Luis Revilla: “Hacer gestión pública es difícil; hay que aprender a sobreponerse”


El Alcalde de La Paz informa que se están extrayendo los líquidos del relleno sanitario para evitar otra crisis.

Luis Revilla: “Hacer gestión pública es   difícil; hay que aprender a sobreponerse”
La subdirectora Mery Vaca, el alcalde Luis Revilla y la directora del periódico, Isabel Mercado. Freddy Barragán / Página Siete


Una vez superada la emergencia, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, hace una evaluación de la crisis de la basura. Admite que su imagen política pudo haber sufrido algún desgaste, pero cree que la gente sabrá valorar que él hizo lo correcto en el momento oportuno. Anuncia que en mes y medio la basura de La Paz se depositará en un relleno transitorio y que luego se montará una empresa de industrialización de residuos, de la que espera que formen parte   el Gobierno y los municipios circundantes.



Reconoce que la empresa encargada del relleno (TERSA) tardó demasiado en elaborar un estudio sobre la rotura de una celda ocurrida en 2017 y que autoridades del Sistema de Regulación Municipal (Siremu) no hicieron el seguimiento oportuno al tema. En ese estudio, que fue entregado apenas unos días antes del desastre, se estableció que el motivo del deslizamiento de  2017 fue el exceso de líquidos. Si no se hubieran tardado dos años en hacerlo, otra hubiera sido la historia.

 La Paz convivió con la basura durante 13 días porque el 15 de enero se rompió una celda del relleno de Alpacoma y una enorme mazamorra de basura y lixiviados salió expulsada hacia los alrededores. Frente a eso, los vecinos de la zona bloquearon el acceso al botadero.

¿Cómo está encarando la etapa poscrisis del relleno sanitario de Alpacoma?

Estamos enviando la información semanal al  ministerio y a la Gobernación respecto a las tareas que se están haciendo en el relleno sanitario para terminar de controlar la situación, para que no se produzcan más dificultades adentro, hasta tanto se entregue el plan de cierre y se  establezca lo que se tiene que hacer los próximos 10 años en esos predios de Alpacoma.

 ¿Qué es lo que pasó?, ¿dónde está la responsabilidad y qué acciones ha tomado la Alcaldía?

Todos  los informes técnicos, incluidos los de los expertos que nosotros trajimos de Sao Paulo y de Bogotá,  dan cuenta   que en el relleno existía mucho líquido por debajo. La pregunta y eso es lo que tiene que establecer la auditoría es por qué había esa cantidad de líquidos. Puede ser lluvia, pero no llueve todo el año, llueve cinco meses, o por mal tratamiento de los líquidos, mal sistema de evacuación, puede ser. Todo eso tiene que establecerse en una auditoría ambiental, no solamente para conocer qué ha ocurrido exactamente, sino también para establecer si se ha producido un daño ambiental, porque nadie puede decir que ha habido un daño ambiental mientras no se haga una auditoría. Como parte del plan de contingencia, la empresa ha contratado unos equipos muy complejos de minería para extraer los líquidos a más de 15 metros de profundidad.

El hecho de que existan esos líquidos ahí  dentro, ¿significa que todavía hay un riesgo de otra crisis?

En la parte de la celda cuatro que se ha deslizado, se están conduciendo los líquidos hacia nuevas piscinas que se han construido en estos días, para que pueda hacerse el tratamiento. Y en la otra parte se están haciendo estas perforaciones desde hace varios días para extraer todo este líquido,  porque si no hiciéramos eso, sí,  claro, podríamos estar ante una situación de que el deslizamiento continúe.

¿Ese trabajo se está haciendo sólo en la celda cuatro o en todo el relleno?

En todo el relleno, absolutamente, en todo el relleno, tanto en el área deslizada como en esta que no se ha deslizado y donde se están abriendo estas perforaciones a esa profundidad justamente para drenar y sacar todo el líquido que está abajo.

 Los vecinos de la zona dijeron que advirtieron a la Alcaldía desde hace cuatro años de los posibles daños por  la cercanía del relleno. ¿Por qué no se hizo un plan de contingencia previo?

La mayor cantidad de las notas de los vecinos tienen que ver con los olores y con el reclamo que ellos planteaban de que el relleno no tenía licencia ambiental, nunca ha habido una alerta que nos diga que se va a deslizar. Les hemos enviado la licencia del año 2010 por un periodo de 20 años, hicimos una comisión con los vecinos para enfrentar el tema de olores y de moscas, que es un problema de cualquier relleno en cualquier parte, por eso también se establecen estos parámetros de distancia de poblaciones. Ellos argumentan también que no se habían hecho estudios geológicos para la instalación del relleno el año 2004. Todos los documentos que acompañan la obtención de las licencias temporales y la licencia definitiva en 2010  están acompañados de estos estudios.

