Elegir entre populismo, coca y dictadura; o democracia, trabajo y libertad

Ovidio Roca

Ahora hay dos caminos…volver al pasado o seguir con nuestro proceso; así de sencillo para entender la política y pensamiento en nuestra querida Bolivia”. La proclama del Evo desde su Palacio.

Extrañamente cuando se va a elegir a quien gobernara un país, nadie se preocupa de la viabilidad de su Programa de Gobierno, ni se pregunta si el candidato sabe leer y entiende lo que lee; si tiene capacidad y la suficiente fortaleza de carácter para tomar las decisiones difíciles en el campo económico, social e institucional; si tiene honestidad y firmeza como para no robar ni dejar robar y cumplirlo; si tiene capacidad para entender las interrelaciones con la economía y política y el cambio tecnológico mundial; así como la dinámica de cambio de este nuestro planeta aquejado por la crisis poblacional y ecológica; y fundamentalmente si cree en los valores democráticos y de respeto a la ciudadanía.



En las próximas elecciones tenemos dos caminos como señala el Presidente y debemos elegir entre dos modelos de Estado y de gobierno: O dejamos en el pasado el proceso de cambio; un Modelo populista, estatista y cocalero; o avanzamos con un Modelo democrático, de mercado y libertad, hacia un futuro mejor para nuestros hijos y nietos.

El modelo populista cocalero es el que venimos sufriendo desde el inicio del gobierno masista y con nefastos resultados; este modelo llamado proceso de cambio, es centralista y absolutista y tiene bajo su mando y control a todas las instituciones del Estado: el poder legislativo, judicial, electoral y las instituciones de seguridad como policía y fuerzas armadas y usando discrecionalmente los recursos públicos realiza inversiones en industrias y empresas, generalmente fallidas, de todo tipo. Un Estado centralizado, estatista y corrupto que practica una economía extractivista que se basa no en la modernidad, el conocimiento y las nuevas tecnologías, sino en la búsqueda de más gas, petróleo y minerales y con la coca como sustento.

Ellos recibieron hace trece años la despensa llena y tapeque surtido para rato, pero se lo robaron y lo dilapidaron; ahora sin plata la cosa será muy difícil, pues cuando la  plata se acaba los gustos y regalos también, por eso nos estamos híper endeudando y  vendiendo al país y esto no es sostenible, pues luego habrá que pagar y vendrán los chinos a cobrar sus préstamos.

El modelo de Estado democrático que postula la oposición; con separación e independencia de poderes; un estado regulador con economía de mercado, donde la iniciativa privada es responsable de la producción y de la inversión tal como lo señala Hayeck: “El Estado debe ser rector, regulador y vigilante de la actividad económica, pero no inversor, la sociedad debe llevar a cabo la actividad económica en el país pues las inversiones estatales resultan ser ineficientes”.

Además del Programa de Gobierno; para gobernar  se necesita un Gerente (un Estadista) y el Equipo ministerial que lo va a administrar, munido de las capacidades para cada función de gobierno. Y así como evaluamos un profesional cuando vamos a contratar algún servicio (mecánico, cocinero, albañil), debemos hacerlo con los candidatos pues van a administrar el Estado y nuestro destino, por lo que tenemos que preguntarnos y evaluar: Qué modelo de economía y de gobierno sigue el candidato; si tiene formación profesional, si ha mostrado y tiene carácter para lidiar con la crisis y asumir decisiones difíciles; si tiene capacidad y genera confianza para atraer equipos de gente idónea para la gestión del Estado y no solo ll’unkus del jefe; si tiene valores y principios éticos que nos garanticen un manejo honesto de los recursos públicos y que le pertenecen a todos; además necesitamos analizar quienes son sus amigos y compinches en el campo internacional y cómo anda la libertad y la economía en los países de esos sus amigos.

Es fundamental tanto el modelo económico y político que se postula, como Programa y el Gerente que lo ejecuta. En nuestra vecindad tenemos los ejemplos de lo que resulta con la aplicación de cada modelo y tipo de gobierno, es cuestión de ver el trágico resultado en Venezuela y el buen desempeño de Chile.

El plan económico y de gobierno adecuado para la actual coyuntura, bajo un modelo democrático liberal, debería contemplar la reducción del gasto público, la simplificación y reducción tributaria, la reforma monetaria, reforma laboral, respeto a la propiedad privada, libertad económica de trabajo y de exportación. El fundamento del plan debería terminar con la cultura de los bonos y subsidios y empezar con la cultura de la innovación y del trabajo y con la construcción de un Estado descentralizado caminando hacia una Democracia Republicana Federal, con respeto a la historia e idiosincrasia de cada pueblo y de cada Departamento.

En los próximos años tendremos que enfrentar una desastrosa situación económica y social y para enfrentarla y superarla necesitamos contar con los mejores Gerentes y Estadistas, evitando caer en el error que señala SNCHY: “Para jugar un partido de fútbol se selecciona a los mejores jugadores, pero para gobernar un país se elige a presidentes caudillos, que se rodean de los mejores ll’unkus y amarraguatos”.

Decía Herbert Hoover, irónicamente: “Bienaventurados los jóvenes, porque ellos heredarán la deuda nacional”. Ayer vimos la movilización mundial de los jóvenes por el cuidado del medio ambiente, el próximo mes los jóvenes bolivianos deben elegir a quienes puedan ofrecerles construir juntos, un futuro mejor y sostenible.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com