Los hinchas más radicales del equipo utilizaron las redes sociales para criticar al brasileño: «Está al borde de la indecencia».
Neymar no juega en el PSG desde febrero ya que se recupera de una lesión para llegar bien al Mundial de Rusia. (AFP)
En París, la relación entre el astro brasileño Neymar y los hinchas del PSG maduró tanto que al final se pudrió. El delantero, que llegó esta temporada proveniente del Barcelona a cambio de 222 millones de euros (su cláusula rescisión) no juega desde febrero porque se recupera de una lesión y a los ultras les colmó la paciencia.
La exposición del brasileño en las redes sociales terminó de romper una relación que empezó a puro idilio, pero que rápidamente comenzó a diluirse tras la pelea por un penal con el uruguayo Edinson Cavani, que juega en el PSG desde hace cinco temporadas y lleva anotados 166 goles.
Neymar se lesionó en un partido ante el Olympique de Marsella el 26 de febrero. Primero el club informó que se trataba de un esguince de tobillo, luego agregó una fisura en el quinto metatarso; aunque el médico de la selección brasileña afirmó que se trataba de una fractura. Lo cierto es que el futbolista debió someterse a una intervención quirúrgica, en Belo Horizonte.
«Ha consistido en la colocación de un tornillo asociado con un injerto a nivel de la lesión del quinto metatarso derecho», contó el cirujano en su momento. Neymar se perdió la revancha con el Real Madrid por los octavos de final de la Champions League y el PSG quedó tempranamente eliminado de la competencia.
Desde su operación, Neymar permanece en Brasil, junto a su familia, pero la constante interacción del futbolista con sus seguidores en las redes sociales terminó de encender la bronca de los ultras parisinos que le exigieron respeto: «La gestión de una lesión fuera de nuestra casa y al límite de la indecencia. Es un comportamiento irrespetuoso hacia los aficionados y exigimos a nuestros jugadores la parte de respeto que nos merecemos. La paciencia tiene sus límites».
En tanto, el futbolista se muestra bailando en una pierna en el cumpleaños de su hermana; jugando al póker con sus amigos o en un evento a beneficio. Y mientras en París lo critican, en Brasil también están preocupados porque faltan apenas 47 días para el Mundial.
Fuente: clarin.com