Familias que en Navidad no priorizan lo material

Así fue la Nochebuena de un Papá Noel que no repartió regalos, de un canillita, de una mujer con 45 nietos y 33 bisnietos; de un niño y de trillizos de El Torno



Las familias celebran el nacimiento de Cristo y rescatan la unión familiar en Navidad. A un Papá Noel le tocó quedarse en casa este año. Foto: Rolando Villegas

En medio de la vorágine de comercio navideño, un tanto contenida con relación a los últimos años por los cambios en la realidad económica, es posible encontrar historias de personas o familias que tratan de reflejar y aplicar en la celebración el verdadero significado de la Navidad.

Un Papá Noel que no repartirá regalos este año parece representar que, más allá de eso, igual hay Navidad. “Los años anteriores, en octubre, ya tenía mi agenda; este año no he buscado porque estoy delicado de salud”, señala Rodolfo Lanza. 

Hace seis años se dejó crecer la barba, y por las bromas que recibía tuvo una ocurrencia: “Es para buscarme trabajo de Papá Noel”. Al poco tiempo, uno de sus amigos le dijo: “Ya te conseguí la pega, solo tenés que decir jo, jo, jo”. De broma se pasó a un asunto serio y luego de pensarlo, aceptó. 

Los hijos nacen con un pan bajo el brazo, señala un dicho, pero lo que ha pasado en casa de Rubén y de Avelina, en El Torno, es que este año llegaron cinco niños. Una nueva hija de la pareja y cuatro nietos, entre ellos, los trillizos. “Ojalá mi hija consiga trabajo, yo le cuidaré a sus hijos”, dice doña Avelina. 

La situación es difícil, pues el padre de los trillizos se fue y no saben nada de él, y todos los pequeños quedaron a cargo del abuelo y de una tía, que son los que trabajan. 
Similar situación vive Hernán Apaza, que trabaja con su hijo mayor en su taller de motos mientras que su esposa vende comida por las noches. 
Gran parte de lo que gana se va a gastos médicos, pues su último hijo, con síndrome de Down, también tiene neumonía.

A renovar la fe
La Navidad es una de las más grandes celebraciones de la Iglesia católica, pues constituye una oportunidad de renovación esperanzadora de la fe. “Vemos a un Dios que se ha querido hacer pobre. Siempre que contemplamos ese feliz hecho con ojos limpios, somos invitados a despojarnos de nuestra soberbia y de nuestros delirios de poder y grandeza”, señala la Conferencia Episcopal Boliviana en su mensaje Navidad en familia. 

A su vez, en su mensaje navideño el monseñor Sergio Alberti, arzobispo de Santa Cruz, llamó a una “conversión del corazón” de los bolivianos, pues sin eso, “ni los mejores planes políticos y sociales ni las más grandes inversiones económicas alcanzarán a fraguar una convivencia fraterna y a construir una sociedad justa e incluyente”. 

Más allá de la religión
“En Navidad celebramos la llegada de nuestro salvador Jesucristo, que nos toca la puerta y nos busca como un buen pastor y debemos recibirlo en nuestros corazones”, señala monseñor Anba Youssef Bishop, de la Iglesia Copta Ortodoxa, que festeja la Navidad el 7 de enero. “Pero es solo una cuestión de fechas, lo importante es que todos recordamos la llegada de Cristo”, subraya. 

La Iglesia metodista concibe el nacimiento de Cristo como “un evento extraordinario para la humanidad y una oportunidad de renovar nuestra fe, la cual se debe reflejar en nuestras acciones, traducidas en amor al prójimo”, dice Juan Covarrubias, de la Iglesia evangélica metodista Nueva Vida 

Fuente: eldeber.com.bo