Los uruguayos se cansan de Tabaré Vázquez

Emilio J. Cárdenas*El gobierno uruguayo izquierdista que encabeza el presidente Tabaré Vázquez tiene hoy una imagen bastante mediocre. Por esto no sorprende que, poco a poco, la aprobación de la gestión del sereno oncólogo oriental esté cayendo sensiblemente. La última encuesta, de Equipos Consultores, señala que sólo un 28% de los uruguayos aprueba la tarea de su presidente, o sea la del Frente Amplio. Poco. Menos de un tercio de los uruguayos lo aplaude. Más de dos tercios no lo hace. La nueva y reiterada gestión de Tabaré Vázquez, como suele suceder en estos casos, carece de brillo y parece no entusiasmar a su pueblo. La encuesta antes mencionada recoge asimismo que el 44% de los uruguayos desaprueba expresamente la gestión de Tabaré Vázquez. Esto es, la encuentra mala. Hay, como siempre, un 25% de los encuestados que no aprueba ni desaprueba, y un 3% que no tiene la menor idea sobre lo que se le pregunta, quizás porque pertenecen a “otro planeta”. La caída de Tabaré Vázquez en un solo trimestre es dura. Perdió –de golpe- nada menos que 7 puntos porcentuales. Por todas partes. Incluyendo entre los frenteamplistas, sus propios correligionarios, que en el 2015 aprobaban masivamente su gestión (76%) y que ahora sólo la aprueban con un flaco 50%. En abril del año pasado, su aprobación era del 57%. Entre los encuestados de la oposición, el año pasado el 45% desaprobaba el gobierno de Tabaré Vázquez. Este año esa cifra creció muy fuertemente, desde que el nivel actual de desaprobación es del 67%. Las cifras comentadas hablan por sí mismas. Y anticipan que al Frente Amplio le costaría ganar la próxima elección presidencial para poder mantenerse en el poder. Todo lo antes referido se confirma con las mediciones individuales actuales de los distintos líderes políticos uruguayos. La popularidad que ellas reflejan está liderada por el ex presidente José Mujica, que mantiene un 49% de simpatía. Casi uno de cada dos uruguayos lo apoya, entonces. Detrás de él aparece el presidente Tabaré Vázquez, con el 42% de imagen positiva. Esto es con una caída de 5 puntos desde el cierre del 2016. Otros dos dirigentes del Frente Amplio tienen también relativamente una buena imagen. Me refiero a Daniel Martínez (28%) y a Danilo Astori (26%). Ambos tienen perfiles equilibrados. Entre los líderes de la oposición, el más destacado sigue siendo el joven Luis Lacalle Pou, del Partido Blanco. Pero registra una fuerte caída desde fin del año pasado. Hoy tiene un 33% de imagen positiva, cuando en diciembre pasado tenía un 42%. El activo dirigente debe preguntarse cuál es la razón de este cambio adverso tan notorio. El líder Colorado, Pedro Bordaberry aparece con un 24% de favor y Jorge Larrañaga con un 23%. El independiente Pablo Mieres registra –por su parte- un 16% de imagen positiva. Estas mediciones individuales merecen dos comentarios particulares. Primero, el rechazo que continúa generando el actual vicepresidente Raúl Sendic, cuyas antiguas vinculaciones familiares con los Tupamaros son todavía un peso negativo en su mochila política. A ello se agrega la existencia de una ola de rumores de corrupción que podría tener que ver con sus vinculaciones con el gobierno de Angola. Segundo, la encuesta en general muestra un saldo negativo. Una caída generalizada de la popularidad de la clase política, en su conjunto. Por esto puede concluirse que la imagen de los políticos uruguayos está ahora claramente en baja. De esta manera el país rioplatense se suma a la tendencia de igual sentido que parece haberse apoderado de muchos de los escenarios políticos de Occidente. *Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones UnidasEl Diario Exterior – Madrid