 Sin embargo, se rompió una de las celdas el año 2017, ¿esa no fue una alerta para prever que iba a colapsar?

Fue una alerta, pero necesitábamos saber cuál era la causa de ese deslizamiento puntual de  2017. Lo que se le instruyó a la empresa fue que lleve adelante estudios geológicos para saber qué cosa estaba ocurriendo.

¿Y qué dijo ese estudio?

La empresa terminó ese estudio a fines de  2018 y fue comunicado al Gobierno Municipal la primera semana de enero de este año (días antes del desastre).  Y establecía presencia evidentemente de líquidos debajo.

Entonces, la empresa ha cometido una irregularidad grave al tardar desde  2017 hasta  2018, en hacer un estudio de un tema de gran emergencia.

Exactamente, y esa es la razón por la que nosotros hemos impuesto la sanciones administrativas y eventualmente serán sanciones que pueden incluso incrementarse. Lo que también hubo es que   nuestro sistema de regulación (Siremu) incurrió en una falta de seguimiento respecto a esas instrucciones que se dieron. Se cumplieron, pero tenían que haberse hecho con una agilidad y con una rapidez mucho más óptima.

Se ha denunciado que las aguas subterráneas están contaminando el lugar o ¿acaso eso se puede impermeabilizar o separar de forma segura?

Cuando ocurrió el deslizamiento el 15 (de enero), lo primero que hicimos es desplegar maquinaria para hacer tres diques en la quebrada Alpacoma y ahí retuvimos los líquidos para que no bajen hasta el río; pero además hicimos una zanja siguiendo la quebrada, cosa que si llovía no vaya a ser que el agua llene estas presas y rebalsen líquidos; entonces el agua empezó a bajar por esa zanja y los líquidos quedaron confinados ahí. Esos líquidos se han extraído prácticamente todos y esa tierra que ha quedado afectada por los líquidos también se la saca y la estamos sacando todavía.

 ¿Donde están llevando eso?

Dentro del relleno otra vez. Si algo hemos hecho ha sido evitar la contaminación del río porque eso hubiera sido muy grave. Hemos tomado pruebas nosotros del agua del río Achocalla  y ninguna  da señales de una situación distinta a las pruebas de noviembre. Eso ha sido lo que nos ha angustiado, eso no podía ocurrir porque si eso ocurría era una tragedia.

¿Cuánto tiempo van a tardar en recoger todo eso hacia la celda otra vez?

Creemos que puede tomar un mes aproximadamente porque ya se ha retirado el líquido y ahora se está retirando la tierra, que en el plan de cierre será parte del tratamiento que se le va a dar.

 Usted dice que se podrían incrementar las sanciones a la empresa, ¿de qué sanciones está hablando, penales?

No, porque eso correspondería en la eventualidad de que se establezca ese tipo de responsabilidades a través de una auditoría, pero si tuviéramos en este proceso del plan de contingencia un incumplimiento a ese plan, la empresa puede ser otra vez multada. La empresa tiene muchas cosas que hacer  para terminar de estabilizar el área, las piscinas, los lixiviados, entonces pensar en una rescisión en este momento no parece que sea la mejor salida. Si rescindimos, quién se hace cargo.

¿Y cuál será la sanción para los funcionarios de Siremu y cuál ha sido el problema con ellos?

No se ha hecho el seguimiento que se debería hacer, o sea, se dieron las instrucciones a la empresa para que haga lo que tenía que hacer, pero quizá no se hizo el seguimiento de los plazos. Ha sido nombrado ya un nuevo director del Siremu la semana pasada y él tiene la misión de hacer una evaluación hasta esta semana respecto a la continuidad   del resto del personal.

 El relleno tenía una vida útil de  2004 a octubre de 2017. ¿Por qué se alargó el uso del relleno y no se construyó otro?

Hay que separar dos cosas. Cuando se hace el trámite se habla de una vida útil de 13 años, pero después de  2004, se sacaron varias licencias provisionales por varios meses, pero en 2010 se decide obtener una licencia ambiental como tal que es  por 10 años, es decir, tiene validez hasta   2020. Además, el contrato que se firma el año 2004 es un contrato por 20 años, o sea hasta   2024. La previsión era que se iban a adquirir terrenos en todos los alrededores de Alpacoma para ampliar el relleno y ampliar el funcionamiento hasta 2025. Yo tomé contacto en agosto del año pasado con la Ministra de Planificación para decirle que impulsemos un proyecto de industrialización, para lo que hicimos una comisión que trabajó todo   2018, pero vino el deslizamiento y ahora tocará ponerle acelerador y aprovechar  la oportunidad para tener una planta de industrialización metropolitana.

