El Gobierno, a través del ministro de la Presidencia, Alfredo Rada, calificó su relación con la Iglesia Católica de Bolivia como “excelente”, aunque admitió que existen “diferencias” con algunos miembros de la cúpula.
La evaluación se dio en medio de un cruce verbal del Ejecutivo con los líderes católicos sobre la repostulación del presidente Evo Morales en las elecciones presidenciales de 2019, que fue rechazada por un referéndum, aunque luego autorizada por un fallo constitucional.
La Iglesia Católica acusa al Ejecutivo de alejarse de su rol pastoral para hacer política. Los sacerdotes salieron al frente para advertir de la arbitrariedad y abuso de poder que ejercen las autoridades de Gobierno.
“La relación del Gobierno con el conjunto de la Iglesia está bien, es una buena relación de cordialidad y respeto. El propio presidente Morales se ha calificado como un católico de base. La relación de él con la cabeza de la Iglesia Católica que es el cardenal Toribio Ticona es excelente. Yo creo que el problema está con el criterio que emiten algunos obispos”, dijo Rada.
Apuntó al secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), padre José Fuentes; el monseñor Ricardo Centella; monseñor Sergio Gualberti y al monseñor Jesús Juárez, de quienes dijo que “lanzan mensajes que no son pastorales sino abiertamente políticos”.
“Creo que esas son las diferencias que pueda haber, no creo que se pueda ampliar esas diferencias al conjunto de la Iglesia. La relación está en buen nivel”, insistió.
Las posturas vertidas por algunos clérigos “son abiertamente políticas” para Rada, quien, sobre ese fundamento, se cuestionó por el rol que cumplen los jerarcas católicos.
La labor “pastoral es de unir, no confrontar ni dividir, y la verdad es que esos debate políticos y jurídicos tienden a dividir, a polarizar, no creo que la Iglesia deba estar en esos debates”, insistió.
En medio está la CV Asamblea de Obispos de Cochabamba, desde donde el presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), Ricardo Centellas, advirtió que en el país hay signos preocupantes de un “totalitarismo visible o encubierto, y fácilmente se vuelve una dictadura y termina traicionando al pueblo”.
Rada también cuestionó por qué en ese cónclave de la cúpula de los católicos no participa el cardenal Toribio Ticona siendo la cabeza de la Iglesia boliviana.