 que las cárceles son de varones y mujeres; no existe una normativa específica para las diversidades sexuales razón por la cual urge reformar o ampliar la normativa.“Para esta población no existe una norma específica en la Ley de Ejecución Penal o el Código de Procedimiento Penal que diga que deban estar en lugares especiales o acomodados en diferentes lugares del penal mismo”, remarcó.Sin embargo, a pesar de este vacío legal, los jueces que determinan detención preventiva envían a los reos de diferente orientación sexual a penales donde se les garantice su “seguridad”. “Deben saber qué penal es más adecuado para esta población, son seis penales en Cochabamba y cada uno tiene su propia característica”, señaló.Maldonado lamentó que no exista una clasificación de la población carcelaria a falta de infraestructura en los penales. Ante ello, instó al Estado a invertir en infraestructura, policías y rehabilitación como un primer paso para superar estas deficiencias donde se deban considerar a las personas con diferente orientación sexual. Recordó que el artículo 13 de la Ley de Ejecución Penal establece que el Estado debe garantizar la “infraestructura mínima” para los internos.ExperienciasLa existencia de personas con diferente orientación sexual en los penales es un “secreto a voces”. Torriani, quien vivió en carne propia la exclusión, violencia y discriminación por su condición de género también piso la cárcel.La activista transexual contó que la juez, a la que calificó de  “transfóbica y homofóbica”, la envió con detención preventiva al penal de San Sebastián mujeres en abril de 2009 por un presunto delito de trata y tráfico que nunca cometió.Allí, durante su estadía de tres meses, vivió de cerca la violencia psicológica, emocional y verbal de la gobernadora y todas las policías del recinto quienes le decían “tú eres hombre, no mujer”.A diferencia de las internas, quienes la trataron bien y la acogieron, aún recuerda cómo “la Policía siempre estaba vigilando que no vaya a un cuarto de alguien porque ya estaban imaginándose suciedad encima”.Tampoco olvida que la gobernadora del penal la llevaba dos veces por semana a su oficina para recordarle el castigo divino que recibiría por asumir la identidad trans.Después de un proceso legal en el que demostró su inocencia, finalmente, logró su libertad un 24 de junio, día de su cumpleaños. “Esos tres meses fueron como tres años de haber vivido la experiencia de muchísimas mujeres”, recordó.Situación en penalesEn el  penal de máxima seguridad de El Abra, algunos reclusos aseguraron que “todos son machitos” y el que no vive de manera reservada y oculta su sexualidad con la tolerancia de los más de 700 reclusos.Expresaron que los gais no sufren discriminación y son tratados como “un interno más”.Sin embargo, la situación no siempre fue la misma. Todavía recuerdan que, en enero de 2014, el delegado de disciplina del penal de máxima seguridad, Edgar Ariel Tancara, alias “El Tancara” se enteró que un interno mantuvo relaciones sexuales con un “jovencito” en el penal.Ese día, hizo formar a toda la población del penal e hizo preparar “llajua fresquita” para que se la introduzcan a los internos ante la vista de todos. El castigo culminó con una golpiza con bates que sorprendió a los internos, porque ocasionó que la llajua salpique.“Eso fue como para decir: Si ustedes hacen lo mismo; les va pasar esto”, declaró un interno.La realidad es diferente en el penal de San Sebastián mujeres, donde existe una interna lesbiana que se viste de varón y tiene varias parejas. Sin embargo, al parecer la población carcelaria es más “tolerante”.De acuerdo a versiones policiales, los reclusos gais sufren violaciones, son maltratados física y psicológicamente, reciben insultos constantes o incluso son utilizados como empleadas de limpieza. Muchos tienen “parejas”, quienes los mantienen y otros prestan servicios sexuales para sustentarse.La responsable de la Pastoral Penitenciaria del Arzobispado, la religiosa María de los Ángeles Gonzales ponderó que en los penales “en general hay respeto” hacia la población TLGB, que es reducida y no supera las 10 personas. Sin embargo, cada centro penitenciario también tiene intimidad, secretos y leyes internas que rigen de acuerdo a su realidad. Añadió: “Puede ser que en alguna situación se haya violado los derechos de estas personas y se haya creído que son porque son estas personas; sin embargo, en general ha habido esta situación sobre todo en penales como El Abra, donde han pasado cosas muy fuertes”, indicó.La religiosa