Falta de ítems, carencia de insumos e infraestructura y deficiente información complejizan el panorama de la salud pública en Bolivia que a pesar de la implementación del Sistema Único de Salud (SUS), como estrategia de Gobierno para hacer frente a la problemática del servicio a nivel nacional, no ha podido establecerse y responder a las necesidades de la población.
Con una inversión de 200 millones de dólares, en marzo de este año, se puso en marcha el SUS a través de la Ley 1152 con el objetivo de brindar una atención gratuita a los bolivianos que no tengan cobertura de ningún seguro de salud. El Gobierno aclaró que éste “no es un seguro” sino un medio que permitirá la “reorganización del sistema público de salud” con una implementación progresiva.
Hasta julio, según datos proporcionados por la ministra de Salud, Gabriela Montaño, unos 3 millones de personas se inscribieron a este beneficio y se espera cubrir los 5 millones planificados inicialmente; respecto a los ítems se entregó 930 y el objetivo es llegar a los 2490 en todo el país.
La directora del hospital Viedma en Cochabamba, Daysi Rocabado, realizó una evaluación de estos cuatro meses de implementación del SUS destacando la ampliación de la cobertura en todos los servicios.Informó que hasta julio de la anterior gestión se atendió a 9.000 pacientes y este año ya superan los 16.000.
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“La cobertura se ha ampliado de una manera muy importante, estamos cerca del 48 a 50 por ciento más de lo que atendíamos. Creo que somos el único hospital de tercer nivel en todo el país que ya tiene resultados comparativos a esta fecha”, aseguró Rocabado.
Sin embargo, a pesar de las cifras, los hechos reflejan las falencias que por años se han mantenido en los centros de salud y hospitales de diferentes niveles en zonas urbanas y rurales.
“Hasta ahora no consigo una ficha, ya son tres días que vengo y cuando llego a la ventanilla me dicen que no hay. Mi esposa necesita urgente atención de hematología, tendré que venir más temprano”, relató Timoteo Sejas, que se trasladó desde Carcaje, en el kilómetro 20, carretera antigua a Santa Cruz, e hizo fila desde las 5:00.
Este es uno de los muchos casos que se registran diariamente en varios establecimiento de salud del país. Al respecto las autoridades explican que este problema se debe a que no funciona bien la referencia y contrarreferencia, debido ala falta de conocimiento de los pacientes sobre las prestaciones de atención de salud por niveles y tambiénpor la incorrecta aplicación de las derivaciones .
“La red de salud no funciona de la manera que debe funcionar. Seguimos teniendo referencias que no se justifican para el tercer nivel. Todo llega al Viedma, siguen mandando pacientes del trópico con cuadros que deberían ser resueltos en ese lugar. Por eso, tenemos tanta sobrecarga”, explica Rocabado.
Pero los problemas más allá de la demanda, ahora incrementada por la aplicación del SUS,también tienen que ver con la calidad de la atención, esa que no sólo significa tener acceso a una ficha sino que el médico tenga el tiempo adecuado para hacer que el paciente logre explicar su cuadro clínico y reciba la comprensión necesaria.
“En la ventanilla nos tratan muy mal y en la atención me han tocado buenos y malos médicos. Hace como seis años que vengo, tengo artrosis, osteoporosis, gastritis crónica. La ficha siempre es un problema, a veces pago para que me lo hagan fila, pero uno siempre espera que lo traten bien y a veces no pasa. Creo que falta mucho por mejorar”, dice María del Carmen Reinoso, que esperaba pacientemente su turno en el hospital Viedma.
Jenny Azero, directora de Medicina Familiar de la Caja Nacional de Salud (CNS) Cochabamba, donde también los reclamos por las fichas y la atención es una constante, asegura que este problema es el punto débil y hasta la fecha no encuentran solución.
En este establecimiento de salud, más de 25 médicosatienden, con el apoyo de residentes, a un promedio de 24 pacientes por día, con un tiempo de 15 minutos por cada caso, según lo estipulado por la Organización Mundial de la Salud. Aunque se llega a atender hasta 30 personas.
