Miles de niños intentan cada año completar el viaje desde Etiopía y otros países del Cuerno de África a la Península Arábiga, y muchos acaban viviendo en la calle y trabajando en la ciudad portuaria de Yibuti.
Yibuti, uno de los lugares más secos y calurosos del planeta, es uno de los principales lugares de paso para estos migrantes, y muchos de ellos, incluidos niños, quedan «atrapados» en su capital homónima, sin acceso a transporte marítimo, y se ven forzados a trabajar en el pequeño país del Cuerno de África.
El informe recoge casos como el de un menor que gana 56 dólares mensuales trabajando en un restaurante y envía casi todo ese dinero a su familia en Etiopía, entre otros muchos testimonios.
«Trabajé para una familia durante cuatro años, limpiando y cocinando para ellos, y cuando dejaron de pagarme me fui y comencé a vivir en la calle», cuenta en el estudio una joven de 17 años. «Duermo en la playa, no he podido encontrar ningún trabajo y quiero dejar esta vida pero no tengo a dónde ir», añade.
Otro menor, de 16 años, cuenta cómo caminó durante un mes para llegar desde Etiopía a Yibuti, sobreviviendo con la comida que mendigaba, y ahora malvive con empleos esporádicos que no siempre son fáciles de encontrar.CP (efe, ap)Fuente: www.dw.com
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