resaltó los avances normativos y abogó por realizar mejoras en la infraestructura de los penales y educación para que las personas con diversidad sexual sean acogidas según su identidad de género.EstadísticasEn Cochabamba no existen estadísticas de la población GLBT recluida en las cárceles. Sin embargo, hay datos y se estima que cinco personas se declararon con distinta orientación sexual en los centros penitenciarios. Del total, dos están en El Abra, una en San Sebastián varones, una en San Sebastián mujeres, una en San Antonio y otra en San Pablo de Quillacollo.Es decir, que de los 2.949 privados de libertad que hay Cochabamba, el 90 por ciento (2.561) son varones; el 9,24 por ciento (261) mujeres; el 3,72 por ciento adultos mayores; el 0,60 (17) con discapacidad y el 0,17 por ciento (5) del colectivo TLGB.Maldonado informó que la población TLGB suele ser detenida por delitos de robo, estafa, trata y tráfico, por ser “pildoritas” o  por narcotráfico. Sin embargo, su incidencia es mínima con relación a otros grupos.SISTEMA Y LEY DE EJECUCIÓN PENAL 2298El artículo 75 de la Ley de Ejecución Penal 2298 referente a clases de establecimientos señala que las cárceles son de mujeres y hombres.El texto dice: “Los establecimientos penitenciarios se clasifican en: 1) Centros de custodia; 2) Penitenciarias; 3) Establecimientos especiales; y, 4) Establecimientos para menores de edad imputables.Los establecimientos penitenciarios se organizarán separadamente para hombres y mujeres. Por razones de infraestructura, y cumpliendo las condiciones señaladas en el artículo 84, un mismo establecimiento penitenciario se subdividirá en varias secciones para aplicar lo dispuesto en esta ley”.El artículo 7 habla sobre la igualdad. “Todas las personas sin excepción alguna, gozan de igualdad jurídica. Queda prohibida toda discriminación de raza, color, género, orientación sexual, lengua, religión, cultura, opinión política, origen, nacionalidad, condición económica o social”.DEFINICIONESA continuación algunas definiciones sobre el colectivo gay, lesbianas, bisexuales y transexuales (TLGB).Transexual: persona que recurre a intervenciones quirúrgicas o al uso de hormonas para cambiar de sexo.Travesti: persona que adopta una apariencia y una identidad opuesta a su sexo biológico.Transformista: persona de sexo masculino, en su mayoría, que viste ocasionalmente con indumentaria femenina.Transfobia o travestifobia: expresiones de odio, aversión, violencia, represión y todo tipo de discriminación contra personas travestis o transexuales.Homofobia o lesbofobia: Discriminación contra personas gais y lesbianas.IGUALDADEl artículo 14, inciso II de la Constitución Política del Estado (CPE) prohíbe y sanciona toda forma de discriminación basada  en orientación sexual e identidad de género.“El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad  de  género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo   religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad, embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda persona”.%image_alt%Una persona del coletivo TLGB realiza su cambio de identidad, en el Segip. Foto Hernán AndiaOPINIONESMARÍA DE LOS ÁNGELES GONZÁLEZ,  PASTORAL PENITENCIARIA“Hemos avanzado bastante en penales”Tenemos que tener en cuenta una cosa, que la cultura del trato también es fuera y no siempre es respetuosa con esa identidad diferente porque realmente no la percibimos como una persona con sus derechos. Yo pienso que se ha avanzado bastante en este asunto, la normativa es perfecta y la aplicación es otro tema. Lo que hay que trabajar es un poco desde la educación para que realmente sean acogidos como ellos se presentan y se identifican. Pienso que, en general, cuando ingresan —a los penales— hay una información de cómo deben ser tratadas las personas por parte de los delegadas y el Gobernador de la Policía.RAYZA TORRIANI, ACTIVISTA Y LÍDER DE LA POBLACIÓN TRANS“Luisa es un caso emblemático”Luisa es el único caso emblemático porque después de las otras compañeras que han estado, cinco más, todas han sido remitidas directamente a la cárcel de mujeres. Éste es el caso fuerte que nunca salió a prensa, nunca se dio este enfoque duro de vulneración —a derechos— de parte de un juez (…) En un día yo la trasladé, incluso fui a la cárcel de mujeres y les dije: Chicas, voy a mandar a una compañera y por favor la van a tratar bien (…) Ya no le hice el seguimiento, pero sé que está bien (…) toda persona que ha vivido sometida a esa situación lo esconde en un caparazón de fortaleza.