El artículo 4 del FMI

Juan Antonio Morales*A fines del año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo conocer su evaluación anual de la economía boliviana, conocida como la evaluación del artículo 4. Bolivia, a pesar de no tener programa con el FMI, se somete sabiamente a esa apreciación. Me atrevería a decir que este informe contiene el análisis más importante de todos los que producen las instituciones financieras internacionales y los organismos de cooperación técnica que tienen que ver con nuestro país. El informe incorpora también los puntos de vista del Gobierno de manera muy equilibrada.Hace parte de la liturgia de la izquierda latinoamericana despotricar contra el FMI. Nuestras principales autoridades políticas y monetarias han caído varias veces en ese ritual, lo que no ha impedido que se alegraran como niños con zapatitos nuevos cuando esa institución financiera les concedía una buena nota, como lo hiciera durante los años de bonanza de las exportaciones.El informe del año 2016, al igual que el del año 2015, comienza con las amabilidades de rigor en este tipo de documentos, para pasar luego a las críticas. Ellas tienen como punto de partida la observación de que Bolivia es el segundo país en América Latina en términos de dependencia de los commodities. Solamente Venezuela lo es más. Los altos precios para nuestros commodities hasta mediados del 2014 nos hicieron ganar algunos puntos de crecimiento del PIB; simétricamente, la caída de precios está empujando hacia abajo ese crecimiento. Según los pronósticos del FMI, con los precios de las exportaciones regresando a sus niveles normales preauge, el crecimiento del PIB se estabilizaría alrededor de 3,5%. El Gobierno ha tratado de sostener la tasa de crecimiento de los años de bonanza a martillazos de inversión pública. El FMI hace notar, como ya lo habíamos hecho notar internamente, que esa estrategia está conduciendo a peligrosamente altos déficit fiscales y de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Estos déficit se han estado financiando principalmente agotando las reservas internacionales, las que siguen en un buen nivel, pero no deja de preocupar que se las esté gastando a gran velocidad.El informe del FMI nos trasluce también la preocupación con la salud financiera de las empresas estatales. Aun las empresas más grandes como YPFB y ENDE están con cifras rojas. Hay además empresas subsidiarias cuyos estados financieros no se consolidan en las cuentas del Sector Público No Financiero. Los brasileños dirían que éstos son esqueletos ocultos en el closet.La hoja de balance del BCB causa también inquietud. Sus préstamos a las empresas públicas, no sólo que son de dudosa recuperación, sino que desnaturalizan sus funciones de autoridad monetaria. El FMI vuelve a insistir en la importancia de mantener la independencia del BCB. Añadiría a lo que dice el FMI, la importancia de preservar su institucionalidad. Hace pocos días se ha removido a su presidente sin mayores explicaciones, y se lo ha reemplazado con un reconocido y veterano académico, el licenciado Pablo Ramos. El licenciado Ramos debía haber puesto como condición que se lo nombrara de manera permanente, siguiendo lo previsto por la Ley del BCB (artículos 44 y siguientes). Como interino corre el riesgo que se lo deseche como un Kleenex, una vez usado.El FMI no se preocupa solamente de las incontinencias fiscales, sino también que vuelve a reiterar su recomendación de una política cambiaria más flexible. La flexibilización cambiaria tiene empero requisitos institucionales muy exigentes, que creo que no están presentes.El informe del FMI también critica la política de incrementos salariales, divorciados de la productividad laboral y que le quitan competitividad a la producción nacional. Critica, igualmente, a la política financiera, que está llevando a una expansión muy rápida e imprudente de los créditos bancarios.Para consuelo de los catalogados como opinadores por el Gobierno, muchas de las cosas que dice el informe del FMI ya lo decíamos aquí. ¿Etiquetará el Gobierno al FMI como opinador? *Profesor de la Universidad Católica Boliviana y expresidente del Banco Central de BoliviaPágina Siete – La Paz