Políglota tartamudo


José Luis Bolívar Aparicio

De los últimos matrimonios a los que asistí como invitado,en un par de ellos, un detalle no menor me pareció de muy mal gusto, peroresulta que, según lo averiguado, se trata de una costumbre mucho más común delo que imaginaba, y que cada vez es más normal el practicarla.

En la invitación, además del parte y de los datos de larecepción, figura que los regalos deben adquirirse en determinada tienda y enalgunos casos, los novios ya escogen los obsequios de antemano y a uno no lequeda más que ir y pagar.



En lo personal, me parece un gesto por demás abusivo y quele quita el sentido absoluto al obsequio como tal, aunque al menos, de esaforma, los novios se evitan que les regalen la misma alcuza 20 veces. De maneraque al parecer, no queda otra que seguir las “reglas sociales” y esperar quelos novios no hayan escogido sus regalos en Tiffany’s o similares.

Pero como hay gente a la que le gusta apretar la tuerca másallá de la rosca, a una novia en el estado de Oregón, USA, se le antojó, juntocon el organizador de bodas, no sólo exigir regalos exclusivos a sus invitados,sino, además, ponerles reglas de conducta a cumplir durante el acontecimiento.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

A través de las RRSS, este “wedding coordinator”, hizollegar a los asistentes la siguiente lista de requerimientos:

1.            Porfavor, lleguen 15-30 minutos antes
2.            Por favor, no vistan deblanco, crema o marfil
3.            Por favor, no usen ningúnotro peinado que no sea un bob o una coleta de caballo básica
4.            Por favor, no usenmaquillaje
5.            No graben durante laceremonia
6.            No registren la visita enFacebook hasta que se les indique
7.            Usen el hashtag #XXX cuandopubliquen las imágenes
8.            NO HABLEN CON LA NOVIA ENABSOLUTO
9.            Todos brindarán con Rémy.Sin excepción
10.          Por último, deben venir conun regalo de 75 dólares o más o no serán admitidos en la boda.

Ante semejante lista, que más parecía el rider de una figuradel rock, seguramente lo que la demandante novia quería, era ser la únicaestrella y que no aparezca nadie que la opaque ni por si acaso.

Definitivamente fue la única luz de la fiesta, el problemaes que no había quien observe el destello, pues aparte del novio, elorganizador y algún familiar, nadie más asistió al evento, y la consorte tuvoque aprender de muy mala manera, que cuando se “exigen u obligan” cosasabsurdas, los resultados son justamente de esas dimensiones.

Esa misma lección la aprendió el Vicepresidente, cuando laatrevida pero muy valiente reportera del Diario, en pleno desayuno navideño, lepidió a la autoridad, que envíe a la población boliviana, un saludo pascuero,pero en algún idioma nativo, dejando por descontado claro está, que don Álvaro,mínimamente sabe hablar uno, de acuerdo a como lo demanda, exige y obliga laConstitución Política del Estado, esa misma que él y su amigo Pablo Iglesiasredactaron casi en su totalidad.

Desde siempre, los preceptos de la izquierda mundial,procuran que los cambios que se realicen durante sus “revoluciones” sean dealto impacto y calen hondo en el imaginario popular, tendiendo a magnificar loancestral y vernacular por igual.

Cambiar de República a Estado Plurinacional o darlescategoría de nación a grupos étnicos fueron los más claros ejemplos, o elevar acategoría de símbolo patrio a la Whipala, aunque nadie sepa a ciencia cierta nisu origen siquiera.

Pero ante tanta folclórica iniciativa, una de las menospensadas, pero más polémica de todas, fue crear la “obligación” de hablar algúnidioma originario aparte del castellano, para poder ejercer como funcionariopúblico, tal cual lo estipula el Art. 234 en su inciso 7.

Tal como lo hicieron con la aplicación de ciertas Leyesconveniencieras, dicho estipulado constitucional fue utilizado a pedido delcliente, la ocasión más relevante fue cuando eliminaron al periodista JhonArandia de los postulantes a Defensor del Pueblo, por no “saber” un idiomanativo.

Cuando el segundo hombre al mando del país quedó enridículo, no solo por la tartamudez inicial sino por lo torpe e incongruente desu respuesta, quedó en claro que, la CPE en muchos casos, nunca obedeció anecesidades verdaderas de la población, sino a antojos inconexos de quienesmandaban los textos ya definidos desde afuera del Teatro Gran Mariscal Sucre ymuchas veces desde afuera de nuestras fronteras.

Para los bolivianos en general, saber castellano, es unalabor difícil de por sí, para muestra basta un botón, dese la vuelta 5 minutospor el Facebook y comprenderá que el 90% de los usuarios en este idioma, notienen la menor idea de cómo escribirlo, si a eso se quiere aumentar un idioma“originario”, la cosa se complica por demás.

Acudir a la CPE para la conservación de las lenguasoriginarias fue algo absolutamente innecesario, bastaba de sobra su reconocimiento. Una política de Estado, a partir delMinisterio de Educación que creara un Instituto de Lenguas, en el que hombresdoctos y letrados en el tema, recuperen dichos dialectos y se generen las basespara el estudio y enseñanza de tales léxicos era lo recomendable y congruentesi se quiere. ¿De qué sirve pues “hablar” si no se puede leer o escribir dichalengua?, si sus reglas gramaticales son desconocidas y lo peor de todo, ¿Cómose puede calificar si una persona sabe o no hablar tal o cual lengua, si noexisten las reglas o bases para la cualificación y cuantificación de ese saber?

Si alguien quiere certificar su conocimiento del idiomainglés, por ejemplo, existe una serie de exámenes certificados poruniversidades y embajadas, que tienen normas y reglamentos para tomarlos, conestipulaciones claramente definidas.

A estos exámenes se asiste de acuerdo al requerimiento,dependiendo del objetivo, si este es para entrar a una universidad, postular aun trabajo, aspirar a una visa o simplemente certificar la aptitud en el idiomade Shakespeare.

En ellos se mide los conocimientos en la comprensión, lalectura, la escritura y el habla, de tal manera que, si uno lo aprueba, reciénpuede decir a ciencia cierta que sabe, en este caso, el idioma inglés.

Lo propio sucede con castellano, francés, alemán y cuantalengua exista que le pertenezca a un Estado serio. Pero como en Bolivia vivimosen jauja, donde las leyes se cumplen pero no se acatan, para obtener el títulode políglota, basta con que cualquier disputado tira saco certifique quenuestro líder iluminado habla perfectamente 3 idiomas para que le creamos.

Urge ser serios con el tema y de una vez sentar las reglaspara la “acreditación” del conocimiento y que las carreras de lingüística denuestras universidades se pronuncien al respecto, pues hasta ahora no han dichoni mu, en ningún idioma.

Creo honestamente que en cuanto acabe la gestión de EvoMorales, el próximo gobierno debería convocar nuevamente a una AsambleaConstituyente, más cívica y menos politizada (perdone la inocentada), para quecorrija errores terribles como esta absurdez del idioma nativo o la elección demagistrados, entre tantas otras cosas, y que quede claro que NO, MANA o JANIWAsignifican exactamente lo mismo.