El boliviano, identificado como Claudio Américo Caiguara Romero, solicitó refugio en Brasil alegando que sufría persecuciones en su país por haber denunciado a una red que ofrecía ilegalmente menores para adopción y que contaba con la complicidad de las autoridades. Sin embargo, en Bolivia, se reportó que tenía una orden de aprehensión en su contra, por la que actualmente guarda detención en la cárcel de Palmasola, por el delito de violación a una niña de 13 años en el hogar, donde trabajaba. Pese a la intensa movilización policial y a la conducción de sospechosos a una comisaría, la Policía Federal no divulgó cuántas órdenes de captura tenía previsto cumplir ni cuántas personas detuvo.
LOS HECHOS El secuestro ocurrió en agosto de 2019, pero solo trascendió este miércoles luego de que la Policía Federal brasileña informara en un comunicado que una «minuciosa investigación» permitió «identificar a los involucrados en la acción criminal y descubrir todos sus hechos».De acuerdo con el organismo, los secuestradores simularon ser agentes de la Policía Federal al momento de atravesar la frontera junto con el secuestrado y entregarlo a las autoridades de Bolivia.Según el comunicado del organismo, la propia Corregiduría de la Policía Militarizada de Mato Grosso do Sul apoyó la operación contra los secuestradores.La investigación refleja que el refugiado fue interceptado por cinco hombres armados, incluyendo dos que usaban uniformes de la Policía boliviana, cuando almorzaba en un restaurante en Corumbá, ciudad brasileña en la frontera con Bolivia, y transportado a la fuerza hasta territorio del vecino país. El boliviano llegó a intentar evadirse de sus captores cuando el vehículo en que era transportado pasó por un puesto de control migratorio en la frontera pero «fue impedido y retirado efectivamente del país», dice la nota.En la operación de ayer, la Policía Federal incautó armas de fuego, municiones y teléfonos celulares en las residencias de los policías acusados del secuestro.Fuente: https://www.opinion.com.bo