Perspectivas. El 2019 es un año gris para el sector productivo. El rendimiento de los cultivos, como el trigo y la soya, cayeron un 40%. Los productores se quedaron sin capital
Como un año duro. Con esas palabras se puede resumir el 2019, para el sector agrícola. Una gestión marcada por los embates del clima, el fuego y los precios bajos en el mercado global, factores que han puesto contra las cuerdas al sector y sus actores, en especial a los pequeños productores que, endeudados, se ven en apuros a la hora de obtenerfinanciamiento para seguir a flote.
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“El agua es lo único que nos puede salvar”, es la frase que l
anza Isaías Galán, productor de Cuatro Cañadas, y representante de la filial de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) en esa zona, que desde hace tres meses no registra lluvias. Este factor que ha hecho que los rendimientos se reduzcan, en el caso de la soya, el cultivo mejor cotizado en el mercado, pasó de dos toneladas por hectáreas a 1,2. “Con esto no alcanza para pagar lo que se debe”, sostuvo.
En este distrito rural, y parte del municipio de Pailón a unos 101 km de Santa Cruz de la Sierra se producen unas 400.000 hectáreas de soya. Pero este grano no fue el único cultivo afectado por la coyuntura adversa. La producción de trigo también se vio afectada por los caprichos del clima. En toda la zona Este, a la producción de trigo literalmente se la llevó el viento. En agosto las fuertes ráfagas de hasta 100 kilómetros, arrancaron el 40% de la producción de los campos. Solo en Cuatro Cañadas se vieron afectados unos 1.200 productores.
“Este es uno de los peores años del agro. El trigo dio, pero el viento nos lo quitó”, afirma Galán.
Isidoro Barrientos, presidente de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), señaló que lo preocupante es que muchos de los agricultores se han quedado sin capital para poder encarar la próxima campaña de verano. “Los rendimientos fueron muy bajos por la sequía. Estamos endeudados con casi todo el mundo, con las casas comerciales, las empresas semilleras y la banca. Teníamos la esperanza puesta en el trigo para este invierno de 2019, pero el viento se llevó casi todo”, dijo el productor.
Un año sin cambios
Al factor clima se suma el bajo precio de los productos a escala global que ha impactado también en los bolsillos de los agricultores. De hecho, entre mayo y junio, las industria y los soyeros se enfrentaron en un conflicto, que derivó en bloqueos. Los agricultores pedían un mayor precio para el grano. Al final, varios productores terminaron arreglando un precio intermedio, aunque no colmó las expectativas de los productores.
En el contexto global, las cotizaciones están a la baja. Descendió de su pico alto de $us 439 en abril de 2018 a $us 326 en septiembre. La caída del precio obedece a la guerra comercial que libran Estados Unidos y China.
Para Edilberto Osinaga, gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), es necesario seguir trabajando para que los productores accedan a herramientas tecnológicas que permitan incrementar el rendimiento, como el uso de biotecnología.
“Este año estimábamos un incremento en la producción de sorgo en invierno, pero la sequía, que es un factor importante en el tema de los incendios afectó los rendimientos, y entonces, seguimos estancados”, lamentó.
Desde Anapo, señalaron que por el factor climático estiman una menor producción de granos de soya, trigo, maíz, sorgo y girasol, de al menos 4,3 millones de toneladas, equivalente a una disminución del 4 % con relación a la gestión 2018.
“La disminución se debió a las condiciones climáticas adversas de sequía en el desarrollo del cultivo que disminuyó los niveles de rendimiento en la campaña de verano y también en la campaña de invierno”, explicó Jaime Hernández, gerente general de Anapo.
Entre los granos que más sintieron los efectos del mal clima y los bajos precios del mercado están los de la soya y el maíz
Para Hernández, es necesario mejorar las condiciones para seguir produciendo, a través del acceso a nuevos eventos de biotecnología para soya y maíz.
Además, “de un precio de compra de la urea similar a los valores de exportación y un fondo de reactivación económica que permita alivianar la deuda de corto plazo que tienen los agricultores”.
Sobre las proyecciones a corto plazo, desde Anapo informaron que se mantendrá el área de siembra de 1,15 millones de hectáreas con los cultivos de soya, maíz y sorgo, en esta campaña de verano 2019-2020.
Avicultores se recuperan
El sector avícola venía de una larga mala racha por los bajos precios de la carne de pollo en el mercado, debido a la sobreproducción; sin embargo, por la planificación que realizaron este año junto al Gobierno, se ha reducido en un 7% la producción, haciendo que el mercado se equilibre a partir del segundo semestre de este año y que se vislumbre un buen término de gestión.
Ricardo Alandia, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA), informó que por más de un año estuvieron recibiendo Bs 5 por el kilo pollo, precio que no cubría los costos de producción, pero a partir de la planificación para reducir la oferta, desde hace dos meses cobran Bs 10 el kilo, cuyo precio considera real y justo.
Comentó que esperan llegar hasta fin de año con el mismo nivel, aunque también dependen del precio de los granos.
No hubo crecimiento
Por su parte, Freddy García, presidente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), señaló que fue un año de estancamiento porque no creció la superficie ni la producción, incluso registraron pérdidas del maíz, que fue afectado por las lluvias durante casi un mes. A esto se sumó la falta de competitividad frente al mismo producto de otros países, haciendo que el contrabando esté a la orden del día.
