Theodor Friedrich: «Bolivia no es un país con hambre cero, todavía hay subnutrición»

Pese a que hubo mejoras en temas de soberanía alimentaria los últimos años, Bolivia no figura entre los países con hambre cero y aún existe un nivel de subnutrición que afecta a grupos vulnerables, según el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Theodor Friedrich.

En una entrevista con Los Tiempos, Friedrich mostró su preocupación por los rendimientos de los cultivos y el uso de plaguicidas a tiempo de participar del taller regional de “Legumbres: conservación y protección de recursos genéticos ocales”.



-¿Cómo está la seguridad alimentaria en Bolivia?-En las estadísticas, Bolivia todavía no aparece como un país hambre cero, pero ha avanzado de un nivel muy elevado de hambre hacia un nivel muy reducido. Sin embargo, ahora hablamos de una subnutrición que todavía existe.

La subnutrición está marcada por parámetros como la anemia, la nutrición no balanceada, crecimiento lento de niños que afecta a grupos vulnerables. Todavía tenemos asuntos que trabajar en Bolivia y mejoras necesarias.

Lo que preocupa en temas de nutrición también está en el otro lado, es decir, la obesidad que es fruto de una nutrición no balanceada.

En Bolivia existe un objetivo político de alcanzar la soberanía alimentaria, no sólo tendiendo recursos para comprar alimentos, sino para producir su propia alimentación. Tiene tierra, conocimientos, variedades, una diversidad climática para realmente satisfacer todas las demandas de la población boliviana.

-Aún hay problemas de abastecimiento de algunos rubros como el trigo, ¿qué cree que nos falta?-Incluso la papa yo diría porque estamos importando mucha papa y de forma creciente. Yo veo en Bolivia, con preocupación, que los niveles de rendimiento son de los más bajos en la zona. Yo creo que no hay otro país en la región que tenga rendimientos tan bajos en la mayoría de los cultivos.

Eso es preocupante, no se justifica con los recursos naturales que el país tiene. Obviamente, el cambio climático está afectando, pero esta situación no es reciente. Yo creo que ahí necesitamos más apoyo directo al sector productivo. Ya el Gobierno invierte en la agricultura, pero todavía no ha llegado con la asesoría técnica.

Necesitamos acceso a tecnología, insumos, semillas, maquinaria. Hemos desaprovechado los potenciales que tenemos en los valles, en el altiplano y en las zonas andinas.

-¿Cómo está la cooperación de la FAO en Bolivia?-Estamos trabajando en una gama muy amplia con la contrapartida de ministerios. Varios sectores nos piden asistencia en inocuidad de alimentos y nutrición. Tratamos de responder como una agencia de asistencia técnica a todos estos sectores.

Entonces estamos trabajando en sistemas de nutrición, de alimentación escolar, proyectos de resiliencia y respuesta a desastres naturales, sistemas de riego, carpas solares y con el Maya en las zonas amazónicas.

Para el futuro, estamos elaborando proyectos más grandes para enfrentar el cambio climático para cambiar sistemas productivos en Bolivia hacia una agricultura sostenible; justo para enfocarnos en los bajos rendimientos.

-¿Qué opina sobre el sistema de cupos para la exportación?-En teoría, ese sistema está bien, siempre y cuando esté en exportación de productos agrícolas, pero hay que vigilar ciertas cosas. La primera es vigilar que la producción que va a la exportación sea sostenible para evitar exportar nuestros recursos naturales para una ganancia.

Por otro lado, tenemos que ver la soberanía alimentaria, es decir, exportar lo que nos sobra y no para crear ganancias y tener que comprar los alimentos que necesita el país. En ese sentido, el sistema de cupos está bien pensado.

Pero, en la realidad, Bolivia está importando alimentos. Las políticas están, pero hay que seguir ajustando.

-¿Existe un problema en la región por el uso del glifosato, en Bolivia han recibido alguna denuncia en particular?-No conozco problemas concretos en Bolivia, pero se necesita más atención en el uso de plaguicidas, reforzar los trabajos del Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria), no sólo con laboratorio, sino con políticas, leyes y capacidad de vigilar las fronteras y el uso de plaguicidas en el campo.

Hablamos de la norma de cómo se aplica el uso de químicos, es decir, de las técnicas y de los sistemas agrícolas productivos. Con la producción agroecológica, sin llegar a una agricultura orgánica, podemos reducir el uso de plaguicidas.

-¿Qué opina del impulso de los transgénicos en Bolivia?-Yo no soy partidario de los transgénicos ni la ingeniaría genética para crear nuevas opciones de cultivos. Los transgénicos actuales están siendo usados para hacer compatible algunos alimentos con agroquímicos, con un fin más económico que para la humanidad.

Prohibir transgénicos no es una buena cosa, porque puede haber transgénicos para resistir a la sequía y eso pueden existir actualmente.

“Yo veo en Bolivia, con preocupación, que los niveles de rendimiento son de los más bajos en la zona”

LA PAPA FRITA Y EL POLLO, DIETA SIMPLE

“En Bolivia tenemos la tendencia de simplificar nuestra alimentación, de alimentarnos con supermercados que es negativo porque Bolivia tiene un potencial grande en agricultura campesina y agricultura familiar”.

“Diferentes cultivos aportan a una dieta diversificada y no simplificarla a la dieta de la papa frita con el pollo”.

Fuente: lostiempos.com