Alguno tal vez pueda “alharaquear” con el supuesto resurgimiento de la guerra fría, tras la decisión de Rusia de respaldar la dictadura de Nicolás Maduro en abierta confrontación con la Casa Blanca, que no solo desconoce al sátrapa venezolano, sino que solo admite el mandato de Juan Guaidó. Recordemos que no es la primera vez en los últimos tiempos que las grandes potencias juegan a las pulseadas sobre el mapamundi y los dominios de cada uno. Seguramente el conflicto sirio ha sido el motivo más álgido de disputa entre rusos y norteamericanos, trance que terminó en una suerte de empate, con un único perdedor, el pueblo sirio que sufre los horrores de la guerra y la dictadura. Si vamos a hablar de una verdadera guerra fría, debemos remitirnos a la crisis de los misiles de 1962, que también concluyó con un acuerdo entre los archienemigos, mientras el dictador Fidel Castro refunfuñaba, pues su intención era desatar una guerra nuclear. A diferencia de la famosa película del oeste, aquí no está claro quién es el bueno y quién el malo. Aunque el único que sigue pasándola muy feo es el pueblo venezolano.
Fuente: eldia.com.bo