50 años de la primera y única incursión de The Rolling Stones en la psicodelia

A tono con la época, en 1967 The Rolling Stones editaron «Their Satanic Majesties Request», un intento por adentrarse en la música psicodélica. El álbum fue destrozado por la crítica y la banda terminó volviendo a sus raíces. A 50 años de su lanzamiento, hoy suena mejor que nunca

 

El disco original fue innovador en su tapa, ya que contemplaba un efecto tridimensional

El disco original fue innovador en su tapa, ya que contemplaba un efecto tridimensional

Para la segunda mitad de la década del ’60, el Rock comenzó a sofisticarse. El productor Phil Spector fue quien dio los primeros pasos en la ornamentación del Rock y del Pop, The Beach Boys la profundizó y The Beatles la llevaron a la cúspide con Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, el álbum que The Rolling Stones pretendieron emular con Their Satanic Majesties Request.



Entre 1966 y 1967 muchas bandas, influenciadas por las drogas alucinógenas de la época, dieron lugar a álbumes llenos de instrumentaciones y capas de sonido que desembocarían en el Rock progresivo de los ’70 y más adelante en el Dream Pop de los ’90, entre otros submundos de la música popular. Así, un grupo olvidado como The Left Banke sentaría las bases de lo que se llamó Pop barroco (su principal éxito «Pretty Ballerina«, versionado por Charly García, es una pieza musical imbatible) y The Moody Blues, una típica banda de R&B inglés, fue de las primeras en grabar un álbum con una orquesta sinfónica.

The Beach Boys, comandados por Brian Wilson, grabaron Pet Sounds y el simple «Good Vibrations» y demostraron que el Rock no sólo podía abrirse con estilo hacia otros géneros e incorporar nuevos instrumentos sino también preservar su esencia y dar lugar a las melodías más perfectas que jamás se hayan escuchado.

 

“Pet sounds”, de los Beach Boys, y “Sgt Peppers lonely hearts club band”, de The Beatles

“Pet sounds”, de los Beach Boys, y “Sgt Peppers lonely hearts club band”, de The Beatles

The Beatles alcanzaron la perfección creativa con Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, un disco en donde la producción fue llevada a límites hasta entonces desconocidos y que detrás de la superposición de arreglos y experimentos esconde algunas de las mejores composiciones del grupo.

The Rolling Stones, ya posicionados como la antítesis de The Beatles («los chicos duros y malos de Londres»), a diferencia del cuarteto de Liverpool, se mantuvieron fieles a sus raíces bluseras. Sin embargo, con el advenimiento del nuevo sonido de la década, tuvieron que dar un salto para no quedarse atrás. Algunos de los primeros intentos por renovar su estilo fueron los singles «Have You Seen Your Mother, Baby, Standing In The Shadow?» y «Ruby Tuesday» y el álbum Between The Buttons, pero para el final de 1967 sorprendieron con Their Satanic Majesties Request, una inversión total en la psicodelia.

 

El arte de interior del disco

El arte de interior del disco

Su sexto álbum mostró una faceta completamente desconocida de la banda: instrumentos no convencionales como el mellotron, el theremin, el glockespiel y el arpa, mezclados con efectos para las voces, percusión marroquí y estática de radio.

Pese a la complejidad de las canciones, los arreglos por momentos suenan toscos, cacofónicos y monótonos, probablemente debido a que la producción estuvo por primera vez a cargo de la propia banda, luego de que su histórico productor Andrew Loog Oldham abandonara el proyecto a causa del poco compromiso y disciplina que los Stones estaban teniendo con la grabación del álbum. De hecho, las sesiones comenzaron en febrero y terminaron en octubre y se hicieron de manera esporádica y desordenada debido a los problemas con la ley que estaban sufriendo los integrantes del grupo, que habían sido presas de una redada de la unidad antinarcóticos de la policía. Además, el estudio constantemente se llenaba de amigos que casi siempre estaban bajo los efectos de sustancias psicotrópicas. Por si fuera poco, la novia de Brian Jones, Anita Pallenberg, lo había dejado por Keith Richards, por lo que la relación entre ellos estaba en su máxima tensión.Todo ese caos se ve reflejado en el tema que cierra el lado A del álbum «Sing This All Together (See What Happens)», ocho minutos de lo que parece ser una improvisación del estilo de las grabaciones de vanguardia de Frank Zappa y Captain Beefheart, más cerca de «Revolution 9» que de «Strawberry Fields Forever» de The Beatles.

