
El contrato, financieramente auto-sostenible, tendrá una vigencia de diez años e incluirá el retiro de las antiguas luminarias, la instalación de las nuevas y su conexión al sistema de alumbrado público, así como el mantenimiento y reposición de las lámparas LED durante una década.
Para esto último se creará un Centro de Monitoreo Telegestionado que controlará el consumo eléctrico, optimizará el encendido y apagado de luces, y brindará una detección rápida de reclamos y fallas, reduciendo costos operativos.
La tecnología LED
Las luminarias LED (light-emitting diode) presentan numerosas ventajas en comparación con las tradicionales lámparas de sodio: larga vida útil, pudiendo llegar a 50 mil horas de vida conservando más del 70% del flujo lumínico original; menor mantenimiento; alta eficiencia energética; encendido instantáneo, mucho más rápido que el de las luces convencionales, al punto que la vida de las LED no se reduce por las repetidas acciones de encendido y apagado; y diseño ecológico, que reduce el volumen del residuo (prácticamente la totalidad de la LED es reciclable) y que no contiene mercurio ni otros elementos tóxicos.
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Eficiencia energética
La implementación de la tecnología LED es parte fundamental en el cambio de paradigma recomendado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), centrado en el concepto de eficiencia energética (EE), marco en el que deben involucrarse tanto la sociedad como el Estado en sus diferentes niveles.
Para el analista en el tema energético Boris Gómez Úzqueda, “hay una trilogía inseparable: elaboración de políticas para uso y fomento al desarrollo de las Energías renovables no convencionales (ERNC), implementación de EE y utilización de sistemas de iluminación pública LED y de reducción de uso de electricidad convencional”.
El experto subraya que “el sistema de alumbrado público de varias ciudades de América Latina es antiguo, obsoleto, contaminante, porque consume demasiada energía y despide mucho calor. Sin duda que la iluminación LED produjo una revolución en todo el mundo, generando más EE y brindando más luminosidad que las lámparas de fibra de carbón. La innovación no va a detenerse y está empujando nuevas sinergias entre privados-estados-sociedad con LED, EE, IoT y nuevos paradigmas”.Ciudad verde e inteligenteEsa transformación también está relacionada con dos nuevos modelos de ciudad que tienden a fusionarse en uno: el de las Green City (ciudad verde) y las Smart City (ciudad inteligente).La Green City es una ciudad que cuenta con la energía más limpia y eficiente posible, características que igualmente se aplican a su transporte y edificios. Está conectada a través de espacios verdes, cuenta con medios de transporte público accesibles y fomenta los recorridos peatonales y ciclísticos.La Smart City, por su parte, no es primordialmente un espacio urbano lleno de chips, sensores y cables que monitorean todo, sino una ciudad rediseñada en base a criterios de eficiencia y sostenibilidad, que utiliza herramientas tecnológicas para viabilizar esos fines.Cooperación con otros municipiosVolviendo a la iniciativa LED de Santa Cruz de la Sierra, el cambio no sólo será beneficioso para este municipio: las luminarias de sodio serán transferidas, mediante convenios, a las comunas vecinas que así lo soliciten. De esta manera, la innovación tecnológica servirá para apalancar la cooperación en la Región Metropolitana.Fuente: tambiensucede