Una relación congelada desde la expulsión de Goldberg

Phillip Goldberg fue el último embajador estadounidense en Bolivia. Lo echó Evo Morales en 2008. Goldberg había sido diplomático en Kosovo y por ello lo acusaronPhilip Goldberg ingresa a la Cancillería (archivo ABI)El embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, días antes de abandonar Bolivia. Foto archivo (Internet)EL DEBERPhilip Goldberg se fue de Bolivia acusado de tratar de dividir al país y alentar lo que el Gobierno denominó “golpe cívico-prefectural”. Era 2008 y la República daba sus últimos coletazos con una polarización política que García Linera calificó como ‘empate catastrófico’. Las protestas por el recorte del IDH se repetían en todo el país y Evo Morales no podía aterrizar casi en ningún lugar del oriente y los valles del sur sin que se desatara una batalla campal entre seguidores y detractores. De promover todo eso acusó a Goldberg y lo expulsó. Desde entonces, pasaron dos presidentes estadounidenses por la Casa Blanca sin que las relaciones se normalicen.Alguien que trabajó mucho para normalizar la relación fue el excanciller David Choquehuanca. Se reunió innumerables veces con comisiones estadounidenses para tratar de establecer acuerdos, pero siempre faltaba una palabra o sucedía alguna cosa que echaba por tierra su trabajo.Sin institucionesAdemás del embajador estadounidense, Evo Morales se encargó de expulsar del país a varias agencias estadounidenses, entre ellas DEA y Usaid. Tanto la agencia antidroga como la de cooperación para el desarrollo trabajaban en Chapare y tuvieron múltiples roces con el presidente cuando era solo un dirigente cocalero. La última vez que se supo que el acuerdo estaba muy cerca fue en diciembre de 2014. Ahora es Peter Brennan quien vuelve a abrir esperanzas de normalización en su discurso en Santa Cruz.