El colapso de pacientes en la CNStambién es frecuente, aunque muchos reconocen las mejoras en la atención, explican que aún es un problema acceder a una consulta con un especialista de manera efectiva.
“Aquí quisiéramos poner tres consultorios más pero ya no cabemos, está todo lleno, dónde me invento uno más, Y si en el mejor de los casos conseguimos ese ambiente hay que luchar por tener un médico y una enfermera. Entonces es una cadena”, dice la directora de Medicina Familiar de la CNS .
Falta de ítems, carencia de insumos e infraestructura y deficiente información complejizan el panorama de la salud pública en Bolivia que a pesar de la implementación del Sistema Único de Salud (SUS), como estrategia de Gobierno para hacer frente a la problemática del servicio a nivel nacional, no ha podido establecerse y responder a las necesidades de la población.
Con una inversión de 200 millones de dólares, en marzo de este año, se puso en marcha el SUS a través de la Ley 1152 con el objetivo de brindar una atención gratuita a los bolivianos que no tengan cobertura de ningún seguro de salud. El Gobierno aclaró que éste “no es un seguro” sino un medio que permitirá la “reorganización del sistema público de salud” con una implementación progresiva.
Hasta julio, según datos proporcionados por la ministra de Salud, Gabriela Montaño, unos 3 millones de personas se inscribieron a este beneficio y se espera cubrir los 5 millones planificados inicialmente; respecto a los ítems se entregó 930 y el objetivo es llegar a los 2490 en todo el país.
La directora del hospital Viedma en Cochabamba, Daysi Rocabado, realizó una evaluación de estos cuatro meses de implementación del SUS destacando la ampliación de la cobertura en todos los servicios.Informó que hasta julio de la anterior gestión se atendió a 9.000 pacientes y este año ya superan los 16.000.
“La cobertura se ha ampliado de una manera muy importante, estamos cerca del 48 a 50 por ciento más de lo que atendíamos. Creo que somos el único hospital de tercer nivel en todo el país que ya tiene resultados comparativos a esta fecha”, aseguró Rocabado.
Sin embargo, a pesar de las cifras, los hechos reflejan las falencias que por años se han mantenido en los centros de salud y hospitales de diferentes niveles en zonas urbanas y rurales.
“Hasta ahora no consigo una ficha, ya son tres días que vengo y cuando llego a la ventanilla me dicen que no hay. Mi esposa necesita urgente atención de hematología, tendré que venir más temprano”, relató Timoteo Sejas, que se trasladó desde Carcaje, en el kilómetro 20, carretera antigua a Santa Cruz, e hizo fila desde las 5:00.
Este es uno de los muchos casos que se registran diariamente en varios establecimiento de salud del país. Al respecto las autoridades explican que este problema se debe a que no funciona bien la referencia y contrarreferencia, debido ala falta de conocimiento de los pacientes sobre las prestaciones de atención de salud por niveles y tambiénpor la incorrecta aplicación de las derivaciones .
“La red de salud no funciona de la manera que debe funcionar. Seguimos teniendo referencias que no se justifican para el tercer nivel. Todo llega al Viedma, siguen mandando pacientes del trópico con cuadros que deberían ser resueltos en ese lugar. Por eso, tenemos tanta sobrecarga”, explica Rocabado.
Pero los problemas más allá de la demanda, ahora incrementada por la aplicación del SUS,también tienen que ver con la calidad de la atención, esa que no sólo significa tener acceso a una ficha sino que el médico tenga el tiempo adecuado para hacer que el paciente logre explicar su cuadro clínico y reciba la comprensión necesaria.
“En la ventanilla nos tratan muy mal y en la atención me han tocado buenos y malos médicos. Hace como seis años que vengo, tengo artrosis, osteoporosis, gastritis crónica. La ficha siempre es un problema, a veces pago para que me lo hagan fila, pero uno siempre espera que lo traten bien y a veces no pasa. Creo que falta mucho por mejorar”, dice María del Carmen Reinoso, que esperaba pacientemente su turno en el hospital Viedma.
