Vende en el mercado y pide que la Policía y la Fiscalía aclaren la muerte que dejó destruida a su familia.Ignacia García es la esposa de Jhonny Johnny Pizarro Miranda que fue ajusticiado y colgado en plena plaza de San Julián el 15 de mayo. Ella vive en su casa del barrio Los Tajibos de San Julián (Santa Cruz), hasta donde llegamos para dialogar acerca de su vida.Lo primero que hizo fue mostrarnos las puertas de su casa que siguen rotas producto de la violencia de la turba que irrumpió el 15 de mayo y causó destrozos para después linchar a su marido.“Estoy sobreviviendo pero mi familia quedó destruida después de la muerte tan cruel de mi esposo. Mire las puertas siguen destruidas, ellos las destrozaron cuando vinieron y se entraron y torturaron a mi esposo delante de sus hijos. No tengo plata para hacer arreglar. Ahora voy a vender al mercado pero todavía no puedo resignarme porque mi esposo siempre me ayudaba todos los días. Siempre me apoyó y después de lo que pasó mis familiares me están ayudando”, dijo.Ignacia García dijo que por los medios de comunicación se enteró de que algunos sospechosos de la muerte de su marido fueron identificados y que las investigaciones se están centralizando en Santa Cruz.La mujer lloró al recordar a su esposo y ratificó que era inocente. Dijo que la única esperanza que tiene es que la Policía y la Fiscalía sigan con las investigaciones de oficio y hagan justicia. García dijo que la abogada que la asistió en un principio ya no está con ella. “Me apoyó hasta cuando pudo pero soy sincera, no tengo nada de dinero para pagarle y me quedé sin abogado. Tengo deudas pendientes con el banco y estoy un poco enferma”, dijo mientras derramaba lágrimas. Recuerda que la turba arrebató a su esposo de las manos de los policías y que él pedía clemencia y misericordia para que no lo maten, pero lo colgaron sin piedad en la plaza. Su cuerpo fue trasladado a Santa Cruz para la autopsia de ley pero Ignacia García lo trasladó a San Julián para enterrarlo en el cementerio municipal. Yo soy de la Angostura pero a veces me da ganas de irme de San Julián y nunca más volver pero ya vivo más de 20 años”, dijo.La abogada María Deisy Mafaile, que lo asistió en la audiencia cautelar donde se ordenó su detención en la cárcel, manifestó que fue un caso muy difícil.Señaló que prefirió dejar el caso porque ella vive hace años en San Julián y empezó a recibir presiones directas de algunos dirigentes.EL DEBER / Guider Arancibia Guillen