De pura cepa



El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado las primeras señales inequívocas de la clase de populismo que trae en la valija. Antes de asumir el cargo, lanzó una fuerte amenaza a la empresa fabricante de automóviles Ford, que se aprestaba a iniciar una inversión de 1.600 millones de dólares en México. El magnate anunció que elevaría los impuestos a la gigante automotriz, que se vio obligada a dar marcha atrás en su decisión, que buscaba maneras más viables, menos costosas y modernas de hacer negocios en el vecino país, donde la mano de obra es más barata. Lo de Trump es una suerte de nacionalización, pues obliga a Ford a producir más caro, lo que seguramente repercutirá en los precios de sus modelos, a no ser que el Gobierno esté dispuesto a ayudar con subsidios, lo que es muy probable. Los que deben estar saltando de alegría  son los coreanos, japoneses y especialmente los chinos, pues sus autos se volverán más competitivos en el mercado mundial.  Cualquier parecido con lo que se hace por estos lares no es mera coincidencia.

Fuente: eldia.com.bo