 

Durante la elaboración de la tapa

Durante la elaboración de la tapa

La diferencia en la producción es notable cuando se la compara con el simple «We Love You» (que cuenta con la participación de John Lennon y Paul McCartney en coros) y su lado B «Dandelion», que fueron grabados en el mismo período, pero producidos por Oldham en lo que fue su último trabajo con la banda.

En lo que sí fue realmente innovador este álbum de The Rolling Stones fue en su arte de tapa. Si bien tiene todos los clichés de la era psicodélica (mandalas, planetas, flores y hasta un laberinto sin salida), la foto de la portada era tridimensional. Las primeras ediciones tenían impresa una imagen lenticular en la que los miembros de la banda, a excepción de Mick Jagger, movían sus cabezas. La foto fue tomada por Michael Cooper, quien también inmortalizó la tapa de Sgt. Pepper. Los altos costos de producción hicieron que esta imagen fuera reemplazada por una estática y sólo se volvió a imprimir en 3D para algunas reediciones limitadas en 1980, en 2010 y en la que se acaba de lanzar hace unos meses para conmemorar los 50 años de su edición.

 

Rolling Stones. Londres, 1967

Rolling Stones. Londres, 1967

Un pequeño detalle acerca de la portada: si se miran las flores con atención es posible encontrar escondidas las caras de los miembros de The Beatles. Fue una respuesta de los Stones a la aparición del nombre del grupo en la tapa de Sgt. Pepper, donde, en la parte inferior derecha, en el suéter de la muñeca de la actriz Shirley Temple, puede leerle la leyenda «Welcome The Rolling Stones».

 

The Beatles en la tapa de “Their Satanic Majesties Request”

The Beatles en la tapa de “Their Satanic Majesties Request”

Cuando finalmente Their Satanic Majesties Request salió a la venta en diciembre de 1967, tanto la crítica como los fanáticos quedaron desconcertados. Para la mayoría se trató de una imitación fallida de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y tanto Mick Jagger como Keith Richards se mostraron disconformes con los resultados. Para la revista Rolling Stone, la banda se esforzó demasiado en hacer un álbum innovador similar a los que estaban grabando sus colegas en ese momento, pero terminó siendo un trabajo que sonaba inseguro y con ideas que no lograron tomar forma.Sólo dos canciones de este disco fueron tocadas en vivo por la banda a lo largo de su carrera, la espacial «2000 Light Years From Home» y «She’s A Rainbow», que fue el clásico que dejó este álbum, cuyo prodigioso arreglo de cuerdas fue realizado por John Paul Jones, que unos años más tarde se convertiría en el bajista de Led Zeppelin.

Sin embargo, también se destacan temas como «Citadel», un Rock de Garage con un riff arrollador y una letra inspirada en la película Metropolis de Fritz Lang, «In Another Land», primer aporte compositivo del bajista Bill Wyman y la única canción en la que pone su voz (también participan como invitados Steve Marriott y Ronnie Lane de Small Faces), y «Gomper», un hipnótico mantra similar a las incursiones en la música hindú de George Harrison.

El tiempo y las subsecuentes reediciones le fueron dando un mayor reconocimiento a Their Satanic Majesties Request, que hoy se lo considera una hermosa anomalía dentro de la discografía de la banda, un breve período en el que Sus Majestades Satánicas (apodo que The Rolling Stones se ganaron a partir de este LP) se dieron el gusto de experimentar en el estudio como nunca antes.

 

En retrospectiva, los Stones se animaron a la psicodelia y salieron bien parados, aunque para 1968 ya habían vuelto a sus raíces de la mano de Beggars Banquet. Por eso, a 50 años de su lanzamiento, volver a escuchar Their Satanic Majesties Request resulta una experiencia refrescante y, por sobre todas las cosas, muy entretenida.

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Fuente: infobae.com