Oposición usó estrategia ante ausencia del MAS


La oficina principal del Senado recibía muchas visitas antes de que Jeanine Áñez sea proclamada presidenta del país. La senadora coordinaba todo lo referente para ejecutar la sucesión constitucional ante la ausencia de legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS), quienes pidieron garantías para asistir a la sesión. Eso no interesó, igual se consolidó el plan opositor y la asambleísta beniana llegó a la Presidencia.Áñez recibió asesoramiento antes de vestir la banda presidencial. Sabía que el MAS no iba a participar de la sesión, lo que obligaba a aplicar el plan B. Se apoyó en el artículo 170 de la Constitución Política del Estado: “Se materializa la ausencia definitiva por el abandono del territorio nacional por parte del presidente y vicepresidente, operando el impedimento material respecto al ejercicio de la Presidencia, lo que obliga a aplicar la sucesión Presidencial”, afirmó Áñez.El Tribunal Constitucional Plurinacional validó ayer la constitucionalidad de la posesión del jefe de Estado. “Para la sucesión presidencial deberá aplicarse el contenido del artículo 169.I de la CPE, tomando en cuenta la parte pertinente del precedente jurisprudencial de la declaración Constitucional 0003/01 de 31 de julio de 2001”.El MAS se moviliza

En el MAS no cayó bien la asunción de Áñez. Ahora como partido de oposición anunció movilizaciones en contra del bloque ahora oficialista. El dirigente cocalero de Chapare Andrónico Rodríguez informó que afines al MAS se movilizarán a escala nacional en rechazo a la llegada de Áñez a Palacio Quemado.“El golpe de Estado se consumó. La derecha llega a Palacio de Gobierno violando reglas. Por eso, anunciamos movilizaciones nacionales contra esta toma del poder”, remarcó Rodríguez.Áñez tenía todo claro. El MAS no iba a llegar a la sesión, pese a que tomó contacto con sus colegas. Algunos llegaron, pero decidieron no ir a la plaza Murillo. No había el cuórum necesario para instalar la deliberación.



No se lo hizo y se decidió bajar a la Cámara de Diputados para instalar la sesión de la Asamblea Legislativa. Tampoco había cuórum para aprobar la renuncia de Evo Morales. Aun así, se acogió a la sucesión constitucional y se proclamó presidenta del país.La diputada Betty Yañíquez (MAS) pidió garantías para que sus colegas lleguen a plaza Murillo. Dijo que una sesión de Asamblea Legislativa no se podía iniciar sin que la pacificación del país esté consolidada.

Áñez recibía abrazos de sus correligionarios. Esa oposición que antes no tenía voz por el rodillo del MAS ahora festejaba. Luego cruzó a Palacio Quemado. Agarró la Biblia en las gradas del hall presidencial y decía que era mandataria, la segunda en la historia boliviana. Después los militares le colocaron la banda presidencial y salió al balcón, junto a Luis Fernando Camacho.

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EL DEBER / Ivan Alejandro Paredes Tamayo