Jenny Azero, directora de Medicina Familiar de la Caja Nacional de Salud (CNS) Cochabamba, donde también los reclamos por las fichas y la atención es una constante, asegura que este problema es el punto débil y hasta la fecha no encuentran solución.
En este establecimiento de salud, más de 25 médicosatienden, con el apoyo de residentes, a un promedio de 24 pacientes por día, con un tiempo de 15 minutos por cada caso, según lo estipulado por la Organización Mundial de la Salud. Aunque se llega a atender hasta 30 personas.
El colapso de pacientes en la CNStambién es frecuente, aunque muchos reconocen las mejoras en la atención, explican que aún es un problema acceder a una consulta con un especialista de manera efectiva.
“Aquí quisiéramos poner tres consultorios más pero ya no cabemos, está todo lleno, dónde me invento uno más, Y si en el mejor de los casos conseguimos ese ambiente hay que luchar por tener un médico y una enfermera. Entonces es una cadena”, dice la directora de Medicina Familiar de la CNS .
«Para hablar de calidad, uno de los factores es darle el tiempo suficiente al paciente durante la consulta y a veces la demanda nos rebasa”.
Jenny Azero Meruvia
Directora Medicina Familiar CNS
La tensa relación entre el Gobierno y los médicos
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El expresidente del Colegio Médico de Bolivia y actual presidente de la Confederación MédicaLatino-Iberoamericana y del Caribe, Aníbal Cruz, considera que el país sufre las consecuencias de un esquema errado de la administración de salud en base a tres aspectos: el manejo político en la asignación de personal que no toma en cuenta méritos ni examen de competencia y se da por invitación directa a quienes “son simpatizantes del Gobierno de turno”; la inversión de 200 millones de dólares comprometida que “resulta insuficiente” porque el sector pide 1.200 millones, y finalmente, la infraestructura con “obras que se han vuelto elefantes blancos” debido a quehan sido mal planificadas desde el inicio.
“El sistema público de salud y el de la seguridad social en esta administración se han convertido en un fracaso y en una mala inversión de fondos. La realidad en nuestro país es lo que vemos día a día y es el resultado de una mala administración. Para que el Estado cumpla con su responsabilidad se debe incrementar el presupuesto y dejar de lado el manejo político con el que se ha implementado el Sistema Único de Salud”, dice Cruz.
La ministra de Salud, Gabriela Montañodefiende su gestión y critica la posición de los médicos que rechazan, entre otras cosas, la Ley de Prioridad Nacional de Desarrollo y Crecimiento de la Caja Nacional de Salud,que viabiliza la construcción de 67 hospitales en el país. “Parece un cambio de roles. Yo debería estar diciendo no hay ítems ni plata para hospitales. Nosotros estamos defendiendo eso y el Colegio Médico se pone en contra”.
ANÁLISIS
Priorizar la atención primaria
Octavio Aparicio Otero
Profesor Emérito de Medicina UMSA
En la última década no ha habido un avance significativo en las estrategias de salud pública, porque no se concentraron en la atención primaria. Eso sumado a que se han desmantelado muchos de los programas de prevención en el Ministerio de Salud.
La única mejora que se va a dar en salud es cuando se planifique primero la atención primaria, después la secundaria y recién la terciaria, un proceso que requiere al menos el 10 por ciento del PIB nacional. Pero vemos que no hay inversión ni políticas bien dirigidas para sustentar esto.
La atención primaria significa que una persona, por más lejos que viva, tenga acceso a la atenciónbásica.
Con el Sistema Único de Salud se ha vuelto más difícil porque los hospitales reciben mayor cantidad de pacientes y en vez de mejorar,la atención se deteriora.
El SUS es otro engaño colosal. Se hace creer a la gente que hay salud universal y eso no existe. Se puede comprobar cuando cualquier ciudadano va a un centro a ser tratado de una enfermedad medianamente grave y no recibe atención.
Fuente: lostiempos.com