El show de las Kardashians cumple 10 años

Hace una década se emitía el primer episodio del ‘reality’ de las Kardashians. Britney Spears se había rapado el pelo, Justin Bieber cantaba en Youtube y el iPhone acababa de inventarse

Kardashians

Las Kardashians son la familia real de internet. Si no vive en una cueva, usa Instagram y Twitter, y no es compatriota de la otra persona famosa que lleva Kim por nombre (me refiero a Kim Jong-Un), habrá oído hablar a la fuerza de las hijas de Robert Kardashian y de su ex-mujer, Kris Jenner. No importa que no le interesen las noticias del corazón: las cuitas de esta familia, a veces tan banales como una gastroscopia o una reacción alérgica, son proclamadas a diario y tienen en las redes sociales y las revistas digitales su boletín oficial.Una de las reglas de oro de Roma era que el desconocimiento de una ley no exime de su cumplimiento. Pues bien, las Kardashian se las han arreglado para que la falta de interés por sus vidas no impida que estemos al tanto de cada uno de sus infortunios y aventuras. Tal vez no sepa decir quién es Caitlyn Jenner y tenga tanta dificultad para recordar el nombre de los Kardashians varones como para recitar la lista de los reyes godos, pero es imposible que llegase vivo a la nochevieja de 2015 sin haberse topado con el descorche de Caitlyn en la portada de junio de Vanity Fair. Si no sabe que la republicana antes se llamaba Bruce y ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, es que vive en la luna.

La familia empezó a ser conocida después de que Robert Kardashian, el entonces marido de la matriarca Kris Jenner, defendiera a O. J. Simpson en su famoso juicio por asesinato. Ya sabe: en 1994, la ex mujer del deportista y su amigo aparecieron muertos en su casa de Los Angeles y se acusó a Simpson de haberlos asesinado. Finalmente, fue absuelto. Ryan Murphy retrató el suceso en la serie American Crime Story: El Pueblo contra O. J. Simpson, y, por supuesto, no pudo evitar sacar a Kim, que en la época del crimen tenía solo catorce años. Tuvieron que pasar más de diez para que Kourtney, Kylie, Kendall, Khloe, Kris y ella se convirtieran en las estrellas que son ahora.

Robert Kardashian

Cómo llegó a hacerse tan conocida la familia del abogado es una cuestión tan espinosa como preguntarse por la fundación de Roma por Rómulo y Remo, y que ha suscitado no menos debates e incluso tesis doctorales. “Si está intentando entender por qué la familia Kardashian es famosa, sencillamente póngase a ver Keeping Up With The Kardashians”, escribió atinadamente en 2009 un crítico de televisión. “No obtendrá una respuesta, pero viendo su programa, estará ayudándolas a que sean famosas. En otras palabras, la fama de las Kardashian se parece mucho a la cinta de Moebius o a una pintura de M. C. Escher”.Solo la fecha de su coronación está clara: el 14 de octubre de 2007, un domingo como hoy hace diez años, se estrenaba en la cadena de televisión americana E! el reality show Keeping Up With The Kardashians y las vidas del clan se hacían públicas. Desde entonces, las hemos visto ir de compras, divorciarse, operarse, pelearse, reconciliarse y protagonizar toda clase de momentos disparatados. En un capítulo, Khloé ingresaba en prisión mientras Kim no paraba de hacerse selfies. «Kim, ¿podrías dejar de hacerte fotos? Tu hermana va a la cárcel», le regañaba su madre. En otro, Kourtney depilaba la vagina de la delincuente.Diez años después, el programa se emite en 160 países y es el ‘docu-reality’ más longevo de la historia de la televisión, además del más influyente. En España, el programa no se estrenó en Fox Live hasta 2014, y por eso las noticias de la familia Kardashian a veces recuerdan a las nuevas de la corte de la reina de un país lejano. Solo durante esta última semana, nos hemos enterado de los rumores de embarazo de Kourtney, de la dismorfia corporal que sufre Kim (y consecuentemente, de la existencia y pormenores de esta enfermedad), y de que Kanye West se ha puesto a dieta (seguirá “la paleodieta”, leemos). También de que la hija de Kim está celosa de su hermanito, de la visita de Kim a una tienda de ropa para bebés (la famosa espera su tercer hijo), y del aniversario del atraco que el matrimonio West Kardashian sufrió en París.