 ¿Por qué La Paz no ha podido avanzar más rápidamente en proyectos de industrialización y/o de separación de basura?

El contrato de recolección de residuos con la empresa Sabempe terminaba en 2016, entonces lanzamos la licitación para el nuevo contrato de recolección. Ahí sí incorporamos contenedores que no había   en toda la ciudad, contenedores diferenciados que los tenemos ahora en Miraflores y Achumani y la idea es ampliar al conjunto de la ciudad, incorporamos un sistema de separación paulatina. Por otro lado, para la planta de industrialización no existía la normativa que permita impulsar procesos de industrialización. Si usted produce energía dentro de un relleno sanitario, a quién le vende, al Estado, y no existía la norma para que el Estado incorpore esto al sistema de distribución. A partir de estas conversaciones que estuvo impulsando la Ministra de Planificación, no sólo con La Paz, existe desde fines del año pasado una norma que permite que si usted produce energía  puede vender al Estado para que el negocio sea rentable.

En plena crisis decía que no es posible cerrar el relleno de un día para el otro, al final por la presión está optando por cerrarlo precipitadamente. ¿No será que estas soluciones precipitadas puedan generar nuevos problemas?

No fue la presión, fue el criterio técnico de los especialistas que llegaron de Sao Paulo y de Bogotá, que  junto con  nuestros técnicos, todos hemos llegado a la conclusión de que el relleno no puede seguir funcionando en estas condiciones. Ahora estamos yendo por una solución transitoria; en mes y medio tenemos que encontrar un lugar para depositar residuos como relleno durante dos años. Se han presentado nueve ofertas para vendernos terrenos, cuatro opciones que podrían operar un relleno transitorio por dos años y la tercera opción era usted ponga el terreno y usted opere. Tenemos un abanico de posibilidades que tienen que decidirse en estos días para decir cuál es la más viable. Eso tiene que funcionar por dos años, porque construir una planta de industrialización toma aproximadamente año y medio.

¿Dentro de mes y medio ya estarían llevando los carros la basura de La Paz a ese nuevo relleno?

Sí, a otro lugar.

Y en cuanto a la empresa de industrialización, ¿estaríamos hablando de energía?

Hay muchas opciones. Hay las que producen combustible con la basura, hay las que producen energía eléctrica, las que separan antes la basura e industrializan o reciclan o la venden. El resto de la basura es exprimida  de todos los líquidos, se la envuelve en plásticos y se la vuelve a guardar, hay otras que incineran la basura y el resultado es una ceniza con la que se fabrican ladrillos. Hay verdaderamente muchas alternativas, con la UMSA, con la cooperación suiza y con el ministerio va a establecer un buen mecanismo para ver cuál de esas opciones es la más razonable para nuestra calidad de basura.

¿La industrialización va a ser sólo en la ciudad de La Paz o del área metropolitana?

Nosotros tenemos interés de que participe el Gobierno porque si participa el Gobierno, los municipios del resto del área metropolitana, dada su afinidad política, podrían involucrarse con mayor entusiasmo.

¿No se va a impulsar también una campaña educativa para que la gente genere menos basura y proceda a la separación?

Un proceso de separación tiene obligatoriamente que estar vinculado a un proceso de industrialización;  si no, no tendría mucho sentido porque no tendríamos a dónde llevar.

 Usted ha tenido una actitud un poco confrontacional durante el conflicto. ¿No cree que eso ha sido perjudicial para la solución, en el sentido de no reconocer que había un problema ciudadano más allá de la acción política del MAS?

Lo que no se podía hacer era desinformar y tergiversar lo que había ocurrido. Ha ocurrido una situación de gravedad y de magnitud, sí, pero dentro del relleno sanitario. Hubo una acción política (del MAS), un intento de aprovechamiento político que había que desvirtuarlo, jamás hemos minimizado las cosas.

Daba la impresión de que usted no quería ir a dialogar con la gente porque consideraba que todos son políticos, pero realmente la ciudad estaba ahogándose en un problema.