García detalló que en toda la zona sur (Chaco boliviano) se alcanzó una superficie de 120.000 hectáreas con un rendimiento aproximado de 4,1 toneladas, haciendo una producción de 492.000 toneladas de maíz, siendo dañada por el clima entre un 12% y un 15% de la producción, lo que significa que se tuvo un grano de pésima calidad en esos casos.
También el dirigente afirmó que un quintal de maíz argentino tiene un precio aproximado de Bs 23, mientras que el quintal de maíz boliviano está arriba de Bs 55, además de agregar que la producción de Argentina es 57 veces mayor a la producción boliviana y 88 veces más en el caso de Brasil.
“El clima acompañó porque en el sur por lo general hay escasez de lluvia, pero tuvimos alrededor de 25 a 30 días de agua cuando la mazorca ya estaba formada, provocando que algunos granos comiencen a dañarse por mucha humedad”, dijo García.
Sin pena ni gloria
Por otra parte, ha sido un año poco productivo para el sector porcicultor, debido al incremento de las importaciones de carne de cerdo, que compite con la producción nacional y la subida del precio de los granos (alimento de los porcinos), haciendo elevar los costos de producción, por lo que el crecimiento que se prevé es solamente vegetativo, entre un 3% al 5%, para esta gestión.
Nelson Daher, presidente de la Asociación Departamental de Porcicultores (Adepor), señaló que esperan que durante el primer trimestre del próximo año comience la campaña de vacunación y erradicación de la Peste Porcina Clásica, con miras a exportar la carne de cerdo a futuro.
“No ha sido un semestre como hemos esperado, pero ha sido un año regular”, afirmó Daher.
A la fecha, existen 130 granjas en Santa Cruz, de las cuales 120 están registradas en Adepor, con una población de 45.000 madres.
El sector ganadero es otro de los afectados por el reciente incendio en la Chiquitania en agosto , el presidente de la la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Oscar Ciro Pereira, reportó pérdidas por $us 5 millones.
Apoyo estatal
El viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Pedro Damián Dorado, señaló que desde el Estado se han realizado gestiones para facilitar el acceso al financiamiento para el sector productivo.
“Los productores tienen la ventaja de reprogramar sus créditos y el Gobierno le abrirá los canales como facilitador”, señaló.
Sobre la deuda en casas comerciales, Dorado detalló que se está gestionando una propuesta para dar formalidad, a este tipo de préstamos.
Dio cuenta de que incluso se han gestionado mercados como el de China, además, de que se liberó la exportación del 60% del grano de soya.
PARA SABER
Área sembrada.
De acuerdo a datos de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) en la campaña de verano de 2019 se sembraron 1,4 millones de hectáreas, similar a la superficie de 2018. De esta cantidad, un millón corresponde a soya. Detrás de la oleginosa, el maíz es el segundo grano de mayor área cultivada en Santa Cruz con 101.500 hectáreas, le sigue el arroz con 100.000 ha, el sorgo (54.500) sésamo (15.000) y el algodón (7.000).
Rendimiento.
Según la CAO, para la campaña de verano de 2019 se tendrá un rendimiento de 11,2 millones de toneladas. De esta cantidad, 1,9 millones de toneladas corresponde a la producción de soya, además, otros 8,5 millones toneladas corresponden a caña, luego 345.100 toneladas son de maíz. Por otro lado, 290.000 toneladas corresponden a arroz y 137.340 toneladas son de sorgo.
Invierno.
Para la campaña de invierno de 2019, según la CAO, se sembraron un millón de hectáreas.
Punto de vista
“No se logró diversificar la economía”
Julio Linares/Economista
En estos 13 años no se ha logrado la seguridad y soberanía alimentaria, porque las internaciones de estos productos han crecido, tanto por importación como por contrabando.
Como dato económico, podemos mencionar que las unidades familiares productivas (pequeños productores) solo alimentan el 10% de lo que consumen los bolivianos y por el contrario, está ingresando frutas, hortalizas y otros productos desde Chile y Perú en una gran cantidad.
Entonces, no hemos logrado aumentar nuestra productividad.
En cuanto a las ventas externas, hasta hoy en día entre el 70% y 80% son exportaciones tradicionales; es decir, minería e hidrocarburos. Entonces, es fácil deducir cómo se encuentra el sector productivo agropecuario.
No ha habido mayores avances y por el contrario cada vez estamos más dependientes en nuestra seguridad alimentaria.
Si bien además de la exportación de la soya, que es la misma hace muchos años, se está comenzando a vender carne bovina al mercado de China, pero aún es muy pronto para decir que se va a reemplazar los ingresos por los hidrocarburos.
Es decir, que en estos 13 años no se ha logrado tener una dirección productiva clara, tener una base ancha y menos un entorno favorable para que la producción favorezca, tanto a las grandes empresas como a las unidades familiares, que cada vez producen menos.
Considero que se tiene que hacer un plan a mediano plazo que pueda diversificar la producción y comenzar a reemplazar las actividades extractivas, que es lo que ha hecho este país por mucho tiempo.
Es algo que no se puede hacer a corto plazo y el próximo Gobierno, va a tener que trabajar y depender aún de las actividades extractivas, pero debe tener un plan a mediano plazo, para que podamos diversificar la producción y las exportaciones.
Fuente: eldeber.com.bo