Evo la manzana de la discordia

Mauricio Aira 

Llegar a la Llajta y empezar el mismo instante una indagación que terminó a los 50 días, ¿cuál es el rol de EMA en la política boliviana, qué papel le cuadra mejor al cumplir 14 años en el ejercicio del poder y con graves acusaciones que van desde crímenes de lesa humanidad, a masacres, persecusiones, encarcelamientos y destierros? La respuesta que más le cuadra “Evo es la manzana de la discordia”.

Espacio tan breve como 400 palabras no soporta una explicación explícita, sin soslayar el origen de la frase en escenario del Olimpo, la disputa por la preferencia de Afrodita que terminó poseyendo “la manzana dorada”, la manzana de la discordia que daría lugar a la Guerra de Troya. O sea si Evo es según titulación de la más rica mitología archiconocida “la manzana de la discordia” bien puede dar origen a la más odiada confrontación entre bolivianos, la “champa guerra que todos temen y nadie desea”



En efecto de los cientos de entrevistados, mejor calificar de encuestados, tan solo dos sobrinos en Santa Cruz respondieron “si Evo gana, no pasará nada” el resto presagia desde un sinceramiento de la economía con el dólar y el retiro de megasubvenciones que están mermando “la valuta” el justiprecio del dólar en la bolsa de valores y que “por obra de magia masista” se mantiene sin alteración. La puesta al día del tema de las Relaciones Internacionales, con Estados Unidos primero y luego con Venezuela, China y Rusia. Hoy bajo férreo control de un Canciller Obsoleto y como parte vital de la forzada campaña que los masistas empujan hasta octubre próximo.

Una manzana que según el vulgo está a punto de podrir al resto contenido en el cesto, su putrefacción supone total perdición para el resto porque contamina odio,  confrontación, desbarajuste con el contenido de injusticia, corrupción, permisiva política narcotraficante, y el descrédito total que conlleva despilfarro, derroche, depravación con inequívocas señales de inmoralidad y ausencia total de ética.

Estamos entonces ante un cuadro de actuación pública que los ciudadanos rechazan, condenan, exhiben ya sin tapujos, que no vacilan en calificar de “el peor régimen de Gobierno” que ha existido desde la creación de la República, el 6 de agosto de 1825.

Sin embargo, no es este el único epíteto que adorna al Jefe de Estado, también está “Evo la piedra del camino”