Vicente Fox, el expresidente de México que apuesta por la marihuana para acabar con la violencia y crear riqueza

El conservador, que como mandatario mandó arrasar miles de hectáreas de cannabis, ahora promueve su legalización y lo cultiva en los terrenos de la fundación que lleva su nombre.Vicente Fox.

Cada año se celebran en Estados Unidos varias ferias “CannaCon”, muestras itinerantes que cambian de ciudad y se presentan como “el mayor evento para profesionales y consumidores de cannabis”. A finales de abril, la feria se mudó a la provincia de León, en México, para celebrar su gran cita anual y lejos de organizarse de espaldas al poder, el anfitrión fue todo un expresidente de Gobierno: Vicente Fox.

El exmandatario dirige el Centro Fox, una fundación situada en Guanajuato que apadrina y promueve el “liderazgo compasivo”. Por eso, durante los dos días que duró el encuentro se fotografió con plantas de marihuana, moderó debates sobre su legalización y perspectivas de negocio y dio un discurso. Gracias al éxito del evento, acabó anunciando que es miembro de la Junta Directiva del otro organizador, Khiron, gigante del cannabis con sede en Canadá que lo ha fichado “después de comprobar la excelente sintonía”.



En el foro, defendió su arriesgada propuesta: “Cambiemos criminales por empresarios para contribuir a la prosperidad de México y acabar con la violencia”. Aprovechando que jugaba en casa hizo público que piensa sembrar marihuana en su rancho de Guanajuato. “Aquí mismo, en los terrenos del Centro Fox se va a instalar un invernadero de la más alta tecnología para producir la planta y a la vez investigar sobre la misma. Buscaremos nuevos usos para esta planta maravillosa para quitársela a los ilegales, quienes las han utilizado para causar violencia”, dijo el exmandatario. No solo eso, ahora también apoya la legalización de todas las drogas (todas son todas) con la fe del converso.

Cambio de rumbo

Exitoso ejecutivo de Coca-Cola antes que presidente de la nación, el entusiasmo de Fox por la marihuana sorprende a quienes conozcan sus credenciales conservadoras y su historial como gobernante. Ganador de los comicios presidenciales en el año 2000, quizá no pasará a la historia como el mejor dirigente de la historia del país, título que él mismo se ha otorgado, pero nadie le podrá negar que fue el primero en romper una racha de 71 años en la que todos los presidentes eran del mismo partido (el Partido Revolucionario Institucional, también de centroderecha).Al llegar al poder, Fox no solo prometió dinamizar la economía aplicando recetas neoliberales con una política “business friendly”, también aseguró solemne que “llegó la hora de dar la madre de todas las batallas contra el crimen organizado”. Recién llegado a Los Pinos (la residencia oficial del presidente de México hasta que el actual, Manuel López Obrador, la ha convertido en centro turístico), Fox presumía de que en los primeros meses de su mandato se habían destruido 17.000 hectáreas de marihuana, un 12% más que el año anterior.

Diego Pellicer y Vicente Fox en un acto de 2013 .

Ni consumidor, ni adicto

A pesar de sus promesas de mano dura y seguridad, el mandato de Vicente Fox estuvo marcado por el aumento de la violencia con el surgimiento de la banda de los Zetas además de la espectacular primera huida de prisión de Joaquín Guzmán, El Chapo, líder del cartel de Sinaloa. Esa amarga experiencia, sumada a los 70.000 muertos que provocó la guerra sin cuartel contra el narcotráfico de su sucesor, Felipe Calderón, fue la que lo convenció de que la única manera de solucionar el problema es legalizar las drogas.

Además de su reciente alianza con Khiron, Fox es socio de James Shively, ex ejecutivo de Microsoft, y CEO de Diego Pellicer, una empresa con sede en Seattle (el Estado de Washington tiene la legislación más liberal de todo EEUU en esta materia) que según él mismo aspira a ser el “Starbucks de la marihuana”. La compañía debe su nombre al bisabuelo del fundador, un comerciante que se convirtió en el mayor productor de la sustancia en el mundo en el siglo XIX. En un acto conjunto, Fox y Shively calcularon que el mercado de cannabis en EEUU puede alcanzar la cifra de 200.000 millones de dólares y el mundial de 500.000. El expresidente también ha hecho números y cree que el Estado podría mexicano podría recaudar 50.000 millones de dólares al año si se despenaliza la droga.

La “pasión” de Fox por la marihuana ha despertado la curiosidad de los mexicanos, sorprendidos ante el cambio radical de postura de su ex presidente, y por supuesto también ha suscitado no pocas bromas. Aunque ha dicho que no es “consumidor ni adicto”, los columnistas hacen guasa con frecuencia sobre el estado mental del político aludiendo a su posible consumo de porros. De esta manera, su convicción de que ha sido el mejor presidente que ha tenido el país en toda su historia, repetida en varias ocasiones, ha suscitado todo tipo de comentarios sobre si existe conexión entre una cosa y otra.

Fuente: revistavanityfair.es