Emilio J. Cárdenas*No es imposible que Rafael Correa y los suyos terminen siendo derrotados, aunque sólo en la segunda vuelta.La nota reciente de Álvaro Vargas Llosa sobre el proceso electoral ecuatoriano que se iniciará con la primera vuelta de la elección de su próximo presidente el 19 de febrero próximo, es excelente.Solamente quisiera hacer un pequeño comentario adicional. No es imposible que Rafael Correa y los suyos terminen siendo derrotados, aunque sólo en la segunda vuelta. Lo que sería un cataclismo para los bolivarianos. No es seguro, pero puede suceder. De ocurrir, debilitaría aún más a Nicolás Maduro en Venezuela, pero no afectaría la estabilidad política de Daniel Ortega que hoy controla económicamente a Nicaragua, ni la de Evo Morales, que disfraza su autoritarismo de reivindicación étnica. En efecto, como lo sostiene Carlos Sánchez Berzain, desde las columnas del Diario de las Américas, los candidatos del oficialismo no parecen tener opción en la segunda vuelta. La oposición podría derrotarlos con distintos postulantes. Así lo sugieren algunas encuestas y la propia sed de cambio de los ecuatorianos que hoy rechazan el autoritarismo bolivariano con más de dos tercios de las opiniones.Ojalá suceda por el bien del sufrido pueblo de Ecuador, esquilmado por el populismo de Rafael Correa quien, asumiendo que puede enfrentar una derrota, decidió no enfrentar él mismo esa posibilidad, haciéndose a un costado. *Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones UnidasEl Diario Exterior – Madrid