El feriado, los parlamentarios, y el “otro”

Manfredo Kempff Suárez

El MAS trata por todos los medios de confundir a la opinión pública y de hacer creer que en Bolivia no ha sucedido nada trascendente, tanto que los asambleístas intentan prorrogar su mandato a la par que la obligación de la presidente Jeanine Añez al mando del país. No se dan cuenta que han sido desalojados del poder y piensan que se debe mantener el feriado del 22 de enero, día de la fundación del fallido Estado Plurinacional, y que la presidente debería emitir un Mensaje a la Nación en la Asamblea. De no hacerlo ella, amenazan que sería el “otro”, el refugiado en Argentina, quien lo haga.

Están de buen tamaño los chantajes del MAS. Esto del “otro” provoca risa por extravagante y necio. Ya no se puede mirar hacia el costado cuando algunos parlamentarios masistas afirman que Morales sigue siendo presidente porque dizque todavía no se consideró en la Asamblea su carta de renuncia y que, por tanto, su mandato está todavía vigente. A esto se agrega un Tribunal Constitucional inaceptablemente masista que, hasta hoy, está dejando en suspenso la legitimidad de la presidente Jeanine Añez. Esto es intolerable por donde se lo vea.



Asilado en México y refugiado en Argentina, Morales perdió su mandato porque la ciudadanía no lo soportó más. Se pulverizó su investidura presidencial junto con su monumental fraude electoral del 10-O; también con anteriores trampas a la Constitución a consecuencia del 21-F; y porque en su pésimo manejo gubernamental de 14 años, no hizo sino derrochar los recursos del gas y darse una vida de bacán.

El Estado Plurinacional ha sido una completa superchería y por lo tanto nada tenemos que celebrar el 22 de enero. Ya nos han tenido sufridos durante años escuchando los balbuceantes y mentirosos mensajes del “otro”, en un día festivo que indignaba. Sería el colmo que la presidenta Añez obedezca lanzar un informe de gestión con apenas dos meses de gobierno y en una fecha masista. Nadie impedirá que quienes desearan celebrar el 22 lo hagan en sus casas o en la calle, pero que no se paralice el país. Las Bartolinas y los Ponchos Rojos podrán beber y bailar todo el día recordando a su jefe y llorando por sus tiempos idos, pero el feriado se debería suprimir porque no tiene ninguna razón de ser.

Además, el 22 de enero culmina el período de sesiones de la legislatura 2014-2019, y por tanto acaban también las labores de los parlamentarios, algunos elegidos como producto del seguro fraude del 2014. Y he ahí que no se les ha ocurrido nada mejor que tratar de quedarse, en vista de que la presidente permanecerá en funciones hasta que transmita el mando al vencedor de las elecciones del 3 de mayo. ¡Hay que tener cuero! Jeanine Añez debe permanecer en funciones porque ocupó la presidencia de la República debido al vacío de poder que provocó la estampida hacia el exterior del “otro” y sus amigos. El país no podía quedar acéfalo. No sucede lo mismo con los asambleístas a quienes nadie ha perseguido y no tienen nada que hacer una vez que se han aprobado las leyes fundamentales para retornar a la democracia.

Los propios masistas han afirmado que este Gobierno, por su carácter transitorio, no debe aprobar políticas públicas de carácter nacional. Han dicho que eso es materia de la próxima administración constitucional. Quiere decir por tanto que no se necesita de una Asamblea cuya función principal es legislar. Si no se van a aprobar leyes que requieran de un debate parlamentario, los señores asambleístas están de más. Deberían cesar en sus funciones al cumplir su gestión el próximo 22 y no estar cobrando sueldos ni viáticos que le resultan onerosos a un Estado que ha quedado pobre.

Pena que no se suspenda el chabacano feriado de Morales y que los masistas del Tribunal Constitucional sigan como obedientes manipuladores creando incertidumbre. En cuanto al Gobierno, sin aprobar leyes trascendentales, no dejará de hacer gestión, es decir que no dejará de gobernar. Y no existe razón para que se deje amilanar por las amenazas atrevidas y golpistas que llegan desde Buenos Aires o el Chapare.