El dulce presente de San Buenaventura


Miguel Angel Marañon Urquidi

Desde 1985, cuando se realiza el estudio de factibidad económica y financiera sobre la instalación de la planta azucarera de San Buenaventura, el anhelo paceño era contar con esta planta industrial que no solo genere fuentes de trabajo sino azúcar para el mercado paceño y beniano, posteriormente se realizaron estudios que demuestran la factibilidad y sostenibilidad.

Pese a esto existen profesionales financieros que critican este emprendimiento, indicando que es un “elefante blanco”, ya que en la actualidad la planta está produciendo al 40% de su capacidad, que el terreno de San Buenaventura no es apto para la siembra de caña de azúcar, que esta empresa no genera utilidades y otros enunciados que carecen de un análisis serio.



Indicar que en todo emprendimiento empresarial (privado o estatal), inicia su producción con una cantidad mínima, luego va incremento en forma progresiva, es decir ningún emprendimiento produce al 100% de su capacidad, un claro ejemplo es un la instalación de un restaurant, el primer mes producirá 100 almuerzos, mientras se conozca el producto y la calidad la misma aumentara gradualmente hasta llegar al máximo de su capacidad de producción de almuerzos, lo mismo pasa con la industria azucarera.

La producción de San Buenaventura está en función a la producción de caña de la región, la cual se incrementó de 35 hectáreas en 2013 a 329,55 hectáreas en la gestión 2017, este incremento acompaña el aumento de productividad azucarera, alcohol anhidro además de incursionar en la producción etanol; todo este accionar es percibido por la población, la cual percibe los beneficios de esta planta.

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En cuanto a los datos financieros se tiene que la misma genera ingresos de acuerdo a lo proyectado, pese a que el precio internacional del azúcar se redujo muy significativamente, sin embargo la empresa cumplió puntualmente con el pago de impuestos y del crédito otorgado por el Banco Central de Bolivia, actualmente la producción tiene como mercado principal al departamento de La Paz que consume el 58% de la producción, Oruro el 14%, Cochabamba 7%, Beni 6% y el resto de los departamentos el 15%.

El decir que el terreno de San Buenaventura no es apto para la siembra de la caña, no tiene asidero, mencionar que con la producción agrícola de Israel (siembra en el desierto), la humanidad no puede hablar de terrenos aptos o no aptos, con el avance tecnológico y la producción de toda clase de abonos se puede incorporar al terreno los nutrientes y componentes que mejoren toda clase de siembra.

Este sueño departamental que ahora se concreta con la producción azucarera no puede ser desvirtuado con afanes políticos partidarias que pretenden hacer creer a los bolivianos que la planta azucarera de San Buenaventura no es productiva, la economía de la región creció y seguirá siendo un impulso importante cuando se incremente al máximo de su producción, el incremento del cultivo de caña realizada por las comunidades, se convierte en la mejor opción de diversificar su producción agrícola de la región, lo cual conlleva a una mejora de la economía.