El mejor gesto de la Central Obrera Boliviana (COB) hacia su aliado, el Gobierno del MAS, fue pasar por alto la suspensión del segundo aguinaldo, pues ninguna de las organizaciones ni sindicatos de trabajadores movió un dedo para protestar por esa medida. La negativa a participar en el congreso partidario que cerró filas a favor de una nueva reelección del presidente Morales, no alcanzó para dejar marcado el distanciamiento de la COB, entidad que parece dispuesta a abandonar la tibieza frente al oficialismo. La situación puede cambiar a partir del anuncio realizado por el máximo dirigente del ente matriz de los obreros, Guido Mitma, quien ha dicho que planteará en su pliego petitorio un incremento salarial del 20 por ciento. En caso de ser genuina esta postura y si es que la COB recobra la vitalidad que la convirtió en una de las mayores artífices de los cambios en el país, al Gobierno podría complicársele la situación, pues una demanda de esas dimensiones pondría en serios aprietos a la economía nacional, que acaba de dar una señal nada alentadora al reinstituir la figura del “preaviso” como modalidad de despido.
Fuente: eldia.com.bo