Hemos estado en conversaciones con el Alcalde de Achocalla durante todo el conflicto, tratando de buscar alternativas, nos hemos reunido, mi gente se ha reunido con la gente de Alpacoma, con el Alcalde, con todo el mundo, tratando de encontrar soluciones. De ahí trajimos a los técnicos de afuera porque necesitábamos también un criterio y fuimos nosotros los que dijimos que se cierra el relleno que fue lo que se firmó días después. Igual nos hubiéramos ahorrado varios días de tener la basura en la calle si es que la intervención política no hubiera sido previa. Es decir, hemos hecho todo lo que podíamos hacer, ir a El Alto, hemos hablado con el Alcalde de Pucarani, con el Alcalde de Achocalla, pero está claro que había otra intencionalidad para desacreditarnos, sin tomar en cuenta que el conflicto se estaba agudizando. Eso fue lo que finalmente obligó a una intervención oportuna del Presidente para poner fin al conflicto y para poder encontrar una solución que es la misma que nosotros habíamos planteado días atrás.

El Vicepresidente ha denunciando la existencia de un racismo ambiental que ha silenciado esta crisis. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Yo creo que no es cierto. A la mayoría de esas ONG ni las conozco, ni la Alcaldía tiene ninguna relación de ninguna naturaleza y, si de alguien nos hemos preocupado el momento de la emergencia y del deslizamiento, ha sido de los campesinos y de los habitantes agrícolas que viven en el sur de la ciudad porque si se hubiera producido una contaminación del río los que verdaderamente hubieran resultado afectados en primer lugar hubieran sido ellos. Entonces,  lo menos que se puede decir es que la Alcaldía hubiera actuado con una consideración racista ni mucho menos. Por otro lado, la crítica o la demanda del cierre ha venido de Alpacoma, pero también de Isla Verde, que debe ser la urbanización más privilegiada que existe en la ciudad y la más exclusiva; entonces,  no creo que este análisis que ha hecho el Vicepresidente sea correcto.

¿Cómo queda su imagen después de esta crisis? ¿Ha sufrido un desgaste?

Seguro, no lo dudo, no lo dudo; pero también estoy con la conciencia tranquila de haber hecho lo que había que hacer en el momento en que se presentaron las cosas. Las responsabilidades más especificas tendrán que establecerse a partir de la auditoría. También soy consciente de que hacer gestión pública en nuestro país es una cosa muy difícil, o sea muy compleja, y por lo tanto hay que aprender a sobreponerse y a ocuparse de lo que verdaderamente es importante. Así que entiendo que pueda haberse producido un desgaste, pero estimo que la gente también pueda valorar los esfuerzos que hemos hecho para evitar que la cosa sea verdaderamente inmanejable y sea una situación que pudiera tener un costo ya no político sino un costo ambiental sin precedentes.

Los ambientalistas anticipan que la próxima crisis de La Paz será la sanitaria porque las alcantarillas no soportarán más. ¿Es eso cierto?

Hemos planteado con El Alto la necesidad de constituir una empresa metropolitana del servicio de agua potable y alcantarillado, que pueda hacer las inversiones que necesitan hacerse. EPSAS es una empresa rentable, pero el grueso se va a sueldos y salarios. Si a EPSAS le sumáramos el patrimonio de Samapa que es propietaria de las redes de la ciudad, podríamos construir una empresa que pueda acceder a créditos, porque para renovar y adecuar el sistema de alcantarillado de toda la ciudad necesitamos 200 millones de dólares y eso lo tiene que hacer EPSAS porque es la empresa encargada.

¿Significa que ya no más necesitamos ese cambio o estaremos en problemas?

Significa que podemos estar en problemas mañana. Tenemos que actuar con previsión hoy día para hacer esa inversión. Y no estamos hablando sólo de renovar el sistema de alcantarillado y ampliarlo en la Ballivián o en la Busch, estamos hablando de renovar el sistema de alcantarillado en un gran porcentaje de la ciudad, por lo menos el 60% que está dañado. Quien tiene que hacer esa inversión,  la tiene que hacer EPSAS y cuesta 200 millones de dólares.

¿Cuáles son los peligros de esas filtraciones?

Deslizamientos, deslizamientos de casas,  de viviendas, de hundimientos de vías.

Hoja de vida

  • Inicios  Luis Revilla empezó en la política  muy joven. Es aliado de Carlos Mesa.
  •  Cargos   Fue director de Gobernabilidad, asesor General del Gobierno Municipal de La Paz, concejal, presidente del Concejo Municipal, vicepresidente y presidente FAM y alcalde de la ciudad.

Página Siete / La Paz