Busquemos el equilibrio entre el fanatismo ambientalista y la ambición depredadoraCiro AñezLos extremos son malos, por un lado, el fanatismo medioambientalista que simplemente acusa a todas las empresas por la elaboración de plástico olvidando que son las personas con malos hábitos quienes contaminan no reciclándolo y botando en cualquier parte dicho plástico, provocando enormes cantidades de basura; y, por el otro lado, los que creen que la protección al medio ambiente es puro cuento y lo que realmente importa es obtener dinero como sea y a cualquier precio, al extremo que los colonos presionan para asignarse tierras en zonas de reservas naturales, no agrícola, llegando a dárselos en bandeja con fines puramente políticos económicos.Mientras tanto ocurren estas elucubraciones algunos sentados cómodamente en el sofá de sus casas, en sus escritorios con aire acondicionado o en una charla de café de amigotes o compinches, en una tertulia, etc., hay quienes están combatiendo al fuego con todas sus fuerzas, exponiendo incluso su propia salud por salvar la vida silvestre, la flora y la fauna en dichas zonas de reservas forestales, trabajando en lo urgente y no simplemente sentados discutiendo lo importante.Ayudemos a los bomberos, a los voluntarios con experiencia y a las comunidades que están lidiando en apagar el fuego, ayudémoslos con viveres, medicinas, etc. (Ej.: existen niños enfermos con dolencias respiratorias, conjuntivitis, no hay alimento, rios secos, etc).No sólo la miremos de palco y/o tampoco nos demos de muy inteligentes en el debate sin antes colaborar en tratar lo urgente. Acudamos a los lugares (oficiales y de organizaciones civiles serias) de acopio para ayudar a dicha gente. Todas esas personas y vida silvestre nos necesitan. npetvFuente: Agustín Zambrana en El Bunker