Cómo Pamela Anderson consiguió derribar el estereotipo de rubia tonta

La celebridad es la prueba empírica de que se puede amar el platino y demostrar más sensibilidad que el común de los mortales

Pamela Anderson

En la era millennial en la que estamos inmersos, los más negativos aseguran que la sociedad está estancada y los más apocalípticos están convencidos de que nunca ha estado peor, aunque lo cierto es que durante los últimos tiempos se han conquistado muchos derechos sociales. Aun así, algunas personas siguen poniéndolo en duda.Sea como fuere, lo que resulta indudable es que existen figuras como Pamela Anderson para romper con algunos de los estereotipos más comunes hasta el momento. Entre ellos, el que dicta que las mujeres bellas son tontas, y si no, es que son malas. La cosa se complica si eres rubia; entonces, no te salvas.



Durante su juventud, Anderson se convirtió en el paradigma de la rubia tonta: llevaba el pelo teñido, se había operado los pechos y vestía con ropa ajustada y diminuta. Su papel en Los vigilantes de la playa la convirtió en el sex symbol de los 90, y su matrimonio con el rockero Tommy Lee sentó un precedente: las grabaciones con contenido sexual de la pareja fueron robadas y se propagaron por internet.

Después de aquello, la imagen de Anderson quedó sentenciada: era la exconejita de Playboy que cumplía con todo lo que se esperaba de ella. Sin embargo, aquella joven era mucho más de lo que muchos querían ver, como aseguró la diseñadora Vivienne Westwood a la publicación Vanity Fair.

“Conocí a Pamela hace muchos años en una fiesta en Niza y al momento me di cuenta de la mujer tan inteligente que tenía delante. No tuvo ningún inconveniente en firmar mi manifiesto en defensa de Leonard Peltier (activista estadounidense perteneciente al Movimiento Indígena y encarcelado desde 1976). La convertí en imagen de mis campañas y el fotógrafo Juergen Teller estaba emocionado con ella. No es solo un sex symbol, es una supermujer. Y no lo digo por su look sino por su espíritu. Si hubiera más mujeres como ella el mundo sería un sitio mejor”.

Westwood, como Anderson, es vegana y actúa en consecuencia; ambas se implican día a día para no vulnerar los derechos de los animales: Pamela lleva años formando parte de la organización PETA y desde hace un tiempo trata de convencer a las celebridades de que llevar pieles no es cool. El pasado enero, ella y la primera dama, Melania Trump, intercambiaron cumplidos en público para celebrar el hecho de que ninguna de las dos recurría a las pieles para vestirse.

Hace unos días, Pamela lo intentó con Kim Kardashian, pero esta no le contestó. La carta intentaba convencerla de que abandonase los abrigos de pieles: si ella lo hacía, es probable que sus más de 50 millones de seguidores le siguiesen el juego. Pero nada. Quien sí que le corresponde es el activista político Julian Assange; de hecho, su relación, que empezó hace tres años, se consolida día a día.El pasado martes, Anderson lo visitó en la Embajada de Ecuador en Londres para que la secundase con su nueva fundación, que apoya a las mujeres que han sido víctimas de abusos sexuales. Tiene sentido: ambos se llaman amigos y tienen palabras bonitas el uno para el otro. “Pamela ha aprendido a ser políticamente espabilada. Te desarma por su inteligencia y su luz. No tiene nada que ver con la imagen que la gente tiene de ella. Salvo que es un sex symbol, eso no es un mito. Me visita cada vez que pasa por Londres y hablamos de muchos temas off the record, no solo de la dirección que está tomando el mundo”, le contó Assange a Marta de la Calzada, en la mencionada entrevista para Vanity Fair.Debido a los cumplidos (y a la frecuencia de las visitas), muchos han considerado que podría haber algo más que amistad entre ambos. El último ha sido el periodista Piers Morgan en el programa Good Morning Britain. “Adonde quiera que vaya tengo una aventura romántica. Somos amigos, sí. Muy amigos. Adoro a Julian. Él es una de las personas más interesantes que he conocido. Es muy valiente. Y además no hay nada más sexi que la valentía”, aseguró Anderson.Pero a Morgan no le satisfizo la respuesta y volvió a insistir, a pesar de que Anderson mantiene una relación con el futbolista Adil Rami. “No lo llamaría relación amorosa. Ya tengo una en mi vida. ¿Puede un hombre hacerlo todo? Eso es lo que me gustaría saber. Uno para hablar, y el otro como amante. Soy muy afortunada”.Aunque no podría ofrecer una respuesta más liberadora y feminista, Pamela insiste en que “no le gustan las etiquetas”. Aun así, como ocurre con otras celebridades que le tienen miedo al término, lo fundamental es su labor diaria, en favor de las mujeres y de los animales. “Siempre le digo a mis niños que respeten a las mujeres. Si no las respetan, tampoco me respetan a mí”, zanjó. En cualquier caso, la celebridad ha conseguido debilitar los prejuicios que acompañan a las rubias desde hace décadas, y eso es algo que siempre tendremos que agradecerle.Fuente: revistavanityfair.es