El político y militar nacionalista fue el archienemigo de Mao Tse-tung y murió en el exilio en Taiwán, conduciendo su propio gobierno. Como parte de la ola de neotradicionalismo, el comunismo de Beijing comenzó a reivindicarlo desde sus mansiones
En 1927 Chiang Kai-shek, el líder del partido nacionalista de China, instaló la capital del país en Nanjing, que había cumplido esa función durante la dinastía Ming. En 1949, cuando Chiang huyó a Taiwan para escapar del ejército comunista de Mao Tse-tung, su mansión se convirtió en un hospedaje estatal y Gissimo —apócope de Generalissimo: el nombre irreverente que le daban sus aliados estadounidenses— fue sinónimo del mal. Su gobierno en el exilio terminó el 5 de abril de 1975, con su muerte.
Ahora, entre los muchos cambios que se han dado en China, el militar que murió en 1975 dejó de ser enemigo público número uno y su casa es un sitio turístico promovido por Beijing, que se ha convertido en un lugar de moda. «No hay un indicio de que haya sido la casa del enemigo mortal de Mao», observó The Economist.
Es parte de lo que se llama el neotradicionalismo que fomenta el actual presidente chino. Explicó el experto Zi Yang en un artículo de la Jamestown Foundation: «La China de Xi Jinping vive el desarrollo de una campaña de recuperación cultural». El propio Xi ha proclamado que es un momento para «el avance y el enriquecimiento de la cultura tradicional china más destacada».
El paso de archivillano a patriota de Gissimo fue acompañado por una idealización de su glamorosa esposa, Soong Mei-ling, a su vez apodada Missimo, en cuyo honor se denominó el sitio: Palacio Mei-ling.
«En la tienda de regalos, una historieta de la pareja sonriente con helados en las manos tiene el alegre epígrafe ‘El sabor del viejo Nanjing’. Se vende una biografía de Chiang que destaca que fue uno de los cuatro líderes principales de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. El libro reconoce que Chiang colaboró para que China fuera miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)», siguió el semanario británico. Por su propio reclamo sobre el territorio de Taiwán, el Partido Comunista le reconoce que «abrigó el ideal sagrado de que China podía ser reunificada».
En 2013 la casa de huéspedes se renovó con la guía de un antiguo plano arquitectónico que apareció en un ropero. Se reinauguró el 1 de octubre, el día nacional chino, con un mobiliario que replica el de Chiang; a la sala se le restituyó el estilo occidental que le había dado originalmente Soong, educada en los Estados Unidos.
Lo sintetiza uno de los paneles explicativos de la casa: «La perfecta combinación del estilo arquitectónico tradicional chino y la tecnología moderna de construcción occidental ubica a este edificio en el terreno de la historia arquitectónica de la China moderna».
La mansión recibió 500.000 visitantes en un año. Desde entonces, varias de las ex residencias de Chiang se remodelaron y se abrieron al enorme turismo interno de China.
«Los comunistas esperan que al resaltar este aspecto de Chiang pueden atraer a los miembros de su partido, el Kuomingtang [KMT, las siglas del nacionalismo chino], que constituyen la oposición mayoritaria en Taiwan», explicó The Economist. «Algunos, al menos, todavía consideran que Chiang era un héroe».
Sin embargo, los dirigentes en el poder en la isla, los demócratas progresistas, no sólo no lo admiran: lo culpan por las muertes de miles de personas al reprimir un levantamiento en su contra en 1947, y su gobierno dictatorial desde entonces. Cuando el KMT salió del poder, a comienzos de este siglo, el nombre de Chiang dejó de identificar al aeropuerto de Taiwán, que se llama Taoyuan.
A diferencia del Palacio Mei-ling, las casas de Gissimo en la isla están llenas de túneles subterráneos y puestos de guardia, pues vivió con temor a que lo asesinaran. Aunque las mansiones se abrieron al público, como sitios turísticos o culturales, al mismo tiempo se quitaron las estatuas, que hoy se acumulan en un parque.
El simbolismo de esta rehabilitación, tanto arquitectónica como histórica, «tiene un sentido muy importante para los intercambios entre las dos orillas del estrecho», dijo Liao Jinhan, funcionario del gobierno chino, al Taipei Times. «Muestra la atención que se presta en la zona continental a la herencia relacionada con el KMT», dijo un investigador de Instituto Shanghai de Estudios Internacionales, Tong Liqun, al mismo medio.
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Fuente: infobae.com