Paris y Kim

Merece la pena intentar ahondar en las claves del éxito de las Kardashians para desentrañar los mecanismos de la fama moderna. Antes, echémosle un vistazo al estado del planeta en 2007: en enero, la madre de Justin Bieber colgaba en Youtube su primer vídeo; en febrero, Britney Spears se afeitaba la cabeza en la peluquería de Esther Tognozzi e iniciaba su descenso en directo a los infiernos; cinco meses después, Apple lanzaba el primer iPhone. Miley Cyrus salía con Nick Jonas.De haber consultado entonces el nombre de Kim Kardashian en el Almanaque de Gotha de la cultura popular, lo habríamos encontrado acompañado de alguna de las siguientes coletillas: «la hija del abogado Robert Kardashian», «la ex de Ray J«, «la hijastra del campeón Bruce Jenner», «la compinche de Paris Hilton». Es precisamente de esta última famosa de quien la Kardashian heredó su hidalguía pop: las dos socialités fueron al colegio juntas y Kim empezó a aparecer luego en The Simple Life, el reality de las Hilton. También trabajaría para el actor Rob Lowe. Todavía era el satélite de otros famosos.La pica en Flandes la había puesto en 2003 con su novio de entonces, el rapero Ray J. Según trascendió luego, un consejero tipo John Dee o Rasputín le había recomendado que, si quería ser de verdad famosa, tenía que grabar una sex tape y difundirla. Al menos eso sostiene en Kardashian Dinasty el escritor Ian Halperin: “Un amigo en común de Kim Kardashian y Paris Hilton le había aconsejado que, si quería alcanzar la fama masiva, una sex tape sería la manera de lograrlo”, dice que le contó una fuente que no quiere desvelar. También que Kim discutió si producir o no el vídeo con su familia después de ver lo exitoso que fue en el caso de su entonces mejor amiga Paris. “Fue la madre de Kim quien lo planeó todo, y la responsable de que la cinta viera la luz del día”, continúa, algo que las Kardashian siempre han querido desmentir.Gracias al video, en cualquier caso, Ryan Seacrest se fijó en ellas y en 2007 saltaron de su mano a la televisión. “Me encantaba ver The Osbournes, que realmente fue el primer programa de este género”, declaró el productor en una entrevista. “Empecé a pensar en como podría ser otro ‘reality’, o sobre quién podría ser, y así es como empezó todo”.Después de que una agencia de casting le comentase que las Kardashians estaban interesadas en protagonizar un reality, Seacrest contrató a un cámara para que grabara a la familia durante una barbacoa. “Lo recuerdo perfectamente”, dijo Seacrest. “El cámara me llamó desde la casa y me dijo, ‘Esto es oro; te vas a morir cuando veas el vídeo. Son graciosísimas, se quieren mucho y son de lo más caóticas. ¡Empezaron a tirarse las unas a las otras a la piscina!”’ Luego Seacrest envió el vídeo a la cadena E! y aquí estamos ahora, hablando del reality en su décimo aniversario.

Kim

Entre las aportaciones de las Kardashian al siglo XXI, destacan el ‘contouring’, el término momager, la fantástica portada de Kim en Paper, un montón de aplicaciones y emojis inspirados en la familia, y haber normalizado el trabajo infantil (“Mi hija de 13 años trabaja más que algunos de mis amigos adultos”, dijo Kris en una entrevista, refiriéndose a Kylie). También los ‘spin-offs’ Kourtney and Kim Take Miami, Kourtney and Kim Take New York, Khloé & Lamar, Kourtney and Khloé Take The Hamptons, Dash Dolls, Rob & Chyna o Life of Kylie. No teníamos tantas letras ‘k’ en nuestras vidas desde el apogeo del punk en los setenta y ochenta. Normal que, según la revista Forbes, las Kardashians ganaran cerca de 122 millones de dólares el año pasado, y eso sin incluir la fortuna de Caitlyn Jenner.Las Kardashian son la familia real de internet, pero resulta muy sencillo imaginar cómo serían las cosas sin ellas. Prácticamente, igual que ahora, solo que Paris Hilton sería más famosa, tendríamos más noticias sobre Nicole Richie, y el trasero de Jennifer López seguiría siendo el más grande y famoso del mundo entero. Se las suele acusar exageradamente de haber arruinado la cultura (como si en 2006 la gente estuviera leyendo las obras completas de Santa Teresa de Jesús). También de propagar el consumismo más brutal (¡en Estados Unidos!), y de haber propiciado la era de los selfies (Narciso ya se hizo uno).Lo cierto es que si las Kardashian no existiesen, estaríamos proyectando sobre cualquier otra familia nuestros vicios y pecadillos, aunque sería raro hablar de Terelu Campos como de la Paris Hilton española. Sin Kim, Jordan James Parke habría entrado igualmente al quirófano y ahora probablemente luciría el estrabismo de la Hilton en el ojo izquierdo.El suyo es un castillo de naipes, pero hay que reconocer que las Kardashians son muy buenas manteniéndolo en pie. Como se dijo ya de otra reina, Kim es una profesional.Fuente: revistavanityfair.es