Ovidio Roca
El saber popular acuña frases tales como: del dicho al hecho, del discurso a la acción y en esta misma línea de expresión, hace un tiempo en Santa Cruz se decía: “Autonomía se hace al andar” y con esto se quería expresar que no podemos quedarnos en la pura charla y que las autonomías Municipales y Departamentales son parte de un proceso de largo aliento para la construcción política e institucional de unas Autonomías Departamentales en camino hacia el Federalismo.
En esto debemos ser honestos, coherentes y actuar en consecuencia, pues muchas autoridades locales han venido emborrachando la perdiz y pasan su tiempo haciendo discursos autonómicos reclamando más competencias, pero no cumplen ni de lejos con las que tienen. Lo correcto es ejercerlas en su integridad y como resultado de esta práctica y mejores resultados, trabajar para ampliarlas.
Si se hubiera querido avanzar en el proceso autonómico, se tendría que haber empezado por ejercer las 36 competencias exclusivas que otorga a los Departamentos el artículo 300 de la Constitución y que a la Ley Marco de Autonomías faculta sin condiciones.
Las deformaciones de la estructura económica y social, bajo el modelo estatista, populista y cocalero, explican no solo el comportamiento acomodaticio de las clases empresariales del país sino también, por ejemplo, el actual desplazamiento del proletariado minero de la conducción política y sindical de la COB en favor de los grupos cocaleros y comerciantes quienes pertenecen a la actividad económica más rentable y activa del país: productores de coca, pasta base, cocaína, actividad ilegal que representa el vínculo más activo de Bolivia con el mundo. Esto coincide con lo que señalaba Marx: “es el ser social el que determina la conciencia, no la conciencia la que determina el ser social”.
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Se acusa a los líderes empresariales cruceños de que se interesan más por sus negocios que por la autonomía y esto se explica porque la economía está controlada y condicionada por las decisiones políticas del gobierno centralista, que acosa al sector empresarial privado mientras privilegia un modelo doble de economía: uno centralista y estatista para beneficio del grupo palaciego y otro de economía informal para los sectores y movimientos sociales y corporativos que sustentan al gobierno mientras viven de todo tipo de negocios informales e ilegales. No olvidemos que la base productiva condiciona lo político e institucional y cuando se tenga seguridad jurídica, la inversión y el desarrollo empresarial será más eficiente y acelerado.
Una sociedad natural tiene diversas clases sociales posicionadas según sus capacidades y oportunidades, pero que deciden trabajar juntas al servicio del bien común. Los políticos y para hacer honor a su función como representantes del pueblo, no pueden estar al servicio de ninguna clase o sector determinado sino del bien común.
El discurso demagógico de los socialistas y populistas plantea una sociedad sin clases, aunque en realidad es una sociedad de solo dos clases: la cúpula dominante por encima de todo y de todos y el resto.
Se dice que la política es el arte de lo posible y ahora que Santa Cruz cuenta con un Estatuto Autonómico, aunque recortado y limitado, hay que usarlo al máximo asumiendo plenamente todas las competencias que se nos permiten, buscando potenciar al Departamento y su economía.
Lo que vale y corresponde es que los ciudadanos y sus líderes se dediquen a potenciar la región, construir y avanzar en lo político, institucional, productivo y económico y eso se logra con acciones prácticas, educando, industrializando, produciendo mejor, preservando nuestro ecosistema, asegurando así un mejor futuro para nuestros hijos y lo importante es no perder el rumbo y avanzar de frente hacia el Federalismo y la reducción del Estado centralista.
Fuente: ovidioroca.wordpress.com