Se tatuó el nombre de su hijo, pero descubrió que no era suyo

Foto: Foto: iStock. Foto: iStock.

Hacerse un tatuaje es una de las decisiones más importantes. Debes estar seguro de lo que vas a dibujar o escribir en tu piel porque es para toda la vida (aunque cada vez las técnicas de borrado/quemado están más avanzadas quitarlo duele mucho y deja cicatriz).

Lo primero es no tener prisa en decidir qué hacerte, aunque lo cierto es que cuantas más vueltas le des más confundido puedes llegar a sentirte. Puede ser desde un símbolo de tu personalidad a la marca de un ser querido o un sentimiento. Pero tú lo tienes claro: ha nacido tu hijo y quieres llevar en tus carnes su nombre. ¿Lógico?

Lo que la verdad esconde

¿Qué evento puede haber más bonito que el nacimiento de un bebé? Toda esa ilusión por una nueva vida inundará la tuya de momentos familiares preciosos. Eliges su nombre y te lo impregnas en, por ejemplo, la espalda. Bien grande, de hombro a hombro. Eso es lo que ha hecho Pedro Pablo Santo Domingo, un joven colombiando de 22 años.Las autoridades le ofrecieron ayuda psicológica para evitar que cometiera una locura y para poder superar lo antes posible este terrible disgustoSu profunda emoción lo condujo al estudio más cercano para ponerse «Benjamin» y así llevar consigo con orgullo, y para siempre, el apelativo de su pequeño. ¿Cuál fue la sorpresa? Un mes después descubrió en el teléfono de su pareja que el hijo no era suyo. En una conversación de WhatsApp, su mujer hablaba con su ex y le aseguraba que quería volver con él e iniciar una nueva etapa a su lado.



Ante esto, Santo Domingo preguntó a su pareja por lo sucedido y se sometió a una prueba de paternidad con la que comprobó efectivamente que no era el padre biológico de la criatura. La noticia no hubiera trascendido más si no hubiera sido por su reacción. Pedro bebió más de la cuenta y maltrató a su expareja: golpeó a la mujer con un palo. Los vecinos llamaron a la policía y detuvieron al joven. Tras contar la historia a la policía y describir lo que había sucedido, las autoridades le ofrecieron ayuda psicológica para evitar que cometiera una locura y para que pudiera superar lo antes posible este terrible disgusto. Ya sabes, antes de tatuarte cualquier cosa, piénsalo dos veces. Mejor vale prevenir que curar. Fuente: elconfidencial.com